CAMAGÜEY.- La nutrición en la edad pediátrica es básica y fundamental para un buen crecimiento y desarrollo, pero la alimentación del niño hasta el primer año de edad ocupa un lugar preferencial.

Para conocer acerca de este tema, y tenerlo en cuenta inmediatamente después del nacimiento, acudimos al concurso del Dr. Eduardo Espinosa del Risco, Profesor Asistente, Máster en Atención Integral al Niño y especialista de Segundo Grado en Pediatría, con muchos años de experiencia en el hospital pediátrico provincial Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, y que se caracteriza por su sentido de responsabilidad y humanismo, ese que dice, cree, y hace de la medicina todo bien pensado, estudiado, sin improvisaciones. Es muy querido y admirado por sus alumnos, y le llaman cariñosamente Dr. Espinosita.

Él, con sencillez, sinceridad y muchos conocimientos comenzó nuestra consulta de hoy con una aseveración tácita: “No hay algo que supere la lactancia materna; es decir, la leche de pecho, probada y comprobada a través de los siglos, y verificada con experiencia en diversos lugares del mundo. Esa es la campeona en la alimentación de los bebés, sobre todo hasta los seis primeros meses de nacidos, de manera exclusiva”.

¿Cuándo debe prepararse la mujer para lactar, y hasta desde el punto de vista psicológico?

—Para atender y entender las prioridades del bebé, lo primero es concebir y parir a un niño deseado, si esto es así, lo demás es más fácil. Y cuando la madre se decide a procrear debe instalar en su cerebro que va a lactar a su hijo, es fundamental, como lo es evitar o erradicar prácticas tóxicas como fumar o beber alcohol.

“Debe ser preparada en el período prenatal, y de esto debe ocuparse el obstetra, auxiliado por el especialista que sea necesario, y no solo es explicarle las maravillas que produce esta leche, sino también hacerle saber de los organismos anatómicos de donde procede que son las mamas. Hay que examinárselas, verle el pezón, si este es plano o no, si tiene la aureola, para evitar después el abandono de esta alimentación o la justificación porque el muchacho no pueda alimentarse. Hay que orientarla desde que hizo su encargo”.

De detectarse algunos problemas en sus mamas, ¿tienen solución?

—Claro, hay ejercicios de rehabilitación para los casos de mujeres con pezones planos.

Luego de nacido el niño, ¿cuándo se coloca en el pecho de la madre?

—Por orientación internacional y de nuestro Ministerio de Salud Pública, debe hacerse lo más rápido posible, con la técnica correcta, eso repercute favorablemente en su estado nutricional. Siempre que la madre tenga un parto normal, sin complicaciones y el niño no presente dificultades al nacer, puede comenzar a alimentarse a partir de su primera hora luego de salir del claustro materno. El calostro en los tres primeros días es la primera vacuna que recibe el niño, al tercero y hasta los ocho días viene la leche llamada intermedia donde bajan las proteínas, aumentan las grasas y las sales minerales, y luego la madura.

“Hay mujeres que al término del parto, todavía la están cosiendo si lo necesita, y ya le colocan al bebé al pecho, eso es muy bueno”.

Si hubiera alguna dificultad en el parto, ¿qué hacer?

—Hoy en día el Estado ha adoptado sus medidas. Si el niñito nace mal o la madre tiene alguna complicación, cuestiones verificadas científicamente, contamos con los bancos de leche humana y aquí está en el hospital materno infantil Ana Betancourt. Eso es una maravilla, incluso, si el bebé nace pretérmino o bajo peso y la madre no tiene la leche suficiente, más el problema psicológico que trae aparejado el caso, se utiliza la leche de este sitio y así hemos logrado disminuir aún más la tasa de mortalidad infantil.

El hecho de un nacimiento constituye en sí mismo un acontecimiento para la pareja, la familia y hasta para los vecinos y amigos, ¿qué hacer ante las diversas y controversiales opiniones que se generan a su alrededor?

—Con muy buena fue todos quieren cooperar; sin embargo, debe tenerse en cuenta ese reflejo con el cual se nace que es el de búsqueda u hociqueo, el niño busca por instinto el pezón y la aureola, que consiste en que la madre adopte la posición adecuada, sentada, extendida y poniendo a su hijo en un ángulo de 45 grados con la cabecita descansada en el brazo acorde con el pecho que se le ofrezca, y aguantar al bebé por debajo con ese mismo brazo.

