CAMAGÜEY.- La imposibilidad de dormir molesta y mucho. Esto puede afectar a seres humanos de todas las edades y condiciones, independientemente de la raza, religión, estado físico o posición social. Se dice que la manera de vida actual, por lo general signada de las prisas, y sus exigencias con su ritmo apurado, agiliza un aumento de personas con dificultades de este tipo.

Para consultar sobre el tema acudí al Doctor Carlos Morán Giraldo, especialista en Psiquiatría y Administración de Salud, y Profesor Asistente, quien labora en la Dirección Provincial de Salud Pública, de esta ciudad.

—¿Cómo puede catalogarse el sueño?

—Es una necesidad fisiológica. Permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento, es algo integral de la vida cotidiana.

“Como trastorno en sí, cualquiera tiene dificultad un día por cualquier preocupación, por ejemplo. Se llama trastorno cuando interfiere en la vida diaria de la persona y puede ser propio del sueño y asociado a otra enfermedad, como una afección neurótica, psicótica, u otras de tipo mental o a situaciones difíciles de la vida como el duelo ante el fallecimiento de un ser querido, entre otras dificultades”.

—¿Cuántas horas debemos dormir?

—Para satisfacer esa necesidad se requieren entre seis y ocho horas, en los niños más pequeños mayor tiempo, mientras en los adultos mayores sería menor el período, entre seis y siete horas, pues al gastar menos energía en su comportamiento diario se recuperan antes.

—¿Hay solo un tipo de esta alteración?

—No, igual es una dificultad quienes duermen demasiado, la hipersomnia: es un sueño excesivo constante e involuntario, aunque no acuden mucho al médico por esta razón, lo ven más normal y los familiares son los que se quejan.

“Tenemos las llamadas pesadillas, el sonambulismo y los terrores nocturnos, estos dos últimos los encontramos con mayor frecuencia en los niños”.

—Entiendo que van más al médico los que padecen de insomnio…

—Así es.

—Por edades, ¿quiénes son los que piden ayuda médica con asiduidad?

—Los adultos mayores y el suceso casi siempre está asociado a otra enfermedad por un problema de salud de base que genera el insomnio. Algunos refieren que no pueden conciliar el sueño, otros que lo logran y despiertan varias veces en la noche, o se duermen temprano en la noche y despiertan en la madrugada. Hay quienes trabajan en las noches y esto propicia una alteración del sueño-vigilia, o sea, se desordena. En ese caso habría que buscar opciones, pero no es una enfermedad

—¿Son normales esos casos?

—No, hay que corregirlos.

—¿Qué le ocurre a ese que no duerme bien?

—Por el día está irritable, no rinde bien en sus labores cotidianas y su bienestar no es óptimo. Ocasiona hasta dolores de cabeza y se manifiesta con malhumor y como síntoma de una enfermedad de base no viene solo, pueden aparecer síntomas depresivos, de ansiedad o mixto y son los casos más complicados.

—¿Puede alguien presentar esta dolencia de manera pura, sin otra asociada?

—Por lo general no. Lo que debe diagnosticarse la causa para ser eliminada o mejorada.—¿Una persona que duerme poco y al otro día está bien, tiene trastornos?

—No. Todas no se comportan igual. Si duerme cinco horas y repara sus necesidades no pasa nada.

—¿Qué debe hacerse ante este problema?

—Asistir al médico para encontrar la esencia.

—¿Por sexo quién pide más ayuda médica?

—En los más jóvenes las mujeres, entre los mayores no hay mucha diferencia y entre los más adultos invierten el sueño y puede estar relacionado hasta con cuadros demenciales.—¿Son tratados solo con medicamentos?

—Luego de identificar la causa se trata de la manera que el médico determine y algunas veces hasta con consejos puede resolverse la situación Quienes duermen mucho de día es normal que padezcan de insomnio y tienen que eliminar esa práctica.

“Quienes están viendo novelas toda la noche y hasta estresantes es lógico que después no duerman bien. Deben evitarse las situaciones angustiosas y demasiado alegres antes de dormir. La higiene del sueño es lo correcto”.

—¿Influyen o no los hábitos tóxicos?

—Por supuesto. Determinan y mucho, tanto el tabaquismo, el alcoholismo, el café y cualquier tipo de droga, sobre todo si es estimulante.

“Las drogas legales, como el café y tabaco son propiciadores de este problema, incluso, en ocasiones el paciente va al médico se le receta medicamento y no resuelve porque no se abre, no da a conocer sus hábitos, o el médico no le preguntó, y se cae en el peligro de hacerse adicto a estos fármacos, entonces será peor el remedio. No logramos que duerma y se le suma una adicción al psicofármaco

“El café es un estimulante y no debe tomarse después de las 4 o 5 de la tarde, nunca después de las 6 de la tarde, en dependencia de la hora de acostarse. Lo mismo ocurre con el cigarro”.

—Cuando está relacionado con otra enfermedad, ¿qué es lo que la persona detecta primero?

—Muchas veces la falta de sueño porque en las enfermedades mentales está la ansiedad y casi siempre se acompaña por el trastorno del sueño, por lo que debe ser identificada la enfermedad mental de base, si fuera el motivo, claro.

—¿Cómo podría resolverse?

—Unas veces con cambios de hábitos de vida, la eliminación de hábitos tóxicos, el tratamiento de la enfermedad de base si la hubiera, y con prácticas de la medicina natural.

“El psicofármaco ayuda al inicio, pero puede convertirse en un arma de doble filo porque crea dependencia y adicción. Reitero, primero debe investigarse la causa”.

—Y desde su experiencia, ¿qué prefieren los afectados?

—La pastilla, y no es lo correcto. Insisten en continuar fumando y bebiendo, no incorporan fácilmente ese peligro.

—El sueño como tal tiene varias etapas en las que no vamos a abundar, pues no es tema en sí, pero

—Claro, no es el tema, pero es bueno conocer que está relacionado con cambios en la presión arterial, la frecuencia cardiaca y respiratoria, la temperatura corporal, la secreción hormonal, entre otros.

“Se precisa saber que el trastorno del sueño provoca deterioro en el funcionamiento diurno, percibido por la disminución del rendimiento intelectual con dificultades de concentración y utilización de la memoria, así como de la capacidad de abstracción y razonamiento lógico.

“Por todo lo que, insisto, las personas deben tratarse a tiempo, darle a conocer a su médico todo lo que le perturbe y las prácticas tóxicas, para que este logre indicar el tratamiento acertado. Dormir es una práctica absolutamente necesaria y, sin dudas, su tiempo ideal se corresponde con el que nos permita realizar las actividades diarias con normalidad”.