CAMAGÜEY.- Con su impresionante curriculum Paul Murray da fe de estar contagiado de una vieja pasión que se resume en el amor por la luz, y gracias a esto es un fotógrafo recurrente en la intención de captar cada pequeña variación de esta, visitando los más diversas locaciones en las más inesperadas latitudes, del Ártico a la Antártida de Islandia a México o Argentina, Murray , él sabe que la luz tiene una especial incidencia en como los humanos percibimos los colores, entonces el, no solo selecciona concienzudamente un determinado encuadre para un objeto o paisaje, también selecciona con minuciosidad el momento en que la luz lo resalte mejor, ese instante en que hace explotar su color o le da un nuevo carácter.

 Esta premisa es la esencia de la exposición Color and Light, un conjunto de 36 obras cuya temática se mueve en tres direcciones fundamentales; La naturaleza, las cosas fabricadas por el hombre y el hombre como sujeto en la sociedad. Muchas veces estos subtemas de su obra se entrecruzan y producen otras interesantes combinaciones. Murray es un mago, cuando miramos sus fotos del Ártico o la Antártida, sentimos frio real y cuando vemos fotos como Lifeis Good!, nos comparte su ternura.

Fotos: Paul Murray Fotos: Paul Murray

Tal como indica el nombre de la muestra, se hace recaer la importancia en la luz como protagonista de un misterio que aun con las nuevas tecnologías, ya sea en blanco y negro o a color, constituye el elemento fundamental para que se produzca. Por otra parte, junto a la temperatura y otros factores ambientales, es responsable también de la intensidad o los matices con que percibimos los colores, el conocimiento de estos y otros muchos detalles marcan la diferencia entre un fotógrafo casual y uno profesional, como es el caso. La intención con que se use esa luz, destacando texturas y detalles que usualmente no se aprecian, logra fijar nuestra atención en elementos que adquieren entonces una nueva connotación.

Hoy 5 de marzo se clausurará esta exposición, montada esta vez en la galería de la Casa del Alba Cultural, de La Habana luego de haberse presentado en Camagüey, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba. Un recorrido de casi cuatro meses por estas diferentes ciudades cubanas donde la acogida del público y los medios fueron muy favorables. Además de ello existió una especial empatía con sus fotos de personas de diferentes edades y países, esta vocación antropológica de Murray marca para bien su obra, y testifican una sensibilidad muy especial para saber comprender los seres humanos en sus entornos habituales y retratarlos en momentos muy especiales.

Los proyectos continúan y esperamos que este noviembre aparezca Murray por acá por Camagüey, donde ya tiene un público y muchos amigos entre los fotógrafos locales, sobre todo del grupo de fotografía de naturaleza Bioencuadre, con quienes sostuvo un encuentro el pasado año, seguramente no demorarán mucho en intercambiar nuevas experiencias. 

*Curador Consejo Provincial de las Artes Plásticas de Camagüey