Saco esa conclusión, después de saber que la agrupación a un año de convertirse en profesional -el 7 de mayo- sus actuaciones se han constreñido solamente a localidades de este municipio.

No soy músico, ni mucho menos, pero quienes escuchan a Voces del Son quedan atrapados por su ritmo, armonía y por la interpretación pegajosa de sus tres voces, dos muchachas y un muchacho.

Eso le sucedió a un grupo de miembros de la Asociación de Solidaridad de Suiza y a cubanos acompañantes durante una visita al Centro de Reproducción de Cocodrilos. La oportunidad de saber cómo surge Voces del Son, formación académica de sus integrantes y sobre el repertorio de música cadenciosa, no se podía perder.

Orgelio Estévez Aguilar, el director, narró que en 1999 viajó a Varadero a trabajar con un cuarteto, donde permaneció hasta el 2002 y que al regreso, se dedicó a crear un grupo aficionado con ese mismo nombre.

Las puertas se les abrieron. Ese último año se presentaron en Camagüey en un concurso, auspiciado por la UNEAC, para captar talentos. Yaima Sáez obtuvo el gran premio, mientras ellos el tercer lugar.

En el 2013, después de llevar varios años como aficionados se les presentó la posibilidad de una audición con el Centro Provincial de la Música. ¿Resultados? Salieron airosos y ya cambiaron su estatus.

¿Qué formación académica tienen?

De los integrantes, una de las cantantes proviene de la Escuela de Arte así como el bajista. Los demás somos empíricos, de muchos años en la música.

Yo cantaba en un grupo tradicional de niño. Tuve la oportunidad de cantarle al Comandante en Jefe dos o tres veces en el XI Festival y en la inauguración del Ismaelillo como integrante del grupo que se llamó Cuatro de Abril.

No todos los que forman Ecos del Son viven en Minas, solo cinco, uno procede de Nuevitas y dos de Senado.

¿Por lo que escucho la música es cubana, tradicional y contemporánea?

La base es la música tradicional. Lo que pasa es que queremos hacer, como tenemos personas jóvenes, algunos números contemporáneos y populares que están en el boom para llegarle a la gente.
De dos a tres veces en la semana ensayan y el repertorio, para llevar un año oficialmente de constituido, nada más es amplio: una cifra superior a las 65 piezas.

Al insistirle sobre la calidad interpretativa del trío de voces, Orgelio respondió:

Hemos logrado una cosa. La mayoría de las agrupaciones tradicionales, digamos un septeto (en realidad ellos son ocho) no realizan el trabajo vocal como nosotros. Siempre me ha gustado, provengo de un trío y un cuarteto, hacer las cosas a tres voces. Allí está la diferencia de nosotros.

“La vocalización le gusta mucho a la gente. Ahora cuando nos visitó la comisión provincial para otra audición, después del año de la anterior, dijo uno de los especialistas, quizás porque le gustaba el grupo, que le parecía escuchar un grupo de República Dominicana”.

De los fundadores quedan cuatro y para el director del grupo es un honor que lo integre Yoli (Orlando Fernández) el mayor de todos ellos con 77 años, quien trabajó en Camagüey con grupos profesionales.

Él quería retirarse hace rato, pero para sustituirlo no es fácil, precisó Orgelio.

¿Buen guitarrista?

El instrumento es un invento de él. Es un cuarto-quinto. Tiene nueve cuerdas, dos primas, dos segunda, dos terceras, un cuarto y un quinto. Cuando yo salí del ejército, con 21 años, mi papá me decía: ve con Yoli. ¿Quién es? A mi me gustaba la música electrónica, pero un día lo veo y hablo con él y hacemos el trío Universo. Empezó con un requinto normal de seis cuerdas y me dijo: voy a hacer un invento y le puso doble cuerda a un tres, a un laúd y a una guitarra, tres cosas diferentes.

¿Les gustaría presentarse en algún escenario de Camagüey?

Cómo no. Llevamos un año con el Centro de la Música y las actividades son aquí en Minas.

Creo que los mineños merecen escuchar esa música, pero también que Ecos del Son salga de su frontera.

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