VERTIENTES, CAMAGÜEY.- Aguilar es uno de los consejos populares más intrincados aquí. “Allí el diablo gritó y no se oyó”, nos dijeron antes de partir al territorio sede del acto provincial por el Día de la Rebeldía Nacional, y efectivamente, la tierra natal del mártir revolucionario Noel Fernández está a 32 kilómetros de la cabecera municipal.

Rodeado de grandes plantaciones de caña, con algunas parcelas de malanga o maíz que rompen la simetría, Aguilar parece de otro mundo. Dicen los nativos que aquello siempre fue un lugar próspero y bonito, pero con la llegada del período especial y la posterior decadencia de la industria azucarera, la vida por esos lares fue tomando tonos grises.

“Al llegar la primavera y las lluvias, los caminos se incomunicaban y todo era un caos. Cuando se acababa esa etapa siempre alguien decidía marcharse del poblado para no regresar, así fue mermando la gente”, nos contó Domingo Cano Gónzalez, de 51 años, y “nací’o y cria’o” en la zona.

Guillermo Abelarde Abelarde, presidente del Consejo Popular de Aguilar.Guillermo Abelarde Abelarde, presidente del Consejo Popular de Aguilar.

“AHORA QUE LLUEVA, QUE HACE FALTA”

Este año, la estación del florecimiento comenzó diferente. El verdor de las plantas se vio empañado por el polvo. Dice Guillermo Abelarde Abelarde, presidente del Consejo Popular, que la gente miraba con asombro la nube de polvo que se levantaba en el principal vial de acceso. “Ahora la carretera está en buenas condiciones, solo tiene dos baches grandes que vamos a reparar en unos días. De sentirnos incomunicados, pasamos a tener una guagua y un camión particular que cubren la ruta hasta Vertientes y Camagüey.

“La gente  recobra la esperanza. Calcule usted que las 13 obras que planificamos en saludo al 26 de Julio solucionan 80 planteamientos de los electores a los delegados del Poder Popular. Hemos estirado los más de 555 000 pesos que nos asignaron y le llegamos a otros objetivos”, dice Guillermo, el hombre del momento en el pueblo.

Otra añeja problemática del transporte que se solucionó fue la construcción de una terminal ferroviaria, porque la anterior está en peligro de derrumbe. La nueva instalación brindará servicios a un mayor tráfico, pues ahora circulan dos trenes diarios desde Santa Cruz del Sur hasta Camagüey, pasando por la cabecera municipal. “No nos podemos quejar, afirma un anciano que espera impaciente la aparición de la locomotora. Ahora sí puede llover bastante, que hace falta pa’ la siembra”.

TODAS LAS MANOS

La transformación que se vive en los bateyes de San Carlos 5 y 6, El Brazo, El Triunfo y Aguilar no es obra de la varita de Harry Potter. De los 2 454 habitantes del Consejo salieron manos fuertes, prestas a cambiar su realidad. Las organizaciones de masa, encabezadas por cuadros del Partido y el Gobierno hicieron suya la tarea y hoy disfrutan el agradecimiento de la gente.

“Calidad de vida es lo que buscamos, que no les falte ningún servicio básico, incluida la recreación”, comentó a Adelante Salvador Tejón Pérez, secretario del Consejo de la Administración Provincial y uno de los cuadros que apoyó los trabajos allí, mientras nos enseña una foto rodeado de jóvenes en el nuevo centro nocturno. También se remozaron el parque principal de la localidad y varios puntos de gastronomía, y finalmente se aprovechó un local abandonado para emplazar la tan necesaria placita.

Quedaron como nuevos los tres consultorios del Médico de la Familia, incluido el de El Brazo. “Los doctores y el personal de enfermería no nos duraban mucho, imagínese, tan lejos y sin condiciones. Pero ahora están contentos y una disfruta de una consulta más confortable”, sentencia Narcisa López Mejías, de 68 años de edad. Otras instalaciones de la Salud que se repararon fueron la clínica estomatológica, que ahora presta servicios en una situación higiénica adecuada, y la farmacia, con mejor capacidad de conservación y almacenamiento para los medicamentos.

En el centro mixto de educación Noel Fernández se evidencia el aporte multifactorial y el sentido de pertenencia de los involucrados. Resulta que el proceso constructivo de la escuela estuvo respaldado por 27 000 pesos donados por la CPA Gilberto Acuña Ramírez. “Faltaba más, compadre, en esas aulas estudian los hijos de nuestros campesinos y trabajadores. Nos sentimos en la obligación de ayudar en el rescate de la comunidad, por eso echamos mano a la cuenta de reserva sin pensarlo”, aseguró Leonardo Acuña Cordero, presidente de esa importante cooperativa cañera y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

“ESTO NO SE HA ACABA’O”

Así nos gritan desde la sombra de una mata de tamarindo: “Faltan cosas por resolver, periodista”. Y efectivamente, todos coinciden en que este proceso no puede quedar a medias. “Hay que seguir luchando para satisfacer todas las necesidades. Como gobierno tenemos que lograr que se restablezcan los servicios de correo, cuya empresa cerró su oficina aquí porque no era rentable, algo con lo que no concordamos. Estamos mediando para que se abran establecimientos de las tiendas recaudadoras de divisa, al menos uno, porque la gente tiene que trasladarse decenas de kilómetros para comprar jabón, aceite, pollo y esas cosas que deberían estar a nuestro alcance”, reconoce Guillermo.

Y hay quienes esperan más: zapatería, peluquería, taller de reparaciones. Quizá todo quepa en un pequeño local multiusos, como el que existió décadas atrás. Ganas y brazos prestos a trabajar sobran ahora que la primavera llegó con vientos de renacimiento y el sol del verano no detiene a los constructores. No se puede dejar de soñar en este país de grandes realizaciones; lo más difícil lo hicieron, hace 64 años, Fidel y los moncadistas.