CAMAGÜEY.- La consulta de hoy está a cargo del Dr. Yordanys Fernández Cruz, especialista en Oftalmología, al frente del servicio de cataratas del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad, quien nos aclaró que este padecimiento consiste en la opacidad del cristalino —lente que fisiológicamente tiene el ojo—, poco mayor que una lenteja, y cuando el cristalino pierde transparencia e impide el paso nítido de la luz a la retina, el paciente sufre una pérdida progresiva de la visión.

¿Por qué esta opacidad?

—Puede ser congénita, adquirida por traumas, también relacionada con enfermedades metabólicas como la diabetes o por la edad, o sea, en personas mayores de 60 años, aunque últimamente aparece en pacientes más jóvenes.

¿Puede ser hereditaria?

—No necesariamente.

¿Cómo darse cuenta que la padece?

—Cuando hay cambios frecuentes en la graduación de los espejuelos, y en las noches, cuando es central, tiene la sensación de que mejora su visión, porque se le dilata la pupila y ve por la periferia del ojo, también hay una visión borrosa, halos de luces en las noches, pues al mirar hacia la luz la observa y además, ve un halo oscuro.

Si es congénita, ¿cómo saberlo, porque los niños no saben expresarlo?

—Cuando se detecta algún problema en su desarrollo psicomotor hasta el año sobre todo. Estos no siguen la luz con sus ojitos, ni prestan atención a los objetos de colores más vivos; y también por el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) porque a todos los bebés se les hace un examen oftalmológico antes de los tres meses de nacidos, e igual si van a entrar al círculo infantil. Si son operados es diferente a los mayores, porque hay que quitarles la cápsula.

En esos casos, ¿siempre es quirúrgico el tratamiento?

—No, depende, si es central y pequeña, no se opera; de ser unilateral y pequeña, tampoco, y si es bilateral siempre se realiza, y si es un niño sano puede ser intervenido quirúrgicamente después de los seis meses.

¿Se le coloca el lente intraocular?

—No, se pone si es operado después de los dos años.

¿Las personas acuden por estos síntomas o por otras causas?

—Por los síntomas, al hacerles la refracción y comprobar que la visión no es útil porque está por debajo del 50 %, entonces el optometrista lo remite al oftalmólogo, quien le realiza los exámenes pertinentes.

¿Vienen directamente al hospital?

—Por lo general acuden a su médico de familia, este los remite al oftalmólogo de la policlínica; y de las nueve de esta ciudad, hay especialistas en cinco, quiere decir que el paciente transita de acuerdo con el padecimiento, incluso, los oftalmólogos de aquí consultan en las áreas de salud, en mi caso me corresponde la policlínica Finlay todos los martes, eso acerca el servicio a la comunidad, razón de ser de la Atención Primaria de Salud (APS) y se recarga menos el hospital.

¿Qué hay de cierto de ese criterio de que es operada cuando está muy avanzada?

—No, eso cambió porque hay técnicas mucho más modernas, como mediante láser o la facoemulsificación —consiste en deshacer las cataratas y aspirarlas—. No tiene que esperarse tanto.

¿Siempre hay posibilidad de colocar lentes intraoculares?

—Sí, por el poder dióptrico del cristalino, incluso, si surgiera alguna complicación durante la cirugía puede instalarse en la parte anterior del ojo.

¿Se presenta en un sexo más que en otro?

—No sucede así, aunque si la causa es traumática sí sobresale en los hombres por razones obvias relacionadas con el trabajo.

Mencionó a la diabetes como una de sus causas, ¿hay otras enfermedades o medicamentos propiciadores de cataratas?

—El lupus, el uso de esteroides, entre otros.

¿Cómo califica el éxito de estas intervenciones quirúrgicas?

—Si la persona no tiene enfermedades asociadas, como de retina, degeneración macular, glaucoma, el éxito es total, mejoran de una manera tremenda.

¿No importa la edad?

—Imagínese, hemos operado a ancianitos de 104 años. Sí es importante que esté compensado de otras dolencias y lúcido porque así ayuda a su recuperación.

¿En qué radica el éxito de la cirugía?

—No solo en el proceder quirúrgico, sino en el cuidado del paciente después de realizada esta.

Si padece de cataratas en ambos ojos, ¿se operan al unísono?

—Aquí en Camagüey se operan los dos, pero no a la vez, sino al mes uno de otro. En la capital sí se está haciendo en los dos en el mismo momento quirúrgico porque se cuenta con otros recursos.

¿Qué estudios anteceden la cirugía?

—El cálculo del lente y una investigación clínica que incluye hemoglobina, glucemia y electrocardiograma, el clínico es quien aprueba o no esa posibilidad.

¿Requiere ingreso hospitalario?

—No, es ambulatoria, viene al otro día a chequearse, luego a la semana, al mes y a los tres meses se le hace la refracción definitiva y son indicados sus cristales, sobre todo para ver de cerca, porque los lentes intraoculares que tenemos solo son para la visión lejana o de lejos, como se conoce.

Al año, ¿cuántas operaciones reportan de este tipo?

—Entre 2 500 y 3 000.

¿Algún cuidado para evitarla?

—Sobre todo en la traumática, hay que evitar los golpes, se ven heridas corneales penetrantes, es muy común por la entrada de espinas de marabú.

¿Siempre la edad es lo más influyente?

—Desde luego. Entre un 60 o 70 % de los casos supera los 60 años de edad.

Si el operado fuma, ¿algún consejo?

—Es oportuno dejar de fumar después de operado porque se evitan inflamaciones oculares y la irritación.

¿Puede calificarse como una cirugía agradecida?

—Por supuesto, es sencilla, poco costosa, y la recuperación de la visión es inmediata, puede llamarse hasta mágica. El paciente lo agradece enseguida.

Aun así es bueno conocer que según expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cataratas son responsables del 48 % de los casos de ceguera en el mundo, y muchos países todavía no disponen de los servicios médicos para operarlas. En el mundo hay más de 40 millones de personas ciegas curables por cataratas.