CAMAGÜEY.- Cualquier mujer está expuesta a padecer del síndrome del flujo vaginal, sobre todo en la etapa reproductiva, aunque las niñas igual, y ya veremos por qué, y en las adultas mayores, debido a la disminución de los estrógenos, lo que acarrea cambios en la vulva.

Así lo aseguró la Dra. Judith de la Torre Sieres, especialista en Ginecobstetricia, Máster en Atención Integral a la Mujer, y Profesora Asistente, quien labora en la policlínica José Martí (Centro), de esta ciudad.

¿Qué puede ocasionar la infección vaginal?

—Los virus, parásitos, bacterias, que dañan desde la vulva, la vagina, el cérvix (parte inferior del útero, situada en el fondo de la vagina) e incluso llegar a nivel de las trompas de Falopio (vía de comunicación entre los ovarios y el útero), provocando un daño con largo tiempo de evolución; incluso, de acuerdo con el germen que la origina, lleva a la infertilidad.

¿Cuáles son los síntomas?

—El aumento en la secreción vaginal, sobre todo con cambios de color o del olor, porque el flujo vaginal normal suele ser blanco, lechoso o transparente, espeso, y con leve olor, o sea, sería normal si fuera blanquecina, untuosa y escasa, porque es una cavidad virtual y con humedad conformada por gérmenes dados por pequeñas cantidades de monilia, el 0,4 % de trichomona, y por las gardnerella vaginales como flora nativa, que junto con las células mucosas y las células del cérvix integran esta barrera que impide el paso de gérmenes al aparato genital superior.

 “También si siente prurito vulvar o picazón, ardor y más aún en el contacto sexual o el aumento de un olor desagradable descrito por algunos como “a pescado podrido”, entonces precisa acudir a su ginecólogo para ser examinada a través de un espéculo y determinar las características de esta secreción, cumplir con otros exámenes complementarios como el exudado vaginal simple, y así precisar si se trata de gardnerella vaginales.

“Para detectar la clamidia es más difícil, porque se emplea un test específico y el daño ocurre a más largo plazo e irreversible en algunos casos”.

¿Se evitan de alguna manera?

—Una de ellas es mediante las relaciones sexuales protegidas, esta es de las medidas más importantes para eludir las enfermedades de transmisión sexual, fundamentalmente ocasionadas por este germen. La trichomona se transmite por esa vía, además de la gonorrea y la clamidia, por vía sexual, no así la candidiasis o moniliasis y las gardnerella vaginales.

“Estas últimas pueden causar lesiones a nivel de la mucosa del cuello uterino, enrojecimiento determinado por el ginecobstetra por medio de exámenes con espéculo y también tiene la posibilidad de darse cuenta de que el daño está producido por un germen más agresivo que es la clamidia; sin embargo, las características de la secreción vaginal ocasionada por la moniliasis es grumosa, similar a la leche cortada que se adhiere a las paredes de la vagina, y al desprenderlas de estas se observan secuelas parecidas a una ampolla; no obstante, ante la presencia de trichomoniasis va a verse una vagina denominada en fresa por un punteado hemorrágico y la secreción es más fluida y con un cierto olor diferenciado, pero no igual al ya descrito, y la ocasionada por la clamidia resulta grisácea, que se pega al cuello del útero, y que al retirarla lo deja enrojecido, y al tocarlo es probable que sangre con facilidad y esta es la que provoca un daño a nivel de las trompas de Falopio, por lo cual muchas mujeres acuden a las consultas de infertilidad y al ser estudiadas y encontrar este tipo de infección, es lógico que al ser curada tienen una mayor posibilidad de embarazarse".

De manera general, ¿hay algo que pueda influir en la aparición de uno de estos padecimientos?

—Sí, las técnicas de higiene como es el no aseo con el agua hervida, y la utilización de las manos al dirigirlas, siempre tiene que hacerse de alante hacia atrás, nunca a la inversa; con una mano debe asearse la parte anterior de los genitales y con la otra la posterior con el agua hervida y, por supuesto, utilizando el preservativo en la relación sexual.

