El rótulo El Café Parisién adornado con una cafetera humeante, frutos de zapote, mamey y piña, arabescos de acanto de color ocre y su firma componen la obra de cuatro metros de altura y cinco de ancho, en regular estado de conservación, localizada en la parte superior de una pared donde hoy funciona un establecimiento comercial.

Como “mural de culto” o “suerte de totem pueblerino” calificó la representación Danilo Vega, especialista del Consejo de las Artes Visuales de Villa Clara, durante su conferencia acerca del curioso episodio, entre 1924 y 1925, que constituye un antecedente de la llamada época blanca del autor de las famosas obras “Tuberculosis” y “Beatas”.

Este año el Salón Fidelio Ponce de León conmemora el aniversario 120 del natalicio del reconocido pintor de los pinceles tristes, de ahí el homenaje del artista español José González Trincado con una muestra personal, en la galería Larios; así como la retrospectiva Fidelio, en el Museo Provincial Ignacio Agramonte, con obras nunca antes vistas.

Su verdadero nombre era Alfredo Ramón Jesús de la Paz Fuentes Pons (1895-1949), pero trascendió como Fidelio Ponce de León, una de las más importantes firmas de la vanguardia plástica cubana del siglo XX, un peregrino que enseñó a los niños pobres y pintó en bares y tabernas  para poder comer.

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