CAMAGÜEY.- Por su prevalencia, la hipertensión arterial constituye la epidemia más grave registrada en el siglo XXI, sobre todo en la población mayor de 18 años, tanto en el medio urbano como en el rural y representa la de mayor riesgo dentro de las enfermedades cardiovasculares.

Se considera la más peligrosa por las múltiples complicaciones en diferentes aparatos y sistemas del organismo humano considerados órganos diana, como son: el cerebro, el corazón, la retina, los vasos de los miembros inferiores, o sea, la arteriopatía periférica, y las complicaciones renales como la insuficiencia renal crónica por nefroangioesclerosis maligna, que es una complicación temible de la hipertensión arterial, de hecho se conoce como la cenicienta de la enfermedad renal crónica, aseguró el Dr. Albio Pacheco Mejías, especialista de Segundo Grado en Medicina Interna, Máster en Urgencias Médicas, Profesor Auxiliar y Vice-rector general de la Universidad Médica Carlos J. Finlay, de esta ciudad.

 

—¿Por qué ese término de maligna?

—Habla del grado de invasión y repercusión de la enfermedad en los vasos renales, la llamada glomeruloesclerosis renal, que provoca un deterioro del riego sanguíneo de ese órgano, o lo que es lo mismo, de la perfusión al riñón, porque al estar elevadas las cifras de presión arterial impiden su adecuado funcionamiento y lleva a que la nefrona —su unidad funcional— deje de trabajar y muera, provocando así el daño de cientos de miles de nefronas.

 

—¿Cómo se presenta este padecimiento a nivel mundial y en Cuba?

—Oscila entre un 28 hasta el 31 porciento de la población del mundo. En Cuba casi el 30  porciento de los que pasan de los 18 años es hipertensa, o lo es y no lo sabe.

 

—¿Cuál pudiera ser el mayor problema de la hipertensión arterial?

—El deterioro progresivo e inexorable del organismo humano ante ese padecimiento si no se diagnostica precozmente. Cuando se detecta en un estadio muy avanzado de la enfermedad es muy difícil de controlar.

 

—¿Alguna recomendación para evitar esa situación?

—Es importante que aunque en apariencia todo esté bien, los adultos acudan a las instituciones de Atención Primaria de Salud (APS), en el consultorio de la familia o policlínica, a chequearse la presión arterial, al menos, una vez al año y más aún si padece de diabetes mellitus tipo Dos, u obesidad conocida como androide o morbosa —por efectos hormonales o una predisposición genética—, o de otros estados metabólicos desencadenantes.

 

—¿Se consigue frenar el factor de riesgo y evitar ese tipo de obesidad?

—Acompañar la dieta con ejercicios sirve de freno.

 

—¿Cuáles son los síntomas?

—A veces son hasta banales. Aparece con decaimiento, malestar general, dolor de cabeza ligero, irritabilidad, estado de deterioro del conocimiento, o sea, uno se da cuenta que se enlentece la velocidad del pensamiento, sensación de peso en la región occipital, y cuando aparece la cefalea persistente y pulsátil, el dolor en el pecho, el cansancio en los músculos de los miembros inferiores, la fatiga al subir escaleras... ya estaremos en presencia de ciertas complicaciones; y si llegan a la inflamación de la cara, de las piernas, falta de aire, tener que dormir sentado porque no se soporta el lecho, entonces los problemas son mayores, de ahí que se le conozca como la asesina silente, porque en muchas ocasiones se manifiesta en un estado avanzado.

 

—¿Está en correspondencia en Cuba con lo concebido en la APS y las labores educativas y de promoción de salud?

—No, sin embargo, podría ser muy sencillo y, para las condiciones que tenemos, debía ser mínimo el porcentaje de población afectada, pues para diagnosticarla solo se necesita el esfimo y el estetoscopio, y en tres o más ocasiones con cifras consideradas por encima de lo normal por los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es 140/90 o más. Si es diabético, es bueno llamar la atención porque la cifra tiene que ser menor, o sea, de 130/85 o por encima, pues ese padecimiento es un modelo de envejecimiento precoz desde el punto de vista cardiovascular porque envejecen los vasos sanguíneos.

 

—¿Puede ocurrir que la persona padezca de otra cosa y en el chequeo se entere de que es hipertenso?

—Por supuesto, y sobreviene también como un hallazgo y estar dado por una reacción a una situación específica que le produzca estrés, y luego de pasado el suceso retorne a la normalidad, lo que se aconseja entonces es que se siga examinando.

“No obstante, hay veces que ante un chequeo médico por otras causas o de rutina o para un empleo, salga a la luz una hipertensión arterial elevada. También sucede cuando un médico de familia visita los hogares que tiene en su área de salud y descubre a alguien con esta dolencia, por lo que está obligado a seguir el protocolo establecido para esos casos, como que sea revisado por el mismo médico y en iguales condiciones en las que fue detectada.

