Foto: De la AutoraFoto: De la AutoraCAMAGÜEY.- En no pocas ocasiones nos creemos tan sabedores del concepto del amor que nos equivocamos. Es cierto que es universal y relacionado con la afinidad entre los seres humanos, definido de diversas maneras, de acuerdo con ideologías y puntos de vista —entiéndase científico, filosófico, religioso, artístico—. La definición fue dada por José Eduardo Vázquez Benítez, Licenciado en Psicología y Defectología, quien labora en la sala de Salud Mental del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad.

El también Máster en Psiquiatría Social y en Atención al Niño con Discapacidad y Profesor Asistente de la carrera de Psicología en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, aseguró que muchas son las personas que acuden a consulta por problemas en ese sentimiento que se vincula con el afecto y el apego, y que produce una serie de emociones, experiencias y actitudes.

Si relacionamos el amor en el contexto filosófico, ¿cómo se identificaría?

—Como una virtud que representa bondad, compasión y afecto del ser humano. Puede describirse como las acciones dirigidas hacia otros, o hacia uno mismo.

“Tenemos las emociones asociadas a este sentimiento y que logran ser extremadamente poderosas, e incluso, con frecuencia se tornan irresistibles y en sus diversos modos actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales”.

¿Cómo podría calificarse cuando se trata de las relaciones de personas con su medio?

—En ese caso encontramos las definiciones como amor propio, incondicional, filial, fraternal, romántico, platónico, sexual, confluente, universal, entre otros.

¿Y en la relación amorosa?

—Unas parejas crean vínculos de manera voluntaria y consciente, mientras otras de modo involuntario e inconsciente, debido a la relación íntima, cotidiana, sistemática y profunda, construida y experimentada por ambos.

“Es natural que la pareja construya sus propios códigos, actividades conjuntas, formas de recreación, estilos e intereses comunes y valores compartidos. Igual resulta común que compartan espacios y disfruten más así, en pareja, que a solas, como son: las comidas, ver la televisión, ir al cine, visitar a familiares y amigos, es decir, en todos los ámbitos de la existencia el amor tiene su impacto, tanto así, que es movilizador y modificador del estilo de vida individual”.

¿Cómo encaja entonces el tema de esta consulta que serían algunos comportamientos no deseados?

—Al inicio de una relación de pareja pueden haber vínculos indeseados bajo conductas solapadas. Tenemos la llamada codependencia o vínculo codependiente.

¿En qué consiste?

—Es un tipo de relación interpersonal en que una persona siente y manifiesta una excesiva e inapropiada preocupación por otra persona. Surge a partir de la construcción de un vínculo de dependencia exacerbado hacia el otro.

“Es quien vivencia la responsabilidad por el bienestar de su pareja, por la solución de sus problemas o evitárselos, aliviarle esfuerzos en pos de su crecimiento profesional, por solo mencionar algunos casos”.

¿Llega a ser algo exagerado?

—Por supuesto, ahí es donde está el problema y llega a tal punto que considera y cree firmemente saberlo todo con respecto a la vida del otro, o sea, siente que conoce qué es lo mejor para su pareja, considera que posee la fórmula de cómo vivir su vida y cree tener el deber de enseñarle cómo hacerlo.

“La codependencia consiste en estar total o casi totalmente centrado en otra persona. Se esconde tras el apego y, algo muy importante, se caracteriza por una negación o anulación del yo para dedicarse al otro. Llega a convertirse en una adicción a determinado tipo de relación, pues el codependiente no puede vivir sin sentir que tiene el control sobre el otro”.

¿Hay acciones que caractericen al codependiente?

—Sí. Su conducta es controladora, desconfía e hipervigila, se comporta de manera perfeccionista a la hora de satisfacer las necesidades del otro, oculta sentimientos propios y problemas de intimidad, protege a su pareja, llega a deprimirse como una consecuencia de la frustración o tristeza generadas por la incapacidad a la hora de realizar cambios en la vida del otro.

“Es muy nocivo porque el codependiente suele olvidarse de sí mismo para centrarse en las dificultades de esa otra persona y es muy común que seleccione para compartir su vida a seres con problemas. Esto último ocurre tanto en parejas amorosas como en las amistades porque es una manera de dar salida a esa tendencia de sentirse necesario. La relación la establece con el objetivo de “rescatar” a ese otro y de ese modo crea un vínculo o lazo que los une”.

Quiere decir que sus propias necesidades no le importan tanto…

—En efecto, desplaza las suyas a otros planos y cuando su pareja no responde como lo espera aparece la frustración y la tristeza.

Infiero que este tipo de relación amorosa llega a molestar…

—Desde luego, porque es típico que el codependiente no respete los límites, por lo tanto “todo lo perdona”, aun cuando su pareja llegue a herirlo de manera deliberada.

“Ese tipo de sentimiento confunde y contamina en obsesión y adicción que experimenta por el otro con un ‘inmenso amor que todo lo puede’; es incapaz de alejarse por sí mismo del otro aunque la relación resulte insana porque puede sentir, y así lo manifiestan, que más allá de esa persona todo termina, ‘que su vida no tendría sentido sin el otro’.

“Imagine que el codependiente desea generar en el otro la necesidad de su presencia y ayuda, como una manera de que al sentirse así nunca lo va a abandonar, construye la necesidad del en la pareja y así ejercer el control de la situación”.

¿Cómo darse cuenta de que se está en presencia de codependencia?

—Por lo general es el otro, el que no la padece, quien se percata de la situación porque llega a sentirse asfixiado al no respetar sus límites elementales.

¿Tenemos consultas para estos casos?, y si es así, ¿tendrían cura?

—Las consultas están y sí cura con la orientación psicológica o terapia grupal de modificación de actitudes.

¿Cuál sería su punto de vista para orientar a quienes nos leen?

—Las relaciones profundas generadas por el amor deben ser sanas y centradas en la independencia y la autonomía de cada miembro de la pareja y aunque es un sentimiento como ya he dicho, profundo, tiene que ser transparente en la medida que conserva y respeta los límites de los dos, nunca convertirlo en escenario para enmascarar situaciones de control, desconfianza y dependencia, y la codependencia como relación insana, se solapa en el amor, el apego y otros sentimientos.

“Y algo muy importante, si alguien actúa así que asista sin miedo a las consultas especializadas. Comprobará que al salir de ese círculo vicioso en el que se siente inferior, tanto él como su pareja podrán ser responsables de sus pensamientos, sentimientos y acciones y, sin lugar a dudas, ambos disfrutarán del amor de una manera plena”.