CAMAGÜEY.- Estamos en una estación del año en que de forma natural, así está descrito en la literatura médica, en el final del verano y comienzo del otoño se incrementan las infecciones víricas, debido a la humedad ambiental y otros factores climatológicos de países como el nuestro. Así comenzó nuestro diálogo con la Dra. Yamina Rivero Fernández, Máster en Infectología, especialista de 2do. Grado en Pediatría del hospital Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, además, Profesora Asistente de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay.

Me acerqué a ella interesada en el tema de hoy, precisamente por la época del año y conocer acerca de este padecimiento que nos describe como: “Es una enfermedad respiratoria aguda alta (término que incluye varias enfermedades infecciosas del tracto respiratorio superior), esta entre las no complicada, de etiología viral, producida por el Coxsackie grupo A y dentro de este los serotipos más importantes son el 4 y 5, el 9, el 10 y el 16, los mayores causantes del síndrome denominado boca, manos, pies, al que nos referimos y entre los enteroviris tenemos el 71.

¿Cómo se transmite?

–A través de los aerosoles, quiere decir que incluso los adultos podemos contaminar a los niños pequeños mediante las microgotas de saliva que van de una persona a otra, pero también y muy importante, es que puede contraerse mediante las manos porque hay un tipo vírico que es un enterovirus y se elimina por las heces, y si el individuo va al baño y no lava bien sus manos se convierte en un portador asintomático de la dolencia. Puede aparecer por brotes, por ejemplo en la guarderías infantiles o donde hay cúmulo de personas, precisamente por ese contacto.

¿Tiende a complicarse?

–No, por lo general, no.

Entonces, ¿cualquier afección respiratoria no puede convertirse en este síndrome?

–En efecto, solo en los casos que mencioné antes.

¿Cuál es su expresión clínica?

–El niño comienza con fiebre, la que a veces no es tan elevada, síntomas respiratorios en ocasiones muy leves, rinorrea (abundante líquido por la nariz), tos esporádica, y en el transcurso de tres a cinco días le brota un exantema, eso que vemos en piel y el nombre nos va a situar en lo que encontramos. En primer lugar, aunque no son visibles, las lesiones vesiculosas dentro de la boca, sobre todo en los carrillos, y otras que sí se ven alrededor de la boquita del bebé, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies, de ahí su nombre.

¿A qué se debe la distribución de esas vesículas?

–No está descrita la causa de esta manera tan peculiar de “escoger” estos lugares del cuerpo, pero sí puedo asegurar que es un padecimiento descrito desde hace mucho y lleva el nombre por la ubicación de las lesiones. Aunque en la actualidad estamos viendo casos típicos y otros no, porque algunos bebés han presentado esta afección en la piel en otras partes de sus cuerpos.

¿Qué deben hacer los padres ante un niño así?

–Siempre llevarlo al médico. En los consultorios del médico y enfermera de la familia, o sea, en la atención primaria de salud, están preparados para diagnosticar esta afección y tratarla con éxito.

“Como es natural los padres se alarman porque el bebé no quiere comer, algo muy lógico por las lesiones en la boquita, estas le provocan dolor. Debe permanecer con las molestias alrededor de cinco a siete días, con una evolución muy benigna, sin complicaciones y si las hubiera son muy excepcionales, y si es causado por enterovirus, sobre todo el 71 citado puede provocar una miocarditis (inflamación del miocardio) que cura”.

¿Siempre requiere de aislamiento hospitalario?

–No, qué va, ni siquiera fármacos. Lo importante es sí aislar al niño en su hogar, con extrema limpieza, porque si se transmite además, por las secreciones de la nariz y la garganta y si lo limpiamos con un paño o pañuelo, debe pasarse por cloro antes de volver a utilizarlo, o en su defecto, usar pañuelos desechables o papel higiénico, de manera tal que esas secreciones contaminantes mueran allí y mucho lavado de las manos, eso es fundamental.

“Y si el causante es un enterovirus esa persona puede estar eliminando el virus por las heces de manera asintomática varios días, y el riesgo de expandir la enfermedad aumenta si no lava sus manos correctamente.

“Es bueno reiterar que nuestros médicos, pediatras o no, están preparados para diagnosticar y tratar la enfermedad, y seguirla, pues a esos niños hay que visitarlos en sus casas”.

¿Si de todas maneras el bebé es llevado al hospital?

–Es atendido, valorado, nunca deja de recibir el servicio médico.

Ya con el padecimiento en casa, ¿qué es lo más importante a tener en cuenta?

–Una higiene exhaustiva y el seguimiento médico. Los virus por lo general no requieren de medicamentos o antibióticos y esto los hacen más difíciles para ser controlados.

¿Tiene preferencia de edad?

–Entre los seis meses de nacido y los dos años de edad; sin embargo, puede que otros mayores lo padezcan y hasta adultos, pero por lo general, en este último caso se comporta como el portador asintomático

¿Qué tipo de alimentación es la más recomendable?

–Sin dudas la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y combinada hasta los dos años.

Si además de este síndrome el niño padece de enfermedades del corazón, riñones…

–Si sufre de una enfermedad crónica la atención es otra, esto ocurre ante cualquier problema de salud por simple que parezca.

¿Otros consejos generales?

–Mantener una higiene estricta, no llevar a los menores donde haya exceso de personas, estar atentos a los síntomas, acudir al médico si ya los tiene, suspender al bebé de asistir al círculo infantil, tenerlo en casa y que sea examinado por su médico para detectar cualquier tropiezo y si lo enfrentara debe ser valorado de nuevo y entonces se adoptarían las medidas y procederes necesarios.

“Si no tiene complicaciones, que es lo más frecuente, esperar su transcurso hasta el alta médica, e insisto en que la solución no es ingresarlo en el hospital porque ante un padecimiento como este, él tiene su sistema inmunológico en función de combatir el virus y si lo hospitalizas se corre el riesgo de infectarse con una bacteria y hay que evitarlo”.