El cementerio es un lugar de silencio, de respeto y de sobriedad. Allí los sepultureros son claves en la inhumación y exhumación de cadáveres… y son mucho más; ellos marcan el fin de la vida, algo de lo que poco se habla, y sienten como suyo el dolor ajeno, buscan en la apacible soledad el mejor aliado para transformar la osamenta en vida perdurable en las entrañas de la tierra.