• Lo primero que hay que salvar

    Llueven las letras donde prolifera el sexo, el dinero, las mujeres y otros demonios. Sobresaturan estribillos como “Marihuana por la mañana y cocaína por la noche” o “Titi, tú eres mi palón, mi palón, mi palón. Y yo soy tu palón divino”.