“En no pocas ocasiones, por querer ayudar, se provoca un conflicto por fallo en la técnica. Otra cosa a tener en cuenta es que el recién nacido debe tener el pezón y la aureola dentro de la boca y todo eso hay que orientarlo y verlo”.

¿Qué tiempo dura la tetada?

—Diez o 15 minutos, e inmediatamente al recién nacido o al lactante hay que colocarlo en posición erecta hacia el hombro de la madre para que expulse los gases.

¿Y si se durmiera con la teta en la boca?

—Es porque se cansa, se estimula tocándole la plantica del pie y la retoma. La lactancia materna la dirige el lactante, es como un director de orquesta, pero quien está al cuidado debe adaptarse al “pedido” del bebé. A veces lloran antes de las tres horas, y si la madre está bien preparada y dispuesta piensa que se queda con hambre y entonces le adelante la toma, o a la inversa, llega a las tres horas y el bebé sigue durmiendo, en ese caso no hay porqué apurarse, entonces se espera ese ratico. Ese acto lo dirige el niño.

¿Cuándo cambiar al bebé de un pecho al otro?

—Debe vaciarse el pecho y pasar al otro. En la próxima tetada comenzar la succión por el último pecho de la anterior para vaciarlo bien.

Luego de terminar el acto de lactar, ¿cómo acostar al bebé?

—Hoy se indica que sea de manera lateral, de lado. Ni boca abajo, ni boca arriba. Así se evita una regurgitación y una bronco aspiración.

¿Qué puede comer esa madre que lacta?

—Todo lo que le caiga bien hasta ese momento, con un horario de alimentación respetado: desayuno, merienda, almuerzo, merienda, comida y cena.

¿Qué no debe comer y cuáles son los medicamentos contraindicados en esa etapa?

—Solo debe ingerir el medicamento indicado por su médico porque hay muchos que producen reacciones tóxicas para el recién nacido y otras están en el límite para la madre.

¿Qué opina acerca del suministro de cocimientos o té para el niño?

—Cuidado con eso. Hay quienes refieren los usaron años atrás, no sé cuántos niños morirían por esa causa; solo si un especialista en esa rama de la medicina lo orienta y en las dosis exactas. El té nunca, es estimulante como el café y puede ocasionar hasta convulsiones.

¿Cómo mantener la higiene de los senos?

—No creer en productos sean de donde sean. Agua, si puede con un algodón aséptico y percatarse de no dejar “pelitos” de este y menos jabón. La misma propiedad anti infecciosa que tiene su leche la protege. En épocas pasadas se usaba la leche materna hasta para las conjuntivitis purulentas, por su acción anti infecciosa.

“Otra orientación a la madre debe ser esta: ‘su niño va a perder de peso en los primeros diez días en alrededor de un 10 %’ y así ella no piensa que su leche es deficiente porque es algo normal, un proceso fisiológico”.

Mucho se habla de las ventajas de la lactancia materna, ¿puede detenerse en esto?

—Cómo no. Su propiedad anti infecciosa no la tiene otro tipo de leche, sea fabricada donde sea, ni en el cosmos, y esto lo digo con propiedad, con experiencia, no es simple propaganda. Contiene las grasas, proteínas, vitaminas y minerales necesarias para el niño en esos meses, y aparte de todo esto hay una sustancia que es familia de los azúcares que es la llamada fucosa, la aporta esta leche y es como si fuera un pienso que hace que cuando llegue al intestino hay una serie de bacterias no patógenas que comienzan a estabilizarse, que colonizan todo el tubo digestivo. Por eso le explico a mis alumnos, que imaginen un hotel de cien habitaciones, llegó fulanita y el dueño le dice está todo lleno, no hay cabida, y eso es lo que ocurre. Esas bacterias son las conocidas como latobacilo-bífido, y es el ácido láctico que impide la anidación de los gérmenes, es importantísimo.

“Y contrario a lo que se dice demasiado, ayuda a mantener la estética de la mujer, lo demás es un cuento; lactar tiene que ver con el ambiente, el padre de la criatura, el resto de la familia y hasta el vecindario.

