CAMAGÜEY.- Para el equipo camagüeyano la V Serie Nacional de Béisbol Sub-23 finaliza con más penas que glorias, como habíamos previsto antes de que comenzara. Desde el inicio del torneo los Toros se “acomodaron” en la parte baja de la tabla y nunca tuvieron posibilidades de pasar a la fase final.

A falta de la subserie de cierre ante Las Tunas, la tropa de Ihosvany Bango acumulaba 12 victorias y 24 derrotas, se ubicaba en el último lugar del grupo C, en el penúltimo de la zona oriental y el decimotercero de la clasificación general.

Con sus tres mejores lanzadores participando en la mal llamada Serie Especial -que no es ni un certamen competitivo, ni entrenamiento-, el resto del equipo tenía que tener una actuación perfecta para hacer el grado en un aparatado donde juegan equipos con mucho talento en esta categoría. Sin embargo, los números del colectivo se quedaron por debajo de la exigencia: son octavos en bateo con .261 de average, decimoquintos en pitcheo con 4.73 de promedio de carreas limpias (PCL), y decimoterceros en defensa con .958 de cociente.

Para colmo de males, las reparaciones que se acometen en el estadio Cándido González obligaron a trasladar la principal sede al Mario Pérez Cuesta del municipio de Vertientes, donde si bien la afición local se hizo sentir, se limitaron las transmisiones radiales. La pregunta del momento es ¿Dejó algo positivo este campeonato? Pues sí, dejó algunas ganancias para la provincia.

Varios atletas que no fueron tomados en cuenta para integrar la enorme preselección nacional que entrena en el Latinoamericano y tendrán responsabilidades con Camagüey en la venidera Serie Nacional (SNB) mantuvieron la exigencia competitiva.

Leonel Segura, Leonel Moas Jr., Eglis Eugellés, Orlandy González y Yandy Yanes podrían tener protagonismo con el bate y el guante. Jóvenes lanzadores como Yhonatan Fernández, Juan Sebastián Contreras, Erislery Basulto y Sergio Guerra demostraron que están listos para aportar mucho en la primera categoría.

En el bateo destaca el dúo de los Leonel y Orlandy. Gonzàlez (.301) y Segura (.351) son los únicos con average superior a las .300. El segundo se consolidó como uno de los mejores peloteros menores de 23 años al pegar 33 inatrapables, negociar 18 bases por bolas y compilar para 976 de promedio de embasados más slugging (OPS).

Por su parte, Moas Jr. continuó su evolución como sluguer al pegar cinco jonrones, dos triples y ocho dobletes. Además, encabezaba el casillero de impulsadas con 23 y los lanzadores rivales le otorgaron 9 bases por bolas intencionales.

Entre los integrantes del bullpen sobresalen principalmente los abridores. El mejor resulta Contreras con cuatro triunfos y un revés en cinco aperturas, excelente PCL de 2.60, promedio de corredores embasados de 1.15, y 33 ponches y 19 boletos en 52 entradas de actuación. Basulto (3-4) líder del departamento de ponches dentro del staff con 42 y el incansable Guerra (3-5) con 58.2 entradas lanzadas, también desarrollaron un buen torneo.

Usted podrá pensar que este redactor anda escaso de crítica y prefiere ver el vaso medio lleno cuando en realidad está medio vacío. Quizás tenga razón, los nuestros al menos pudieron evitar el sótano y entrar en la pelea por los boletos de clasificación. No obstante, para tener uno de los conjuntos con menor promedio de edad de la lid y ser víctimas de las malas decisiones que se tomaron a nivel nacional, el resultado pudo ser peor.

Mejor miremos al futuro inmediato, porque estos muchachos están listos para impulsar a Camagüey hasta la segunda fase de la próxima SNB.