CAMAGÜEY.- La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) celebra este 22 de agosto los 60 años de fundada. Camagüey tuvo una incidencia directa en la constitución debido a figuras claves en el liderazgo de sus procesos, y a la actitud de los miembros porque ser de la organización significa defender la Revolución.

El respaldo estaba desde la intención entre poetas de comprar un avión útil al nuevo proyecto social cubano. Se pondrían de acuerdo del 27 al 30 de octubre de 1960 en esta ciudad. Decía la invitación: “Esperamos verlo junto a nosotros en este Primer Encuentro Nacional de Poetas y Artistas, para demostrar la unificación de ideas de nuestra clase, con la Revolución y cimentar las futuras bases para la celebración del Primer Congreso de Poetas y Artistas de América.”

El poeta y pintor camagüeyano Rolando Escardó, teniente del Ejército Rebelde, falleció el día 16 de ese mes en un accidente automovilístico en Jagüey Grande. Ultimaba detalles para el intercambio que logró desarrollarse y fue clausurado por Nicolás Guillén.

EL CONGRESO FUNDACIONAL

En diálogo telefónico con Adelante, el escritor y combatiente Benito Estrada Fernández —oriundo de Báguanos, Holguín, pero radicado en la tierra de Ignacio Agramonte desde 1970— reveló otros detalles de su investigación titulada La Unión de Escritores y Artistas Camagüeyanos. Breve recorrido histórico en su sesenta aniversario.

Cuenta que el propio Guillén nombró gestores para la preparación del Congreso constitutivo de la Uneac. Aquí correspondió esa tarea a Luis Suardíaz, entonces director del Consejo Provincial de Cultura, radicado en el inmueble donde hoy se localiza la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella. Los interesados en participar en el evento previsto del 18 al 22 de agosto de 1961 en el hotel Habana Libre, podían inscribirse frente al Parque Agramonte, y solo debían pagar el pasaje.

Manuel Villabella (a la derecha) y Raúl González de Cascorro (al centro), representantes del movimiento intelectual del Camagüey de los años ´50 que impulsó la obra individual y mayor voluntad colectiva desde la fundación de la Uneac. Foto: Archivo Uneac CamagüeyManuel Villabella (a la derecha) y Raúl González de Cascorro (al centro), representantes del movimiento intelectual del Camagüey de los años ´50 que impulsó la obra individual y mayor voluntad colectiva desde la fundación de la Uneac. Foto: Archivo Uneac Camagüey

“Por Camagüey fueron 33 delegados, asegura Benito. Entre ellos estaban los escritores Raúl González de Cascorro, Manuel Villabella, José Oberto Caissé y Rómulo Loredo; por artes escénicas, Elvira Cruz, Joaquín Cobo y el argentino Pablo Verbitsky; los músicos Jorge González Allué, Louis Aguirre y Guillermo de Jesús Cortina; los pintores Jorge Santos Díaz y Héctor Molné. También, artistas de otras provincias, por ejemplo, Fernando Alonso que estaba en la ciudad, y Raúl Santos Serpa y otros profesores de la academia de artes plásticas”.

En el Congreso se reconoció al Camagüey a través de sus hijos. Roberto Fernández Retamar evocó a Escardó. Al frente de la organización quedó Guillén como presidente y Suardíaz como vicepresidente. Además, en el nacimiento oficial de la organización Benito rastreó la presencia de Alberto Chapotín Pérez, Elio Cambra Cassalí y Sergio Ramos Ledesma, al estar en el coro gigante de la Escuela de Instructores de Arte invitado a la clausura del evento. También reunió pruebas para afirmar que la primera coordinación de la Uneac fuera de la capital surgió en Camagüey, el 29 de septiembre de 1961.

DESAFÍOS EN LA UNIÓN

“Ni la Uneac ni los resultados de los creadores se pueden desligar de las instituciones”, afirma Sergio Morales Vera. Foto: Leandro Pérez Pérez/ Adelante“Ni la Uneac ni los resultados de los creadores se pueden desligar de las instituciones”, afirma Sergio Morales Vera. Foto: Leandro Pérez Pérez/ AdelanteEn opinión del poeta y periodista Sergio Morales Vera, “a partir de 1978, cuando se reorganiza, la Uneac empezó a tener un papel más relevante en Camagüey”. Pasó con la guía del reconocido escritor Raúl González de Cascorro, y mayor tranquilidad al disponer de sede. Varios fueron los espacios por donde había transitado. Se fundó en el Círculo de Profesionales —hoy, la parte del Cabaré Colonial, Hotel Santa María—, pasó meses en áreas del Consejo de Cultura frente al Parque Agramonte, y también radicó en Avellaneda 218 y en San Esteban 465. En los años noventa se mudó a Cisneros 159.

Desde el 2008, Sergio preside el Comité Provincial que relaciona a 241 personas, aunque algunas no residan en el territorio: “Los sesenta años de vida de la Uneac representan un caudal de creación, un incremento del patrimonio cultural de la nación y un ejemplo en la defensa de la identidad nacional sin precedentes porque una organización como la Uneac sólo existe en Cuba”.

