CAMAGÜEY- Una hora antes de la medianoche rompió la música en la Plaza de la Revolución camagüeyana. Los muchachos del proyecto Sonando en Cuba comenzaron a poner alto la sonoridad en la madrugada.

Minutos antes, Paulo FG aseguró que lo más importante en la música era lograr resumir sonoridades y mantener una sonoridad propia.

“Eso es lo que ha hecho siempre la Élite en sus 25 años. Ahora trabajamos más los sonidos sintetizados, electrónicos, pero no dejamos de experimentar con todo. A eso te ayuda las etapas que hayas vivido y la experiencia que logres”.

Casi al salir a escena, la pregunta se imponía: ¿Cómo valora Paulo el impacto de Sonando en Cuba?

— El efecto que ha tenido el programa me llena de beneplácito: sobre todo por lo que ha aportado al pueblo en materia musical.

“Un artista se lo debe todo a su gente, a lo que hace por ellos, a su cariño. Es un espacio que le ha llevado alegría a las personas, esa también es tu alegría, sobre todo si la gente en vez de decirte que el programa está bueno te agradece por él. Para mantener el proyecto hemos tenido que renunciar a varios planes de la Élite, pero nada de eso nos ha detenido.

“Hacer el programa también nos ha demostrado que se pueden lograr producciones con buena factura, con una alta calidad estética y ha probado que desde el amor se pueden lograr grandes productos con buen acabado”.

En estos momentos, el pueblo en la plaza disfruta de la música de los integrantes del proyecto Sonando en Cuba.