Los resultados de los últimos dos años fueron el pretexto de la reunión, en la que se habló poco de los logros, y mucho de insuficiencias individuales e institucionales, de tanto que falta por hacer.

Dos señalamientos tocaron el fondo. Por un lado, la falta activismo de los miembros. Después de solicitar durante años espacios propios en la radio y la televisión, no responden a los llamados. En otro sentido, se confunde promoción con divulgación, se privilegia el anuncio de las actividades en los medios o de los premios y eventos. Por falta de seguimiento se le pierde la pista a la obra y al creador. En ese sentido, la AHS debe acompañar más al asociado.

La crítica y la calidad fueron otros temas medulares. Lo primero es un reclamo social que amerita la formación de apreciación, algo que ha ido desapareciendo de los planes de estudio, así como de reales espacios para socializar el pensamiento agudo. El segundo aspecto tocó el asunto del crecimiento y la evaluación de proyectos, para jerarquizar lo que vale y garantizar un legado generacional.

También acaparó la atención la figura del instructor de arte, debido a su disyuntiva entre el deber ser y el querer ser, entre la aspiración a artista y la función de educador, algo imprescindible para afrontar la problemática del consumo. Varias intervenciones aludieron las consecuencias en una población que no se inclina por expresiones tradicionales; y por las trampas si no se acerca a las nuevas tecnologías con una actitud cultural, la garantía para lidiar con cualquier tipo de mensaje, ante el salto de conexión para la mayoría.

La agenda incluyó la disposición para el trabajo, los retos de la célula de Florida, el llamado de atención para cuidar la ciudad, el enfrentamiento a las indisciplinas sociales, la generación de proyectos y la colosal implicación para pulir nuestro mundo hasta la saciedad. Precisamente el desbordamiento de los artistas y escritores resultó la principal incitación de autoridades políticas y gubernamentales del territorio, de Fernando Rojas, viceministro de Cultura, y de Rubiel García, presidente nacional de la AHS.

La Asociación toca la sensibilidad. Lo demostró nuestra reunión, la primera de las filiales, continuidad de su segundo Congreso. Camagüey abrió con la presentación del reciente número de la revista digital La Liga, que al decir de su presentadora Oneyda González, fija lo que somos y lo que nos pasa. La Asamblea abrigó todo lo que sentimos, por eso el minuto de silencio en el teatro a la memoria del joven Mandy.

La AHS aquí con Yunielkis Naranjo ratificado como presidente de la filial –con el apoyo de los vicepresidentes Harold Díaz y Dany Rodríguez--, sigue el camino para ganar y defender la condición de vanguardia. Ha sabido escuchar, le queda lograr permanente el diálogo, serle útil a los miembros y a través de ellos parecerse a su tradición cultural.

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