CAMAGÜEY.- Solo dos meses duró la pasión para los camagüeyanos, su equipo no hizo justicia a los pronósticos y sucumbió en los primeros 45 juegos de la 58 Serie Nacional de Béisbol. Por segunda temporada consecutiva el lugar 12 de la tabla general acogió a los Toros de la Llanura, cuando la mayoría los creía listos para estar entre los seis primeros.

En el primer tercio, el balance de siete victorias y ocho derrotas se ajustaba a lo previsible, pues la mayoría de las subseries fueron de visitante. En casa, durante los segundos 15 partidos, comenzó la debacle, pues acopiaron solo tres éxitos y doce descalabros. Ya en la recta final, cuando las posibilidades de clasificar eran utopías, lograron nueve triunfos y seis caídas.

El staff de lanzadores fue el octavo peor en promedio de carreras limpias (PCL) con 4.61 y el sexto que más boletos regaló por cada nueve innings (4.49). Los abridores terminaron con average de bateadores embasados de .368, el quinto más alto de la competencia. Solo Dariel Góngora con seis victorias, 3.74 de PCL y 42 ponches en 65 entradas de labor, estuvo a la altura de las expectativas. Aunque finalizó sublíder en ponches con 55 y decimoctavo en PCL con 3.10, el estelar Yariel Rodríguez apenas pudo aportar tres éxitos a la causa camagüeyana. Josimar Cousín fue la decepción del año al acumular siete derrotas y una sonrisa en diez aperturas. Los rivales le conectaron .339 de average, slugging de .476 y 12.61 imparables por juego.

Décimos en ofensiva con .278 de average (AVE), los nuestros resultaron el equipo menos productivo de la campaña. Alexander Ayala guió nuevamente el line up con AVE de .373, 40 boletos, diez dobles, cuatro jonrones y 27 carreras empujadas. Buena noticia fue el despunte de Yandy Yanes, con .314 de AVE, 32 inatrapables, promedio de embasados de .415, y 18 fletadas.

La defensa actuó para .972, octava mejor, aunque buena parte de sus 48 errores los cometieron en momentos decisivos que desembocaron en derrotas. La tercera almohadilla fue el “hueco” del conjunto pues Yosbel Pérez y Eglis Eugellés (no siempre en esa posición) hicieron siete pifias cada uno.

 

Mas allá de los números, a los Toros les faltó pegada para aplastar a las novenas de menor calidad y garra ante los más fuertes. Recibieron escobazos de Las Tunas, Artemisa, Santiago de Cuba y Holguín, y no pudieron barrer. No lograron la necesaria cohesión entre los tres factores de juego, más de una vez se les vio nerviosos, desenfocados y vencidos en las primeras entradas.

Por ahora los fanáticos agramontinos aguardan el sorteo de los refuerzos para ver a sus muchachos salir al terreno con otras letras en el pecho. Habrá que esperar seis meses, cuando comience la VI Serie sub-23, para que revivan las gradas del Cándido González.