“Está a la disposición del niño, es barata, la interrelación psicológica madre-hijo es vital para su desarrollo hasta intelectual; y es una satisfacción para la madre ver a su hijo cómo progresa en el peso y talla, de acuerdo con los meses que van transcurriendo y decirse a sí misma, que es por su propia leche, eso es insustituible. Esos bebés, solo al verlos, nos decimos, ese está alimentado con el pecho de su madre. Se ha tratado de imitar esta leche, sin resultados. No es algo mágico, pero sí lo mejor. Aporta, además, un modulador del crecimiento del sistema nervioso que no lo tienen las otras leches.

“Cuando los chicos son ingresados en la sala de diarrea aguda, todos lactantes llegan allí, en su mayoría, porque abandonaron el pecho por diferentes razones, casi ninguna aprobada por el médico. Le digo a los alumnos toquen al niño, reconózcanlo, no tiene ni corriente ni espinas y pregunten a la madre, y cuando las entrevistas te dicen que han probado con tantos tipos de leche, que por favor, es tremendo”.

¿Hay alguna contraindicación de la lactancia materna?

—Pocas, pero las hay, como son algunas enfermedades crónicas transmisibles, o si nació con una malformación congénita, si es un pretérmino o hijos de madres cardiópatas o nefrópatas, si fallece la madre. Otros niños no toleran leche alguna y se les garantiza la alimentación por el Estado.

¿Y una madre con VIH?

—En un país como el nuestro sí es una contraindicación, pero en algunos de África, ya dicen que es mejor amamantarlos, pueden contagiarse o no, pero al menos no mueren por falta de otro alimento, esa es otra realidad, no la nuestra.

“Está la leche de vaca entera, del ordeño al niño, pero diluida a partes iguales en agua y más adelante, al menos en una onza de agua, si no hay más remedio. Tenemos la que es industrializada, en polvo o líquida: como la evaporada, la condensada que la utilizamos en los malnutridos por defecto para aumentar las calorías porque es pura azúcar, la maternizada con composición química similar a la materna, pero sus derivados son de la de vaca, otra que viene en bolsas y se indica su preparación, hay que seguir las indicaciones médicas porque las hay para los casos requeridos y el Estado las garantiza.

“También tenemos el yogurt natural, que es leche de vaca acidificada, se le añade un poco de dulce, con cierta medida y siempre en almíbar, nunca el azúcar del saco al niño, eso jamás. Pero todo esto en casos estrictamente necesarios, nunca dejar la leche materna por gusto. Y si se consume la leche de chiva, a cualquier edad todos tienen que tomar ácido fólico, porque no contiene vitamina B12, y ligarla con una onza de agua hervida.

“Aquí hace 40 o 50 años se salvaron algunos niños con leche de yegua, suministrada por pocos días y no puede hervirse porque se coagula.

“Y es bueno tener en cuenta el rescate de la lactancia materna en aquellos niños que por causa de complicaciones de la madre no pueden recibir el pecho, luego de recuperada y preparada psicológicamente para dársela, y se estimuló para no perderla, la reinicia y dice la historia que hay abuelas dispuestas a salvar a sus nietos y han logrado lactarlos”.

¿Qué ocurre cuando el bebé llega a los seis meses de nacido?

—A partir del sexto mes hay ciertos tabúes y no hace falta administrarle otro tipo de leche, siempre y cuando el niño comience con otros alimentos para ayudar a una buena nutrición, acompañados de la leche materna.

“La ablactación es un sistema de alimentación orientado en la etapa de puericultura, ciencia que se encarga del sano desarrollo del niño durante los primeros años de vida, su aspecto físico, psíquico y social por el médico de la familia o el pediatra.

“Viene un nuevo período en la alimentación, pues la leche materna sola no sería suficiente. Debe comenzarse con ese proceso y el médico de familia o el especialista que lo atiende indica qué puede ir incorporando, esquema bien diseñado a nivel internacional. También se acude al reforzamiento del hierro mediante la comida o fortificantes que el médico daría a conocer de acuerdo con el peso del niño. Si hiciera falta alguna vitamina, el cálculo es realizado por el facultativo, no es a libre albedrío porque producen enfermedades como intoxicaciones exógenas.

