CAMAGÜEY.- Para esclarecernos la inquietud relacionada con la obesidad y su repercusión en el embarazo, esa etapa de la vida tan importante no solo para la mujer sino para la familia toda, indagué con el Dr. Sigfrido Valdés Dacal, especialista de 2do. Grado en Obstetricia, Profesor Auxiliar y Máster en Atención Integral a la Mujer, quien accedió gustoso.

“La obesidad se reconoce hoy en día como una enfermedad porque genera muchos cambios desde el punto de vista endocrino-metabólico y, por supuesto, en las embarazadas tiene una repercusión negativa muy grande, que antes era evaluado como riesgoso, pero hoy se cuenta con un protocolo exhaustivo de trabajo con la mujer sobrepeso y obesa por la morbilidad que aporta”.

Así comenzó el también director del hospital materno ginecobstétrico universitario Ana Betancourt, de esta ciudad, institución donde son realizados como promedio anual alrededor de 6 000 partos.

—¿Cuándo decimos que una mujer es obesa para concebir su hijo?

—Al presentar un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más.

—¿Cómo se calcula?

—Se dividen los kilogramos de peso por el cuadrado de la estatura en metros (IMC = peso [kg]/ estatura [m2]). Si arroja entre 25 y 29,9 está sobrepeso, por debajo de 25 es normo peso y las obesas de 30 o por encima.

—Al conocer que es sobrepeso u obesa, ¿qué sigue para su control?

—De acuerdo con lo que pese así será calculada la ganancia admitida en su embarazo y cómo conseguirlo.

Estas acciones son seguidas desde el área de salud, que involucran al médico y enfermera de la familia y a los especialistas a nivel de policlínica, de manera tal que los peligros sean minimizados”.

—¿Si llega obesa a ese estado se le ordena eliminar libras?

—No, lo que se orienta es cómo alimentarse y cuánto debe aumentar. El seguimiento médico es vital.

—De acuerdo con su experiencia, ¿abunda este tipo de embarazadas?

—Desgraciadamente sí, y lo peor es que ha ido en aumento el número de casos.

—Si una mujer es sobrepeso u obesa, ¿qué debe hacer antes de encargar un bebé?

—Lo ideal es que se dirija al médico en su área de salud y cumpla con las orientaciones. En la sala de rehabilitación puede hacer los ejercicios convenientes; allí hay nutricionista que le orientará cuál es la dieta adecuada, qué vitaminas necesita, todo antes de embarazarse. Lo correcto es no llegar al estado de gestación con sobrepeso u obesidad.

—¿En el riesgo que corren las obesas embarazadas influye la edad?

—No, en cualquier edad la obesidad es peligrosa.

—¿Podría mencionarme algunos de los problemas que enfrentaría?

—En este tipo de mujeres se incrementa en tres o cuatro veces la posibilidad de padecer de diabetes, hipertensión   y todas sus complicaciones

“Estas mujeres tienen mucho más riesgo de que el parto sea inducido, mediante el uso de oxitocina artificial para provocar el parto al estimular las contracciones del útero, pues la oxitocina es una hormona que segrega el organismo de forma natural, y llegado el momento llevará al inicio del trabajo de parto.

“Si aun así no se consigue se acude a la cesárea, que de hecho casi al 40 % de estas mujeres hay que practicársela con las consecuencias de mayores probabilidades de complicaciones infecciosas en la herida quirúrgica por el exceso de tejido; el tiempo de la operación aumenta, por tanto es mayor la exposición de la cavidad peritoneal; la anestesia sería más riesgosa porque su vía aérea es más difícil, o sea, es delicado entubarla solo por su condición de embarazo lo que se agrava al ser obesa porque tiene su cuello más corto.

“En el proceso postoperatorio es más lento el deambular y de ahí las mayores posibilidades de enfrentar enfermedades tromboembólicas (trombosis venosa profunda, o embolia pulmonar) y del íleo paralítico, esto último significa que durante el tiempo quirúrgico se detiene la acción de los intestinos la cual debe reanudarse en las primeras seis horas luego de terminada la intervención, y en ellas se hace más tardía.

