LA HABANA.- Numerosas bibliotecas especiales funcionan hoy en Cuba para lectores ciegos y de baja visión, lo cual contribuye a la educación y cultura de ese segmento poblacional.

Carlos Ramírez, de la dirección de la Asociación Nacional del Ciego (Anci), destacó la importancia de la labor de esos centros, que contribuyen a la enseñanza y preparación de los invidentes, en el marco de la celebración este 7 de junio del Día del Bibliotecario.

La mayor biblioteca de este tipo funciona en el Centro Nacional de Cultura y Recreación, ubicado en la capital del país, que cuenta con más de siete mil obras en Braille, tinta, grabadas en discos o editadas en computación.

Sobresalen también la sala Frank Emilio Flynn, de la Biblioteca Nacional José Martí, y la Rubén Martínez Villena en La Habana Vieja, así como las provinciales de Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Cienfuegos y Villa Clara.