CAMAGÜEY.- El divorcio o la separación de parejas es un tema muy abordado en las familias cubanas. No me atrevo a generalizar sobre el asunto, pero estoy segura de que no son pocos los ejemplos cuyas causas son diversas, tanto como cada situación en sí misma, pero no puede obviarse la convivencia de varias generaciones en un mismo hogar, ni la posibilidad de la mujer de elegir sin las trabas de antaño de depender en todos los sentidos del marido, bueno o malo, no importaba.

Sin dudas, el texto Divorcio, ¿solución o problema para los hijos? del licenciado José Eduardo Vázquez Benítez, psicólogo camagüeyano con 23 años de experiencia en la Sala de Salud Mental del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, publicado por la Editorial Ácana, presentado en diversas instituciones y a la venta en las librerías camagüeyanas, se convierte en consulta obligada para especialistas e interesados en conocer, si no una fórmula mágica que dictamina qué hacer, sí orienta de manera amena para todos los públicos sobre el asunto. Al indagar acerca de su motivación a la hora de escribirlo argumentó:

“Porque a través de los años me ha llamado la atención cómo algunos padres con serios problemas de pareja se muestran indiferentes ante la mirada de sus hijos, cuando en realidad estos se percatan de la situación y la sufren.

“Es por eso que menciono en el libro hasta expresiones de los niños que he tratado en consulta, ellos son los verdaderos protagonistas de este suceso. Los adultos deben interiorizar que en ocasiones es imprescindible pedir ayuda especializada porque no siempre la separación transita de manera pacífica y civilizada.

“No puede dejarse de la mano que las dos personas más importantes para los hijos, que son sus padres, ya no estarán juntos a su lado y eso hay que manejarlo muy bien”.

Foto: Cortesía del entrevistadoFoto: Cortesía del entrevistado

¿Los niños pueden llegar a sentirse culpables?

—Desgraciadamente, sí. En no pocas ocasiones frases muy directas responsabilizan a los hijos de la situación y ellos llegan a la frustración y al remordimiento, por supuesto, sin tener a sus alcance la solución del problema.

Después de un divorcio y faltarle al niño la figura materna o paterna, ¿qué recomienda en su libro?

—Aclaro que las recomendaciones que hago en cada uno de los ocho capítulos no deben considerarse soluciones definitivas; no obstante, en este caso, es oportuno buscar una persona sustituta, que puede ser un tío, tía o hermanos…, con el fin de facilitar la transmisión de estos patrones.

Los interesados encontrarán en este volumen el camino a seguir para hacer más viable el enfrentamiento a la separación de pareja con la participación de los hijos sin dañarlos, y Vázquez Benítez hizo especial hincapié en que: “Los niños no escogen a sus padres, no tienen esa posibilidad; sin embargo, cada ex cónyuge escogió al otro”.

En el prólogo, a cargo de Patricia Arés, Doctora en Ciencias Psicológicas y reconocida profesional cubana, deja claro y cito: “El presente libro constituye un valioso intento de visualizar el sufrimiento infantil ante los malos procederes del divorcio, e incluso, posterior al momento de la separación. Considero que es una guía valiosa para su manejo efectivo y una ayuda inestimable para los padres divorciados, separados o en proceso de separación”.