Fidel en uno de los laboratorios conversa con el Ministro de Salud, Dr. José A. Gutiérrez Muñiz; frente Gilberto Jardines, director entonces del politécnico y María Cristina Nápoles López. Foto: Jorge Florat BetancourtFidel en uno de los laboratorios conversa con el Ministro de Salud, Dr. José A. Gutiérrez Muñiz; frente Gilberto Jardines, director entonces del politécnico y María Cristina Nápoles López. Foto: Jorge Florat Betancourt

 CAMAGÜEY.- Fidel  llegó  a  la  tribuna  presidencial instalada en los predios del instituto  politécnico  de  la  salud Doctor Octavio de la Concepción de la Pedraja, de Camagüey, aquel 4 de septiembre  de  1978,  sobre  las  seis  de  la  tarde,  para  dejar  inaugurada  esta obra y con ella el curso escolar en  el  país.  

Constructores,  estudiantes  y  profesores  aclamaron  al  Comandante en Jefe. Antes  de  iniciarse  el  acto  recorrió   —en   compañía   del   entonces ministro  de  Salud  Pública  Doctor José  A.  Gutiérrez  Muñiz  y  de  otras  personalidades—   los   laboratorios y demás instalaciones.  Además  revisó  la  base  material  de  estudio  del que fuera el primer politécnico de su tipo en Cuba, diseño concebido por la  arquitecta  camagüeyana  Caridad Amador Caballero y replicado posteriormente  en  el  resto  de  las  provincias cubanas.

A  cuarenta  años  de  aquel  inolvidable momento, la entonces subdirectora del plantel María Cristina (Piquitina) Nápoles  López,  hoy  jubilada,  recuerda la llegada de Fidel.

Ella recibió la misión de permanecer en el laboratorio multidisciplinario: “Lo esperé en la puerta central; él saludó, me dio un beso, se colocó frente a la primera  mesa  de  trabajo  del  laboratorio e inició una conversación con la arquitecta que diseñó la inversión”.

La entrevistada relató que a Fidel le llamó  la  atención  que  los  microscopios que estaban allí no eran los que debían  utilizarse  por  los  estudiantes  y  explicó,  con  ese  conocimiento  que  siempre  tuvo,  que  se  trataba  de  un  equipo  de  platina  fija,  de  Pasteur,  no  el  que  exigía  la  especialidad  y  cuya  adquisición se había solicitado.

En  otro  momento  del  recorrido  por  el  amplio  salón,  el  Comandante  en  Jefe  se  percató  de  que  no  había  hablado  con  ella,  regresó  hasta donde  estaba Piquitina y le puso la mano en el hombro.

“Me  preguntó  ‘¿Tú  que  estudiaste?’,  le  respondí  que  Laboratorio  Clínico,  me  dio  palmaditas  en  el  hombro  y  continuó  su camino. Eso fue algo maravilloso, me quedé  impresionada;  temblé  y  lloré  de emoción”.

No  sería  la  primera,  ni  la  única  vez  que vio de cerca a Fidel. Lo hizo también  cuando  niña  en  el  poblado  de  Minas, su pueblo natal, y durante la visita  que  realizara  al  Instituto  Superior  de  Ciencias  Médicas  Carlos  J.  Finlay  (hoy  Universidad  de  Ciencias  Médicas) para compartir con los estudiantes y profesores.

El periódico Granma anunció que Fidel hablaría en la inauguración del politécnico de la salud de Camagüey. Fotocopia: Otilio Rivero Delgado/AdelanteEl periódico Granma anunció que Fidel hablaría en la inauguración del politécnico de la salud de Camagüey. Fotocopia: Otilio Rivero Delgado/Adelante

La  intención  fue  abrir  el  curso  1978-79  con  un  centro  de  este  humanitario  sector, contexto en el que se resaltara la importancia  de  la  formación  de  los  médicos  y  técnicos  de  la  salud  que,  además de atender a nuestro pueblo, tiende  sus  manos  solidarias  a  otras  naciones del mundo.

En su discurso, dijo Fidel aquel día:  “A decir verdad, esta instalación ha quedado, nos parece, muy bien. Hemos tenido la oportunidad de visitar los laboratorios, la base material de estudio, y es realmente excelente. El proyecto parece funcional, la terminación se ve bien hecha, y creo que podemos sentirnos satisfechos de empezar a contar con instituciones como esta. Y nos llena de alegría pensar que cada provincia tendrá la suya, y que algunas tendrán varias.

“Hemos visto los laboratorios de prótesis. Y la dirección de la escuela tiene el proyecto no solo de enseñar, sino de montar una producción de prótesis en la escuela. El taller y el laboratorio cuentan con todos los medios necesarios para ello.

“El equipo que lleva una de estas escuelas, el equipamiento como base material de estudio, cuesta alrededor de 300 000 dólares, de modo que no piensen que es una cosa muy barata. Y hay que hacer gastos y hay que hacer esfuerzos. Por lo tanto, se requiere de ustedes un buen mantenimiento y el mayor cuidado con esos equipos. En algunos casos, como el de los microscopios, los que tiene son prestados, puesto que los que corresponden a la escuela todavía no han arribado al país. Pero en general se cuenta con un material de óptima calidad”.

En el “Doctor Octavio de la Concepción  de  la  Pedraja”,  actual  Facultad Tecnológica, se han graduado 55 649 estudiantes  de  varios  países  en nueve carreras de tecnologías de la salud, agrupadas  hasta  la  actualidad  en  las  modalidades de curso regular diurno y por encuentro. En la formación de postgrado habilita a Operarios de Vectores, Administradores   y   Dependientes   de   Farmacia.

Para  la  Doctora  en  Ciencias  Fidela  Reyes,  rectora  de  la  Universidad  de  Ciencias  Médicas  Carlos  J.  Finlay,  la  creación  del  politécnico: “significó  la  consolidación  de  la  docencia  para  brindar,  posteriormente,  docencia  a  nivel superior y, por supuesto, dar seguimiento  de  las  investigaciones  que  han  tenido  como  misión  el  bienestar  en materia de salud de nuestro pueblo camagüeyano”.