• Las Clavellinas, espacios de Revolución

    Cuando rompió el alba, el 11 de octubre de 1868, la población camagüeyana despertó bajo el ir y venir de las tropas colonialistas españolas. Las iglesias y plazas eran tomadas como puntos estratégicos para reducir cualquier insurrección semejante a la ocurrida en Bayamo, un día antes. Se vivía un estado de excepción, dictado por el teniente gobernador, Julián de Mena ¿evitaría otro alzamiento? Pues el cuatro de noviembre, una partida de audaces jinetes se dirigían a Las Clavellinas para responder al oficial español.

  • Las Clavellinas fortaleció inicio de la Guerra de los Diez Años

    Los patriotas camagüeyanos estaban comprometidos con el movimiento iniciado por Carlos Manuel de Céspedes en Oriente, pero para el alzamiento del 10 de octubre de 1868 todavía prevalecían dudas e indecisiones en algunos ricos hacendados sobre la mejor fecha para iniciar la Revolución, en espera de contar con mayores recursos bélicos y financieros, sin que faltaran otros que dudaban acerca del éxito de la guerra y eran proclives a la vía reformista.

  • La Bayamesa, el canto que hoy nos levanta

    Vino al mundo hace 155 años como La Bayamesa o Himno de Bayamo, al ser entonado por primera vez a viva voz, con sus versos sagrados, por el pueblo entusiasta de la villa cubana conquistada por el Ejército Libertador, al mando de Carlos Manuel de Céspedes, y proclamada ese día capital de la República en Armas.

  • Una sola Revolución

    No es un sueño, es verdad: grito de guerra

    Lanza el cubano pueblo, enfurecido;

    El pueblo que tres siglos ha sufrido

    Cuanto de negro la opresión encierra.

  • Las claves de la honra a Henry Reeve

    Los cubanos honran agradecidos a Henry Reeve, llamado El Inglesito o Enrique el americano, a 147 años de su muerte en combate, ocurrida el 4 de agosto de 1876.

  • Batalla de Saratoga, hito de libertad

    El nueve de junio de 1896, el Generalísimo, Máximo Gómez Báez, escribía en su diario de campaña: “Tengo aviso de que columna enemiga de las tres armas y fuerte de dos mil hombres ha llegado a Vista Hermosa -5 leguas de mi campamento- (...)”. En breve sucedería la Batalla de Saratoga, decisiva para el avance victorioso del Ejército Libertador sobre la España colonialista, que se extendería hasta el día 11.

  • José Martí en el cenit de Dos Ríos

    El 19 de mayo de 1895 un hecho que casi detuvo los relojes enlutó a los patriotas cubanos: la caída en combate, en el llano de Dos Ríos, oriente de Cuba, del Apóstol de la independencia José Martí, a poco de haber comenzado la contienda organizada por él desde el exilio y cuando el sol fulguraba sobre su cabeza, en medio del cielo azul de la tierra amada.

  • La pasión de Loreto por Agramonte

     Loreto Arrieta Martín laboró en la Casa Natal de Ignacio Agramonte durante 36 años, de ellos 17 como directora, y supo apreciar lo escrito por Fidel en el libro de visitantes la noche del 11 de mayo de 1973, cuando recorrió, terminado el acto en la Plaza San Juan de Dios, el majestuoso inmueble, joya de la arquitectura: “He vivido momentos de sobrecogedora emoción y respeto”.

  • Los 150 de una enérgica cabalgata

    En la casa marcada con el No.5 en la calle Soledad comenzó el vía crucis del futuro independentista. Ignacio Agramonte provenía de un linaje familiar asociado a los apellidos más encumbrados de aquel contexto que, según la investigadora Elda Cento Gómez en Ignacio Agramonte, el hombre que va a la guerra “… les había permitido labrar fortunas y ocupar responsabilidades públicas (…) aunque (…) en vísperas de la contienda, las bolsas paternas no estaban tan holgadas como antaño”.

  • Potrero de Jimaguayú, altar sagrado de la historia

    Ignacio Agramonte Loynaz cayó en el potrero de Jimaguayú el 11 de mayo de 1873. Cincuenta y cinco años más tarde, gracias a la iniciativa de veteranos de guerra y la maestra María Salazar de Pons, se inaugura en ese lugar un obelisco para marcar el punto donde murió El Mayor, y rendirle homenaje.

  • Donde la tierra es virtud

     Potrero de Jimaguayú volvió a ser hoy un campamento mambí. A la entrada se preparaba una caldosa mientras los heridos descansaban en las hamacas; en la sastrería de la tropa se esmeraban por la vestimenta de quienes partirían a la batalla y la academia mambisa entrenaba a los jóvenes insurrectos. Era el teatro dotando de magia a un acto solemne.

  • Una casa contra los ruidos y el tiempo

     Un taladro retumba frente a la Iglesia Nuestra Señora de la Merced; una motorina pasa con alguna canción que no distingo por la mezcla de voces en la cola del banco; el correo casi en silencio: “no hay sellos”, alerta una señora. Pero justo al lado aparece una casa que data del siglo XVIII y al entrar se diluye la banda sonora urbana. El hogar donde nació Ignacio Agramonte Loynaz no porta ninguna barrera sónica, es la magia de la historia y su máquina del tiempo.

  • Agramonte: el arte de lo sublime

    El camagüeyano, en todos las épocas, se ha preciado de existir en una región conocida por el cultivo de las artes. Desde el célebre Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa, la pintura de Fidelio Ponce de León hasta la función de la compañía de ballet, del territorio, conforman el universo que fortalece por dentro. Si de todas las etapas hablamos, y a buenos cubanos nos referimos, es preciso nombrar el eleve espiritual, ocasionado por ese ámbito, en El Mayor, Ignacio Agramonte Loynaz.

  • El Mayor, militar de luz

    Cuando meditamos un poco en la superioridad del ejército español, de inmediato nace el impulso de agigantar el valor de nuestros héroes de la Guerra Grande. Y no exageramos, porque si conspirar contra la metrópoli, era peligroso, enfrentarla en el campo de batalla resultaba un sacrificio de altura. Había que reprogramarse en la vida, como lo hizo, Ignacio Agramonte Loynaz, para vestir de militar y encarar a una de las huestes más poderosas del mundo, por aquel entonces.

  • Debaten de historia en “la Feria”

    La construcción de la memoria histórica de la ciudad de Camagüey, como parte del desarrollo espiritual de los habitantes, del pasado y presente, resultó un punto a debatir entre historiadores de este territorio, desde la Sala Emilio Ballagas, de la librería Viet Nam, dentro del marco de la Feria Internacional del Libro 2023.

  • Eduardo Agramonte: cartas desde el corazón

     Las cartas son como la entrada a un paisaje de anhelos, inquietudes y respuestas. Comunican la cotidianidad, las simplezas e intimidades más sorprendentes. Algunas misivas transciende por su romanticismo, como las de Bolívar a su esposa María Teresa, otras fraternales, a las maneras de Van Gogh con su hermano Theo o las de nuestro Héroe Nacional a Manuel Mercado. En las de Eduardo Agramonte Piña descubrimos la naturaleza de un patriota enamorado y los sacrificios de un hombre de la Guerra Grande.

  • Pacto del Zanjón: entre fracasos y enseñanzas

    El 19 de febrero de 1878 apareció publicado un texto, en La Gaceta, que cayó como un cubo de agua fría sobre aquellos hombres de pensamiento independentista: el Pacto del Zanjón. Era una suerte de celebración de la metrópoli y la mayoría de los aristócratas, que aplaudían el éxito del hábil Capitán General español Arsenio Martínez Campos que había conseguido, nueve días antes, pacificar la isla.

  • Cada 7 de diciembre Cuba rinde homenaje a sus héroes

    El 7 de diciembre de 1896 cayó en combate en Punta Brava el Lugarteniente General Antonio Maceo, y junto a él su ayudante Panchito Gómez Toro, cuando ya había culminado la invasión del Ejército Libertador que llevó la guerra desde Oriente hasta los confines de Pinar del Río, derrotando a su paso cuantas fuerzas hispanas se le opusieron y burlando las trochas con que España pensaba evitar su avance.

  • Demajagua: un grito alto y claro (+Fotos)

    La consigna de independencia o muerte se escuchó por primera vez en Cuba el 10 de octubre de 1868, día en que el abogado patriota bayamés Carlos Manuel de Céspedes iniciara la primera guerra contra el dominio de España e hiciera hombres y mujeres libres a sus esclavos, desde el ingenio azucarero Demajagua, del cual era propietario en la jurisdicción de Manzanillo.

  • La Constitución de Jimaguayú: hito en la unidad de los mambises

    La Constitución de Jimaguayú, carta magna que presidiría la nueva gesta libertaria iniciada el 24 de febrero de 1895, fue aprobada el 16 de septiembre de ese mismo año con la participación de 20 delegados, quienes se reunieron en ese poblado de la provincia de Camagüey donde en 1873 cayó en combate Ignacio Agramonte, lo cual le confirió mayor simbolismo a ese tercer texto constitucional cubano.