CAMAGÜEY.- Carlos Manuel de Céspedes empezó desde el teatro a construir el hombre nuevo que necesitaba Cuba, afirmó hoy el historiador Ernesto Limia, en una conferencia de homenaje al 10 de octubre desde el 17 Festival Nacional de Teatro de Camagüey.

“No se puede entender la historia sin la cultura que modeló a los hombres que fueron a la guerra. La cultura es un instrumento subversivo que cambió la conciencia de la nación”, sostuvo en el Centro de Convenciones Santa Cecilia.

Como parte del retrato biográfico del líder bayamés devenido Padre de la Patria, el investigador aludió a los ideales liberadores en dos obras que Céspedes tradujo y dirigió, El cervecero del rey, del francés Florencio Dancourt, y Las dos dianas, de Alejandro Dumas.

“Luego escribió El conde de Montgomery, con la cual estrenó el teatro de Bayamo. Este hombre de pensamiento y acción ya está hablando de la necesidad de ir a la guerra. Él vincula la independencia nacional y la abolición de la esclavitud”, enfatizó.

También abordó las diferencias entre Céspedes e Ignacio Agramonte, el héroe epónimo del Camagüey, reconoció los defectos humanos, pero destacó la visión al creer en la cultura como elemento para la transformación social.

“Hace poco le hicimos el monumento que merecía, al lado de Martí, de Fidel, de Mariana”, un enaltecimiento en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, que consideraba incompleto cuando publicó el libro Cuba libre. La utopía secuestrada (Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2015).

Ernesto Limia anunció un proyecto de película acerca de Céspedes, compartió con el auditorio el sentido de estar hoy aquí y no en su Bayamo natal: “Me parece más loable compartir con los teatristas la historia de la patria. Muchísimas gracias por este día”.