En dos minutos la sala de la casa de Alexis Moisés Alfonso se llenó. Bastó que Jessica saliera a su portal en la calle 20 del reparto la Guernica y gritara: “Ya va a empezar”. A 3 717 kilómetros de distancia, en la fría tarde de Lima, Juan Miguel Echevarría terminaba sus ejercicios de calentamiento y comenzaba el coqueteo con las cámaras, que lo buscaban una y otra vez.