¿Y si la mujer está embarazada?

—Dentro del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), y de la etapa prenatal hay momentos para identificar alteraciones a nivel de la vagina o del cérvix relacionados con la infección vaginal, y si entonces son identificados o por cualquier otra circunstancia las señoras refieren una secreción, estamos obligados a utillizar el espéculo e identificar sus características.

Si esa gestante no se trata y no cura, ¿qué le puede ocurrir?

—Al no ser tratada antes de las 22 semanas de gestación con este padecimiento sin ser manejado por el médico aumenta el riesgo de abortar, y se corre el peligro de una amenaza de parto pretérmino o de una alteración del patrón contráctil, que cuando es normal no duele, pasa rápido y se presenta a partir de la semana 26, y también de una rotura prematura de la membrana. Es bueno destacar que la infección vaginal es una de las primeras causas de prematuridad.

“En la etapa del embarazo a término la importancia radica en que esas mujeres en período del puerperio (posterior al alumbramiento), empiezan con dolor abdominal, fiebre u otra sintomatología difusa que se corresponde con la presencia de un germen en la vagina que no ha sido identificado y, por lo tanto, no atendido”.

—A la hora del parto, ¿puede afectar al bebé?

—Si la vagina está alterada por algún germen es obvio que si el parto es transpelviano, ese bebito pasa por el canal del parto y es propenso a sufrir de lesiones oculares a nivel de sus mucosas o de la piel. De ahí otra razón para identificar si padece de este síndrome.

—Si la gestante aparentemente está exenta de la dolencia y se acerca el momento del parto, ¿qué sería lo más oportuno?

—Las medidas de aseo deben mantenerse siempre, y si está embarazada, no tener relaciones sexuales a partir de la semana 34, y antes de esa fecha de manera protegida, por supuesto, si no tiene algún motivo que se lo impida, porque guarda relación con la presencia de infecciones en el puerperio.

Ante los primeros síntomas, embarazada o no, ¿qué hacer?

—Ir a su médico de familia, allí también es atendida por un especialista en ginecobstetricia para ser interconsultada si el caso lo requiere, y se le abren los caminos necesarios para que sea estudiada y atendida de manera oportuna.

¿Qué edad tienen las que más frecuentan las consultas por esta causa?

—Las que se encuentran en edades sexualmente activas, son las más propensas, y debemos tener en cuenta que estas prácticas se comienzan a edades tempranas y ya tenenos hasta niñas, casi más que las de edad fértil. La atención que les damos a las adolescentes es diferenciada, a esas edades hay que apoyarlas mucho para evitar males mayores, son muy vulnerables y dadas a quedar estériles.

¿Es cierto que un exceso de aseo puede provocar infección vaginal?

—La flora vaginal normal es la que defiende contra lo extraño, y si constantemente se asea va destruyendo esa flora, sucede lo mismo con quienes se aplican medicamentos por su cuenta y crea una resistencia que favorece a que no logre resolver la dolencia cuando de verdad lo necesita. Por ejemplo, la monilia se favorece con la humedad, además, las ropas que usamos son pitusas, oscuras… y guardan calor.

“Si el clima no nos acompaña, las técnicas de aseo no son adecuadas y no hervimos el agua se acelera más humedad y es como alimentar a la monilia, que es un germen de la vagina, a lo que se suma la condicionante de la disminución de las defensas del organismo durante el embarazo. Hay que lavarse las veces requeridas, no cada vez que orine; secarse es lo correcto”.

¿Influye la posición de las niñas, desde que son bebitas, a la hora del baño?

—Por supuesto. Nunca bañarlas sentadas, hay que sostenerlas mientras no se paren solitas y lavarlas igual de alante hacia atrás, jamás al revés, y si defeca limpiarla de esa manera, muchas veces ya más grandecitas, pero sin tener relaciones sexuales enfrentan esta situación producto del parasitismo, acompañado de una mala técnica de aseo.

—Un último consejo…

—Reiterar la necesidad de mantener las normas y técnicas higiénicas, y si apareciera alguno o todos estos síntomas, acudir enseguida al médico.