Puede que al mejor maestro se le escape un borrón en la pizarra. Que el equilibrista experto dé un paso en falso sobre la cuerda floja o los peces, de repente, se decidan a andar y respirar junto a los seres humanos. Ahora, ¡que la potencia más poderosa del mundo fuera vencida por una pequeña nación caribeña! Todavía le parece una pesadilla, inaceptable, a la administración del país de las barras y las estrellas.