También su vida intelectual ha sido una aventura con inspiración en Ernest Hemingway, porque si la mente se anquilosa, las campanas pueden doblar por él.De la impronta como ensayista, crítico, narrador, periodista, curador de exposiciones de artes plásticas, profesor universitario y hasta etcétera, celebramos hoy la ejecutoria de Pluralidades: debates teóricos, un espacio encendido en nuestra sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

¿Cuándo y por qué surgió Pluralidades?

Tuvo su primera sesión de trabajo el 28 de septiembre del 2006, pero hemos seleccionado el segundo martes de octubre como fecha de celebración. Fue una idea mía ante las diferentes peñas o actividades que se realizaban en la localidad, y que estaban centradas en lecturas de textos y en una repetición de cosas sin sabor alguno. Podíamos provocar la polémica, desde una óptica reflexiva, de respeto y, sobre todo, cultural. Luego de transitar por la sede del Centro Provincial del Libro, por las librerías Antonio Suárez y Ateneo, decidimos fijarla en la UNEAC, la sede ideal. Hemos desarrollado 110 sesiones en nueve años. No ha sido fácil, para eso hay que estar preparado en diferentes temas, en saber tocar puntos candentes y sobrellevar las respuestas, buscar que los invitados se sientan bien, y que todo fluya.

De los temas que fluyen a los que no, ¿dónde está la mayor controversia?

Han fluido los temas literarios, los debates en relación con la llamada crisis de la cultura, o en cuanto a valores. Nos falta tocar temas de género, de sexualidad, de derecho, económicos, socioculturales, religiosos, de evasión de impuestos, de políticas medioambientales, etc. No los hemos podido afrontar por diferentes motivos, y urge que haya una mentalidad más abierta en determinados sectores, que los títulos de los debates no se vean como cosas peligrosas, como a veces ocurre. A decir verdad, hay personas y funcionarios que tienen miedo a formulaciones semánticas.

Ciertas actitudes ante temas y debates, ¿le generan más polémica?

No se agrede a la patria por tocar esos temas, y menos a la Revolución. El no hacerlo sí gravita en esas problemáticas. Mucha gente por todas las vías me pregunta si me han censurado o no. Yo no estoy censurado, pero sí me autocensuro en algunas cosas, porque no sé cómo van a reaccionar determinadas esferas. Urge, también, que funcionarios y trabajadores de la Cultura asistan a las sesiones de trabajo, no solo la Directora provincial, que sí ha ido a muchas; y ni hablar de directivos de otras entidades a los que he invitado. ¿Sabes lo que preguntan muchos de los que concurren a Pluralidades, que si esos funcionarios tienen miedo a escuchar? Así no se defiende la Cultura, hay que estar dispuestos a confrontar ideas.

Se dice que en Cuba se ha perdido la cultura del debate, ¿qué opina?

Hemos perdido la capacidad del debate en nuestro país. No hay cultura del debate, porque todo lo queremos politizar. Este tiene que existir con respeto, poder escuchar al otro, aunque no se compartan sus criterios, pero hay que escuchar y mucho. En eso, el presidente de nuestro país, General de Ejército Raúl Castro, ha dado muestras estupendas de la capacidad de oír, de someter a juicio reflexivo la opinión de otros, sin que ello menoscabe el papel y el rol de la Revolución. Hay que trabajar mucho en eso, pero no hay en estos momentos una capacidad de debate y se le teme mucho a la polémica. A todo lo que huela a polémica se le pone el cartel de conflictivo, y así no vamos a ninguna parte.

En cambio, Pluralidades ha sobrevivido...

Sostener un debate teórico me ha traído muchos halagos y consideraciones, y no pocos sinsabores. Considero que el público que asiste regularmente tiene un grado de comprensión, pero algunos van un día y lo quieren coger como tribuna, y yo los bajo de allí de inmediato. Pluralidades... es para defender la cultura cubana y universal, no para hacerle el juego a nadie. No es trinchera de mercenarios.

Ser un provocador, ¿le funciona siempre?

No sé si soy un provocador. Trato que los entrevistados se sientan provocados, y que no vayan a disertar como cátedras, sino como individuos con un nivel de conocimiento alto del tema previsto. Si se sienten provocados, mejor. Nadie, sin ser provocado, responde con tino.

¿Cuánto de Pluralidades hay en Santos, y viceversa?

Pluralidades soy yo, y todo lo que tiene es de mí, con errores, aciertos, deficiencias, pero nunca con malas intenciones. Allá los que piensen así, entonces ellos no son intelectuales, son meros tartufos. Y, por otro lado, me ha dado la oportunidad de conocer muchas cosas, confrontar mis conocimientos, mejorar mi formación intelectual, mi pasión por Cuba.

El martes 12 de octubre a las 4:00 p.m. se cambiarán los papeles, ¿será Santos el invitado que siempre ha querido tener?

Si Yoan Pico me hace preguntas provocativas, yo seré ese invitado que siempre he querido tener. Hablar sin remilgos, como aprendí de Raúl Roa. Ser yo, el hombre, el intelectual que defiende a Cuba por encima de todo, sin temor. Yo quiero que mis invitados acudan a defender la cultura cubana, no a escudarse en palabrerías o en poses. Quiero que vayan como entrevistados para que expongan cuánto hemos alcanzado, cuánto nos falta y cómo podemos eliminar las deficiencias que hay en el país, pero amando a Cuba.Eso es amar la Revolución, que es única desde 1868, no la repetición de consignas o diatribas, eso lo hace cualquiera. Lo importante es que formemos parte de la nación, de este pueblo, que ha luchado y lucha por su independencia y felicidad.

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