“Presenta más trastornos desde el punto de vista hidroelectrolítico, que son minerales en el cuerpo que tienen una carga eléctrica y se encuentran en la sangre, la orina, tejidos y otros líquidos del cuerpo, de ahí la importancia de su equilibrio y en estas mujeres su reposición tiene que ser mucho más exacta”.

Foto: Otilio Rivero Delgado/ AdelanteFoto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante

—¿Cómo sería el peso de sus niños al nacer?

—Tienen más posibilidad de parir niños que pesen más de 4 200 gramos, que a pesar de que las personas los ven lindos, son los llamados “criados”, resulta un gran problema a la hora del parto; si es vaginal aumenta la posibilidad de que el útero no se contraiga adecuadamente, que el sangramiento sea mayor, igual que el desagarro del canal del parto, más lesiones en el bebé, como parálisis braquial, fractura de clavícula, aunque por lo general ante la llegada de un bebé de ese peso se le hace cesárea  con todos los peligros que implica en sí misma.

“Y si la mujer enfrenta algunas de las enfermedades producidas por la obesidad y que ya mencioné, igual puede presentársele un parto pretérmino  y tener un bebé con muy poco peso, o sea, que tienen el peligro de parirlos con pesos extremos, o por mucho o insuficiente (prematuro).

—¿Estos niños por sí solos enfrentan algún peligro aun después de nacidos?

—Tienden a padecer de grandes hipoglucemias que los llevan a ingresos en las salas de neonatología.

—¿Tienen esos niños algún riesgo al pasar de los años?

—Son propensos a ser diabéticos y obesos. No por gusto tenemos establecido, desde nuestro Ministerio, un protocolo de seguimiento diferenciado a estas mujeres desde la atención primaria, donde la asiste el clínico, el nutricionista, el endocrinólogo, con la inclusión del ultrasonido doppler con vista a evaluar el conflicto de hipertensión, diabetes y, a su llegada al hospital clasifica en el máximo nivel de riesgo  y todo lo que lleva implícito con los especialistas más avezados con la preparación de mesa de parto para ellas.

“No por gusto en caso de cesárea entran al quirófano dos especialistas y se tienen en cuenta medidas muy específicas”.

—¿Hay alguna relación entre el número de gestantes obesas y la morbilidad en su hospital?

—Estoy seguro de que más del  60 % de las embarazadas complicadas han sido obesas.

—¿Tienen algunas estadísticas de las embarazadas sobrepeso u obesas?

—Se dice que el 21 % de las gestantes son sobrepeso y entre un siete u ocho obesas; sin embargo, se vislumbra en esta maternidad que las obesas están en un 10 % de las que paren aquí y no son pocas porque si hacemos unos 6 000 partos anuales serían 600 con estas características y con la posibilidad de complicarse su salud.

—¿La obesidad puede ser causa de infertilidad?

—Sí. Uno de los primeros consejos que se ofrece en las consultas de infertilidad es que deben bajar de peso para someterse a tratamiento, ya que el aumento de estrógeno que provoca su organismo puede llevarla a ser infértil. Y si lo logra es propensa a todos esos riesgos ya mencionados.

—¿Cuál sería su consejo más generalizado?

—Exhortarlas a que se acerquen a su médico de familia en busca de la consejería y la evaluación precisas y oportunas, y así corregir sus enfermedades crónicas y si son sobrepeso u obesas igual lo hagan. Que lleguen al embarazo con un peso adecuado y no solo en este sentido, sino que se embarace con sus enfermedades crónicas controladas. Esta actitud es vital para el éxito, y ese éxito radica en el parir un bebé sano y que la madre no llegue a complicarse durante ese período ni a la hora del parto.

“Debemos pensar que cuando una pareja decide traer un hijo al mundo se espera a personas sanas, si ese binomio está bien se logra el propósito, de lo contrario no.

“No se trata solo de disminuir los indicadores de mortalidad, propósito ya alcanzado, sino de reducir la morbilidad para que estos sean sostenibles y conocer que la gordura no es buena nunca”