CAMAGÜEY.- Cuando cada año, durante casi seis décadas de la Revolución Cubana, en la Isla se habla y se hace para mejorar los servicios médicos, educacionales y el bienestar en general del pueblo pese al acoso in crescendo de los Estados Unidos, el país más poderoso del orbe bloquea la entrada de medicamentos y alimentos para niños y ancianos, en tanto acrecienta con más violencia la tragedia que viven millones de personas en países “democráticos” que gozan de la admiración de los gobiernos de la Casa Blanca.

En el Medio Oriente el Franskestein made in USA, capea por sus ataques contra niños, mujeres y población civil de la Franja de Gaza y también en Siria, pero Donald Trump es ciego, sordo, y mudo para con sus aliados.

En Francia, la represión es brutal contra los manifestantes de los chalecos amarillos por los impuestos al combustible, pero Estados Unidos no se mete y ni siquiera se pronuncia porque es una nación “democrática” , libre y soberana.

En América Latina la OEA y su satélite imperial, Luis Almagro, tampoco ven ni escuchan los lamentos de los pobres de la región que, en la búsqueda del sueño americano, del país de las maravillas, migran y son maltratados, golpeados y reprimidos por las fuerzas del “orden” del país más poderoso y rico del planeta.

En cambio, el lacayo Almagro, lejos de contribuir a que Latinoamérica y el Caribe continúen como zona de paz, echa leña al fuego de la guerra y pide a los Estados Unidos una intervención armada en Venezuela porque “a pesar de las cantidades de procesos electorales populares, para él y el padrino Sam, la Revolución Bolivariana no es “democrática” sino una dictadura como la de Cuba, Nicaragua o Bolivia.

¿Por qué Almagro y su títere OEA no se interesan por los asesinatos de los dirigentes de movimientos populares en Brasil, Colombia, Argentina... y otros países del área con factura “democrática” neo-liberal y fascista? Eso nunca va a ser posible, mientras el imperio norteamericano mueva sus marionetas a su antojo y por dólares baile el mono.

Cuando el ALBA-TCP reiteraba la unidad y el apoyo a la mayoría de los desprotegidos de la región y abogaba por proteger la zona de las acciones bélicas que obligan a los éxodos y a la muerte colectiva de los pueblos, el New Herald, publicaba asaltos, accidentes y noticias sensacionalistas, entre la que aparecía el “ajusticiamiento” del asesino de Phyliss Minas, de 63 años ex empleada de los tribunales de Miami-Dade quien vivía sola con sus gatos. Minas fue apuñalada por un vecino, adicto a las drogas, según el New Herald, solo que el crimen ocurrió hace 26 años y ahora es que sería ejecutado el victimario.

Vaya, cuántos derechos torcidos en la propia cuna de la “democracia” estadounidense. ¿Qué podrá esperarse entonces del trato hacia los “hijos adoptivos”?