CAMAGÜEY.- La Dr.C. Lourdes Gómez Consuegra, Profesora Titular y Consultante, investigadora y especialista de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, durante décadas ha sido fiel defensora de la preservación del patrimonio en nuestra urbe. Con ella conversó Adelante Digital sobre la preservación del patrimonio en la Cuba revolucionaria.

“Antes del triunfo de la Revolución ya había en Cuba antecedentes en cuanto a la conservación del patrimonio, por ejemplo en la Constitución de 1940 aparecía un artículo que establecía que el Estado cubano era el responsable de la conservación del patrimonio nacional. Que se aplicara ya es otro asunto. La visión que existía en aquel momento era limitada, pues solo se intervenían edificaciones aisladas”.

“Después del 1ro. de Enero de 1959 se puede hablar de tres etapas. La primera siguió la línea de trabajo heredada. Eran otras las prioridades del gobierno y se mantenían las restauraciones en construcciones puntuales.

“La segunda, comienza a finales de la década del ‘70 y un punto importante en ella fue la promulgación de la Ley de Patrimonio, ley uno y dos de 1977, y se realizan las declaraciones de centros históricos. En esa etapa se forman las Oficinas Técnicas de Restauración y el Centro Nacional de Conservación y Museología y se realizan intervenciones a conjuntos pequeños, como fue el caso en Camagüey de la Plaza San Juan de Dios.

“La siguiente está enmarcada a partir de los ‘90. Se constituyen las Oficinas del Historiador en las ciudades de La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey, y se comienza a trabajar la restauración con una visión de ciudad, de centro histórico, que incluye concepción de plan maestro, plan de desarrollo urbano y proyectos de arquitectura.

“Se puede decir que es en el período revolucionario donde se adquiere realmente conciencia de que el Estado es el responsable de la preservación del patrimonio. El gran aporte de nuestro proyecto social en este tema, liderado por Eusebio Leal, es haber estructurado un modelo de gestión del patrimonio que permite su autofinanciamiento a partir de los ingresos de aquellas edificaciones ya restauradas. De allí que sea un modelo admirado en América Latina y en algunas zonas de Europa. En mi opinión ese modelo es solo posible en una sociedad como la nuestra, socialista y organizada.

“En la actualidad uno de los principales retos que tenemos en la ciudad de Camagüey es velar porque las reparaciones que realizan las personas en sus viviendas enclavadas en el Centro Histórico de la urbe o en edificios patrimoniales se ajusten a los requerimientos que establece la Oficina del Historiador. Ese es un desafío para mantener la salvaguarda del capital arquitectónico de esta urbe”.