Después de su fundación el tres de octubre de 1965 transcurrieron 10 años para la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba  (PCC) del 17 al 22 de diciembre de 1975, en el teatro Karl Marx, de la capital.

La Revolución había continuado su paso indetenible como un proceso generador de cambios que llevaban a la vanguardia organizada y dirigente del país a perfilar  y perfeccionar, sobre todo desde comienzo de los años 70, sus objetivos políticos, ideológicos y morales, como función central.

Al mismo tiempo, se diseñó y cumplió un proceso de institucionalización y de nuevas estructuras político-administrativas y jurídicas para cumplir el empeño del desarrollo económico y social de la nación.

Al Congreso inicial, celebrado justo en la medianía de esa década, asistieron, además de sus delegados,  numerosas delegaciones extranjeras representativas y de movimientos y organizaciones progresistas del mundo.

Esa cualidad sería una constante en todos los cónclaves, así como la interacción o consulta con el pueblo.Bajo la dirección de Fidel entonces se aprobaron importantes resoluciones y objetivos de desarrollo económico y social, la Plataforma Programática y Estatutos del PCC y el Buró Político,  y se habló del apoyo prestado por combatientes cubanos al Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), país que solicitó a la Isla ayuda en su lucha por la independencia. 

Cinco años más tarde, del 17 al 20 de diciembre de 1980, también en La Habana, pero esta vez en el Palacio de Convenciones,  se efectuó el Segundo Congreso.

Además de hacer balance a la obra creada y trabajo cumplido desde la cita primigenia, se aprobó el Plan de desarrollo del quinquenio de 1981 a 1985, y las metas generales a alcanzar dentro de la política nacional e internacional en el futuro.

El análisis de la situación económica fue cabal y se señalaron los problemas y los perjuicios causados por el recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos. Con esos elementos se trazaron objetivos- lo más realistas posibles-, con expectativas generales incluso hasta el 2000, sopesando la situación mundial.

Como en los anteriores se hizo énfasis en el avance de programas educacionales, de salud, seguridad social, de inclusión e igualdad de la mujer, atención a la niñez y juventud, desarrollo de la producción y el potencial científico-técnico, incremento de la productividad con el ahorro y recuperación de recursos y la protección del medio ambiente.

El tercer cónclave del PCC se celebró del cuatro al siete de febrero de 1986. En este Congreso se constaron avances en la consolidación de la conciencia revolucionaria y logros en el plan del quinquenio. Pero igualmente se fue crítico con errores y se reconoció la necesidad de priorizar las tareas de preparación para la defensa y en el fortalecimiento del papel de las organizaciones de masas.

Igualmente, se iniciaron en todos los sectores análisis de rectificación de errores y tendencias negativas para mejorar la eficiencia y avance de la construcción socialista. El Programa del PCC se analizó y aprobó de forma diferida en diciembre del propio año.

Si los tres primeros congresos transcurrieron en la capital cubana, el Cuarto tuvo como sede a la heroica ciudad de Santiago de Cuba, del 10 al 14 de octubre de 1991. La desaparición del campo socialista  en un proceso de connotación universal repercutió muy negativamente en la sociedad y economía cubanas, como es conocido. Más tarde, la desaparición de la Unión Soviética agravó la situación.

En el cuarto Congreso del PCC,  no se presentó el informe habitual, se discutieron los problemas y situaciones afrontadas. Fue antecedido por un Llamamiento ampliamente discutido y aprobado por el pueblo, se reconoció el período especial que comenzaban a vivir los cubanos y la necesidad de continuar en la rectificación de errores y tendencias negativas.

El Quinto Congreso tuvo lugar del ocho al 10 de octubre de 1997. Un momento especial fue la aprobación del documento: El Partido de la unidad, la democracia y los derechos humanos que defendemos, tras un proceso de consulta popular.

Una verdadera plataforma política esclarecedora de la justicia y legitimidad del ideario revolucionario, devino contundente respuesta a aquellos que manipulan esos valores con espurios y para nada sinceros fines políticos.
Tras un lapso de tiempo más largo, el sexto Congreso se efectuó del 16 al 19 de abril de 2011. Con una realidad bien diferente a la de las dos citas anteriores.

Todavía en medio de una situación muy difícil, agravada por las crisis financiera y económica mundial y el bloqueo criminal de EE.UU., la Revolución había demostrado su capacidad de resistencia y sobrevivencia,  y mantenido vigentes programas de justicia social, salud, educación y cultura, además de una amplia y activa colaboración y ayuda a otras naciones del mundo,  y un reconocido prestigio en la arena política  regional y mundial.

El sexto Congreso marcó y oficializó la voluntad de los cubanos de continuar el rumbo socialista, actualizando su modelo económico y cambiando todo lo que debe ser cambiado, solamente bajo decisión autónoma y soberana, para mejorar y hacer más próspero y sustentable el desarrollo, sin presiones de potencia alguna.

Hay motivos para confiar en los resultados de las sesiones del venidero séptimo Congreso,  ya inminente.

{flike} {plusone} {ttweet}