CAMAGÜEY.- Fidel llegó a la tribuna presidencial instalada en los predios del instituto politécnico de la salud Doctor Octavio de la Concepción de la Pedraja, de Camagüey, aquel 4 de septiembre de 1978, sobre las seis de la tarde, para dejar inaugurada esta obra y con ella el curso escolar en el país.
Constructores, estudiantes y profesores aclamaron al Comandante en Jefe. Antes de iniciarse el acto recorrió —en compañía del entonces ministro de Salud Pública Doctor José A. Gutiérrez Muñiz y de otras personalidades— los laboratorios y demás instalaciones. Además revisó la base material de estudio del que fuera el primer politécnico de su tipo en Cuba, diseño concebido por la arquitecta camagüeyana Caridad Amador Caballero y replicado posteriormente en el resto de las provincias cubanas.
A cuarenta años de aquel inolvidable momento, la entonces subdirectora del plantel María Cristina (Piquitina) Nápoles López, hoy jubilada, recuerda la llegada de Fidel.
Ella recibió la misión de permanecer en el laboratorio multidisciplinario: “Lo esperé en la puerta central; él saludó, me dio un beso, se colocó frente a la primera mesa de trabajo del laboratorio e inició una conversación con la arquitecta que diseñó la inversión”.
La entrevistada relató que a Fidel le llamó la atención que los microscopios que estaban allí no eran los que debían utilizarse por los estudiantes y explicó, con ese conocimiento que siempre tuvo, que se trataba de un equipo de platina fija, de Pasteur, no el que exigía la especialidad y cuya adquisición se había solicitado.
En otro momento del recorrido por el amplio salón, el Comandante en Jefe se percató de que no había hablado con ella, regresó hasta donde estaba Piquitina y le puso la mano en el hombro.
“Me preguntó ‘¿Tú que estudiaste?’, le respondí que Laboratorio Clínico, me dio palmaditas en el hombro y continuó su camino. Eso fue algo maravilloso, me quedé impresionada; temblé y lloré de emoción”.
No sería la primera, ni la única vez que vio de cerca a Fidel. Lo hizo también cuando niña en el poblado de Minas, su pueblo natal, y durante la visita que realizara al Instituto Superior de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay (hoy Universidad de Ciencias Médicas) para compartir con los estudiantes y profesores.
La intención fue abrir el curso 1978-79 con un centro de este humanitario sector, contexto en el que se resaltara la importancia de la formación de los médicos y técnicos de la salud que, además de atender a nuestro pueblo, tiende sus manos solidarias a otras naciones del mundo.
En su discurso, dijo Fidel aquel día: “A decir verdad, esta instalación ha quedado, nos parece, muy bien. Hemos tenido la oportunidad de visitar los laboratorios, la base material de estudio, y es realmente excelente. El proyecto parece funcional, la terminación se ve bien hecha, y creo que podemos sentirnos satisfechos de empezar a contar con instituciones como esta. Y nos llena de alegría pensar que cada provincia tendrá la suya, y que algunas tendrán varias.
“Hemos visto los laboratorios de prótesis. Y la dirección de la escuela tiene el proyecto no solo de enseñar, sino de montar una producción de prótesis en la escuela. El taller y el laboratorio cuentan con todos los medios necesarios para ello.
“El equipo que lleva una de estas escuelas, el equipamiento como base material de estudio, cuesta alrededor de 300 000 dólares, de modo que no piensen que es una cosa muy barata. Y hay que hacer gastos y hay que hacer esfuerzos. Por lo tanto, se requiere de ustedes un buen mantenimiento y el mayor cuidado con esos equipos. En algunos casos, como el de los microscopios, los que tiene son prestados, puesto que los que corresponden a la escuela todavía no han arribado al país. Pero en general se cuenta con un material de óptima calidad”.
En el “Doctor Octavio de la Concepción de la Pedraja”, actual Facultad Tecnológica, se han graduado 55 649 estudiantes de varios países en nueve carreras de tecnologías de la salud, agrupadas hasta la actualidad en las modalidades de curso regular diurno y por encuentro. En la formación de postgrado habilita a Operarios de Vectores, Administradores y Dependientes de Farmacia.
Para la Doctora en Ciencias Fidela Reyes, rectora de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, la creación del politécnico: “significó la consolidación de la docencia para brindar, posteriormente, docencia a nivel superior y, por supuesto, dar seguimiento de las investigaciones que han tenido como misión el bienestar en materia de salud de nuestro pueblo camagüeyano”.