Fotos: Cortesía de la entrevistada Fotos: Cortesía de la entrevistadaCAMAGYEY.- La protagonista de esta historia es una alemana de 28 años, aunque aquí en Cuba se siente una cubana más. Stephanie Remus actualmente es estudiante de la Universidad Libre de Berlín, allí cursa la especialidad en Estudios Latinoamericanos, y cuando este periodista le preguntó por qué siendo europea, aparentemente sin vínculos con este lado del mundo estudiaba esa carrera, entonces su español fue más claro que nunca: “Por Cuba, en todo lo que hago en mi vida Cuba está presente de alguna manera.

¿De dónde viene tu pasión por esta Isla?

— En el 2009 tuve el honor de conocer en Alemania a Aleida Guevara, la hija del Che, me impresionó la pasión con la que hablaba de su padre y de los cubanos, fue tremendamente genial esa experiencia. Un buen día mi vecina Petra, que era la presidenta fundadora de SoliCuba me dijo que ya estaba pensando en retirarse y me preguntó si yo quería asumir esa responsabilidad. Mis padres no quisieron, decían que era mucho trabajo; sin embargo, yo amaba a este país, me sobrepuse a todo y aquí estoy, también conté con el apoyo de Anette Chao, jefa de la oficina diplomática de Cuba en Bonn. No ha sido fácil sustituir a Petra, quien por 20 años hizo de su vida esta organización, pero si yo no asumía se perdería buena parte del trabajo.

¿En qué te ha servido?

—Hoy tengo que decirte que no sabía lo que me esperaba, en aquel momento yo era un poco ingenua, pero SoliCuba me ha ayudado a crecer, a ser otra persona, a madurar. Siempre pensé que era lo correcto defender la organización.

¿Crees que eres un ejemplo para que los jóvenes se acerquen a Cuba?

—Sí, desde que estoy en la presidencia hay 20 nuevos miembros y todos son jóvenes, mientras más seamos, más se nos unirán. Los grupos que hoy no tienen sangre joven están condenados a desaparecer poco a poco, es uno de los grandes desafíos que tiene el movimiento de solidaridad con Cuba, no solo en Alemania sino en Europa.

“Aunque hoy está fortalecido, se demostró cuando el huracán Irma, llegamos a recaudar 400 000 euros y enviarlos, mientras el Gobierno alemán no hizo nada, el reto está en rejuvenecer las filas pensando en el futuro.

¿Cómo llevas todo a la vez?

—Es muy difícil, en ocasiones creo que no puedo, mas tengo excelentes personas a mi alrededor que me apoyan. No tengo tiempo libre, es difícil, pero realizable. Hoy no puedo trabajar, es lo que hacen muchos jóvenes en Alemania para financiar sus estudios, debo agradecer a mis padres, ellos corren con mis gastos más importantes. Ya son miembros también de SoliCuba.

¿Qué proyectos tiene hoy SoliCuba?

—Tenemos con el Centro de Investigaciones al Tratamiento del Agua (CITA) un proyecto para contribuir a mejorar el agua que consumen los camagüeyanos y financiamos el Concurso Trazaguas. Tenemos, además, otros con el Instituto Politécnico Álvaro Barba y ahora por último pretendemos ayudar en la remodelación del área de entrenamiento Máximo Gómez de Tenis de Mesa.

En Alemania hay organizaciones que forman parte de la política de subversión contra Cuba, ¿qué opinas al respecto?

—Una de nuestras tareas principales es contrarrestar estas acciones, que son las únicas para los medios europeos, nosotros para ellos no existimos, además de que cuentan con la anuencia del Gobierno alemán. En mi país se imita mucho lo que hace Estados Unidos, de allí que hoy se inviertan millones en tratar de subvertir el orden en Cuba, es la lucha histórica de la verdad contra el dinero.

“Los cubanos siempre van a tener amigos en Alemania, y yo quizás en algún momento venga a vivir a esta Isla”.

 Stephanie con el  Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo. Stephanie con el Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo.