CAMAGÜEY.- Cincuenta y ocho años cumplen este 10 de abril los círculos infantiles en Cuba. Casi seis décadas se celebran de aquella idea de Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que permitió atender a los niños desde edades tempranas y favorecer a la vez la integración más madres al trabajo.

Tres fueron las instituciones que nacieron ese día e iniciaron el camino. A la Camilo Cienfuegos, la Fulgencio Oroz y la Ciro Frías, todas en La Habana, se le sumaron a finales de 1961 otras 34, y ya hoy existen en el país cerca de 1 080.

Encontrar un lugar seguro para el cuidado de sus hijos mientras trabajaban fue el beneficio mayor para las madres en esos primeros años. No obstante, la visión era más amplia y compleja: había que educar.

CUANDO DE BENEFICIOS SE HABLA...

Los círculos infantiles son los primeros centros educativos en proporcionar el desarrollo físico y mental armónico de los pequeños, enseñar las costumbres y hábitos higiénicos y ayudar a los padres a conocer y orientar mejor a sus niños.

“Desde que Alejandro comenzó en Cestico de Rosas —uno de los 65 círculos de la provincia de Camagüey, ubicado en el municipio cabecera— se relaciona mejor con los demás y ha comenzado a hablar en oraciones más completas. Nada tiene que ver el niño tímido que traje al que cada día me llevo a casa y sé que ese logro es gracias al trabajo que las ‘seños’ realizan aquí”, comentó la doctora Sahily Ruiz Souza.

Otra mamá que agradece la idea de Vilma es Yanna Suárez Fontes, una joven de 36 años quien asegura que no hubiese podido dedicarse por entero a su trabajo como asesora jurídica si no fuera por “esas segundas casas”.

Aunque el próximo curso, su pequeña Olivia comenzará en preescolar y otra será su escuela, Yanna siempre tendrá palabras de elogio para los profesionales que tanta paciencia y amor regalan.

“A ellos les debo que mi bebé baile sin pena frente a las personas, que sea más independiente, que sea ‘mayor’. Por eso siempre recomiendo apoyar en todo lo que sea necesario. Si se logra la unidad entre la familia y el centro, mayores serán los cambios de nuestros niños”, expresó la jurídica.

Llegar hasta lo que tenemos hoy implicó e implica mucho esfuerzo. De la noche a la mañana no se convierten unos centros para el cuidado de niños en instituciones educativas.

“Quienes vivimos aquella época vimos de cerca las múltiples iniciativas que hacía la FMC para recaudar fondos y ayudar al gobierno a financiar esta iniciativa. Si bien hoy no tenemos que hacer campañas para buscar dinero, el apoyo que antes se dio para ‘armar’ las instituciones, hoy lo damos para mantener todo lo logrado hasta la fecha”, explicó Caridad Marín Buriel, una bisabuela muy entusiasta que acompaña al círculo cada vez que puede a la pequeña Lisday.

Y aunque para nadie es secreto que la demanda existente en la actualidad no está satisfecha y que muchos salones precisan de educadoras o auxiliares pedagógicas, la creación de los círculos infantiles en Cuba fue uno de los grandes pasos de la Revolución. Incluso se pudiera decir que si hoy las mujeres representan más del 66 % de los profesionales y técnicos y el 49 % en el sector estatal civil, es gracias a ese espacio necesario creado el 10 de abril de 1961 para llenar a nuestros niños de sueños y amor.