El seis de abril de 1960 un memorándum secreto del Departamento de Estado aconsejaba privar a Cuba “de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”, principios que se mantienen inalterables en la política de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba y que 60 años después el saliente presidente Donald Trump llevó a niveles sin precedentes