 Armando Pérez Padrón da a los jóvenes tres razones para ser de la Uneac: “La primera como un espacio auténtico de compromiso con su tiempo; la segunda, para preservar la identidad nacional; y tercera, la conciencia de la historia porque cuando uno es joven cree que no hace historia, herramienta fundamental en la defensa de cualquier proceso cultural y social”.Fotos: Leandro Pérez Pérez/ Adelante Armando Pérez Padrón da a los jóvenes tres razones para ser de la Uneac: “La primera como un espacio auténtico de compromiso con su tiempo; la segunda, para preservar la identidad nacional; y tercera, la conciencia de la historia porque cuando uno es joven cree que no hace historia, herramienta fundamental en la defensa de cualquier proceso cultural y social”.Fotos: Leandro Pérez Pérez/ AdelanteEl vicepresidente primero, Armando Pérez Padrón, insiste: “Mi primer pensamiento hoy es para Fidel. No se llama Unión por gusto, sino porque Fidel era un estratega de la ideología. Obviamente, para que un país pequeño con una revolución socialista radical defienda su soberanía precisa del concurso del mundo intelectual y artístico”.

Este investigador y profesor de historia del cine considera un indicador favorable el reconocimiento de las autoridades y el seguimiento del pueblo a los Congresos porque la Uneac denuncia la burocracia, la ineficiencia, las trabas: “Los jóvenes de hoy no pueden dejar perder la Uneac. Atemperados a los tiempos que se viven, algunas matrices se parecen a las grandes batallas de aquellos tiempos, pero son totalmente diferentes los contextos”.

La organización también atiende a proyectos socioculturales e iniciativas comunitarias sostenibles. A través de la red de colaboradores y junto al Centro de Intercambio y Referencia sobre Iniciativas Comunitarias (CIERIC), explica la especialista Luisa María Ferrá Gómez, la Uneac acompaña metodológicamente prácticas identitarias y revitalizan tradiciones de la nación.

VOLVER A ESCARDÓ

Lamentablemente, se sabe o se habla demasiado poco de la vida y de la obra de Rolando Escardó (1925-1960) Tenía los ojos verdes y el cabello castaño. Era en sí mismo una revelación de la poesía, un acertijo de lo humano. Llevaba el apellido de su madre, Dolores Escardó de la Peña. Practicaba la espeleología. Andaba con el desvelo de una gesta. Sabía unir y fundar. Apenas tenía 35 años de edad cuando la muerte nos lo arrancó de un tajo.

Una reciente publicación de Facebook del Museo Provincial Ignacio Agramonte, saca a la luz documentos de identificación, fotografías, una libreta con sus contactos y una reveladora síntesis biografía.

Desde 1961 se mantiene la tertulia de homenaje a Escardó, iniciada en Camagüey por Roberto Fernández Retamar. Foto: Archivo Adelante Digital.Desde 1961 se mantiene la tertulia de homenaje a Escardó, iniciada en Camagüey por Roberto Fernández Retamar. Foto: Archivo Adelante Digital.Escardó fue actor, bailarín y cantante de la Sociedad Santa Cecilia y el Teatro Principal. Publicó sus primeros poemas en la prensa local. Estuvo a cargo de la sección poética del Magazine de Cuba. Fundó los grupos Los Nuevos y Yarabey. Editó poemas de José Martí en 1953. Preparó una selección de bardos camagüeyanos en 1957. Vivió clandestino en La Habana. Se opuso a la tiranía de Batista y fue perseguido, apresado, torturado y exiliado en México.

Con el triunfo de 1959 se incorporó a cumplir tareas del Instituto Nacional de la Reforma Agraria, en la zona de la Ciénaga de Zapata, donde organizó cooperativas de carboneros. Volver a él es una deuda no solo para la Uneac, sino para todos los convencidos de que la alternativa a un mundo mejor se construye con activismo y con resistencia cultural.

En el prólogo al Libro de Rolando (1961), Virgilio Piñera cuenta una anécdota que es lección de espiritualidad para estos tiempos de faranduleo, consumismo, apariencias y falta de honestidad intelectual.

“(…) Recuerdo habérmelo encontrado en vísperas de un viaje a Méjico (enero de 1958) Fue en los ensayos de mi pieza La Boda. Lo acompañaba Luis Marré, que se me acercó para decirme: 'Virgilio, préstame un peso, Rolando está muerto de hambre, tiene mareos, hace días que no come'. Vi entonces a Escardó ─fantasma ambulante─ que apretaba unos libros bajo el brazo. Con esa cordialidad tan de él me ofreció uno. 'Es la Antología de Poetas Camagüeyanos' ─me dijo. Si alcanzo a cubrir los gastos de impresión con el resto de la venta editaré mi libro de poemas. Acto seguido, como si un desaliento avasallador lo hubiera reducido a cero, añadió: '¡Pero qué rayos voy a editar si me estoy comiendo, peso a peso, capital e intereses! Sobrevino un silencio penoso en el cual pasamos revista, él y yo, a nuestras hambres respectivas. Entonces Escardó, poniéndome una mano en el hombro, me dijo: 'Qué quieres, hermano, es así, seguirá siendo así. Es nuestro Karma'”.