“Del sexto al séptimo mes comenzamos con jugos de frutas naturales, no cítricas porque estas producen alergias, sin azúcar, y diluidos a partes iguales con agua hervida”.

¿Debe tenerse en cuenta si es agua de pozo o del acueducto?

—Desde luego. Si es de pozo hervirla no más de tres minutos, y si es del acueducto entre cinco y seis minutos. Esa agua que se compra embotellada hay que hervirla también para los niños.

“Corresponden las papillas o purés de viandas y vegetales, estos últimos que puedan pasarse por cocción, como la acelga, la habichuela y con aceite vegetal; a esa edad nada de vegetales crudos. Con las viandas sucede algo y es que siempre se piensa en la malanga y no se cosecha todo el año, tenemos la papa con fama de provocar acidosis; pero hay ñame y boniato. El plátano no necesariamente tiene que ser “macho”. Comenzamos con un alimento, no vincularlo con otros pues debemos estar seguros de que es aceptado por el organismo de ese niño y a los cuatro o cinco días incorporamos una y otra y así.

“Cuando comprobamos que acepta las viandas y los vegetales, entonces podemos ligarlos y hacer un rico puré. Decimos a las madres que esto es poco a poco y con cucharita, no biberones, hacerlo con calma, mucha paciencia y a sabiendas de que el niño se va a embarrar, eso es normal, no hay que pelear ni disgustarse por eso. Los cereales, que no contengan gluten, el de arroz, de avena. No es cualquier cereal.

“Y sin querer “inflarlos”, hay niños flacos que se llaman constitucionalmente sanos; y otros demasiado gordos tienen sus problemas. Hay que tener en cuenta el crecimiento, el desarrollo y la nutrición, tres principios que deben andar parejos.

¿Qué seguiría en el séptimo y octavo mes?

—Las carnes batidas o molidas con el puré con un poquito de grasa vegetal. Suministrarles la de pollo primero, sin el pellejo, otras aves, y la yema de huevo cocinada, sin la clara porque provoca alergias. Se inicia picándola en cuatro partes y una de esas cuatro partes la divide en dos y comienza con un octavo, hasta que poco a poco se coma una yema diaria.

Llegamos al octavo y noveno mes…

—Empezamos con los cítricos y si el niño presenta síntomas de alergias, entonces hacerlo muy sutilmente y estudiarle el tipo de alergia, antecedentes familiares, dónde vive, qué otra cosa comió, con qué se vistió, con qué lo bañaron…, son muchas cosas a tener en cuenta; los cereales con gluten y comenzamos con pescado no graso, bien conservado, cocinado y poco a poco igual.

¿Al décimo mes?

—Añadir dos leguminosas: el garbanzo, y las judías o frijol blanco porque son de muy difícil digestión y, por supuesto, colados o batidos.

En el mes once de nacido…

—Una grasa como la mantequilla, un poquito, y el primer queso será el llamado queso crema, no otro. La gelatina está concebida para después de los diez u once meses por la química que tienen y siempre preparada con agua hervida.

Al año…

—Puede que siga con la leche materna, aparte de los alimentos, y si se le introdujo alguna leche artificial, siempre darle el pecho primero. O sea, ya a esta edad lo primero es la comida, luego el pecho y después otra leche, si no se hubiera llenado. Un no al vicio de teta con mala técnica como si fuera un teto o chupete.

“Ya el niño está preparado para comer todos los alimentos fritos, con aceite vegetal, y los vegetales crudos, con mucha higiene; también el huevo entero, con la clara. Los ahumados y enlatados hasta el año y cualquier tipo de queso siempre que sepamos su procedencia y correcta preparación.

“Hoy los niños son visitados por el médico, le hacen examen físico e interrogatorio a la familia. Se les chequea el peso, la talla, la circunferencia cefálica y torácica. Si hacemos bien esto y observamos la cabeza demasiado grande en relación con el tórax, puede ser por varios motivos y uno de ellos es la malnutrición por defecto, o desnutrición”.

¿Y algo tan rico como el chocolate?

—Nunca antes del primer año.

Si se cumple todo este esquema durante el primer año del bebé, ¿cuál es la mayor recompensa?

—La gran posibilidad de tener un niño sano y que solo sea llevado a las consultas de rutina.