“Además, cumplir con que el paciente esté en reposo, sentado, no fume en ese momento y que aparentemente se mantenga libre de estrés o en condiciones basales lo más cercanas posibles a lo normal”.

 

—¿Está relacionada con los hábitos tóxicos?

—El hábito de fumar, el consumo de grasas de origen animal, la ingestión de bebidas alcohólicas en demasía y hasta en el bebedor social y otras condiciones médico-higiénico-dietéticas, pueden acelerar la hipertensión arterial. No quiere decir que porque usted fume o beba va a ser hipertenso, lo cierto es que al practicar estos hábitos o adicciones se deteriora el endotelio que es la capa más íntima de los vasos sanguíneos y esto propicia la pérdida de las propiedades de estos vasos que protegen al individuo de ser hipertenso.

“Si consume grasas saturadas estas le deterioran su perfil lipídico, y si le suma un colesterol alto y otras grasas, todo empeora. No es lo mismo ser hipertenso solamente a, además, tener asociadas la diabetes, los problemas cardíacos o la insuficiencia renal, estos padecimientos aumentan el riesgo que puede llevar hasta a la muerte”.

 

—Como digo en estos casos, no abordo el tema de los medicamentos por razones obvias de evitar que las personas los consuman sin la indicación médica, pero ¿qué aconsejaría?

—Los fármacos deben ser indicados por el médico, aparte de que siempre es oportuno hacer la dieta, el ejercicio físico y renunciar a los hábitos tóxicos.

“Si la persona hace los ejercicios y no logra la reducción de peso gradual, es bueno mantenerlos porque la sensibilidad a la insulina y a la respuesta a los fármacos utilizados mejoran al favorecer la capacidad del endotelio para liberarse de sustancias tóxicas y retarda la aparición de la hipertensión arterial”.

 

—¿Los medicamentos empleados pueden producir reacciones adversas?

—Sí, pero deben ser conocidas por el enfermo, que sepa manejarlas y conversarlas con su médico.

 

—¿Consigue un hipertenso enfrentar su vida con éxito?

—Desde luego, con el apego al cumplimiento de las indicaciones médicas y que el enfermo reconozca que enfrenta un problema de salud y aprenda a vivir con su padecimiento.

 

—¿Cura la hipertensión arterial?

—Solo si responde a un padecimiento que pueda ser eliminado. Si quitas la causa puede desaparecer, pero en la mayoría de los casos no es así, en más del 90 porciento no es curable. Se dice que la verdad absoluta acerca del porqué se es hipertenso no se conoce, son tantas y diversas que no hay una respuesta, de ahí lo difícil de controlarla y prevenirla. Resulta un grave error suspender el tratamiento, el que sí puede adecuarse con la mejoría de la persona, o si transita por la enfermedad en pleno embarazo y luego de parir no vuelve a padecerla, siempre bajo el criterio del especialista.

“Lamentablemente lleva control y uso de medicamentos de por vida, y la erradicación de hábitos tóxicos igual”.

 

—¿Quiénes son más propensos a padecerla si tenemos en cuenta el sexo?

— Aumenta en el hombre mayor de 45 a 50 años en relación con la mujer, y en estas cuando pierden la capacidad de secretar hormonas, en la etapa del climaterio, entonces la aparición es casi igual en un sexo y otro, y hasta aumenta en dos veces en la mujer pasado ese período.

 

—¿Y si tenemos en cuenta la raza?

—En Cuba las diferencias no suelen ser significativas por el entrecruzamiento racial. Sí en las edades que mencioné en los hombres y en la raza negra la repercusión cerebrovascular es mucho más severa.

“Trabajé en Haití donde hay un grado de pobreza extrema y una desnutrición proteico-calórica severa, un sistema de salud muy deteriorado e insuficiente, y el daño que ha hecho la hipertensión arterial a sus habitantes es inmenso en personas que no sobrepasan los 40 años de edad y quienes padecen de insuficiencia renal crónica, de afecciones cerebrovasculares que los han llevado a sillas de ruedas o al encamamiento.

“Esta es una muestra de lo que puede hacer esta dolencia. Desgraciadamente tengo esa experiencia”.

 

—¿Los niños pueden padecerla?

—Sí, por lo general está relacionada con alguna afección reno-vascular, aunque en la mayoría de los casos se presenta con 18 años o más.

 

—¿Si alguien es propenso a una vida saludable puede evitarla?

—No siempre, retarda la aparición, pero a veces surge de todas maneras. Nuestro sistema de salud tiene el actuar adecuado para su diagnóstico y control. El médico a cargo sabe qué pasos seguir para un chequeo oportuno, que incluye el examen físico a pesar de que la persona se sienta bien.