CAMAGÜEY.- Aun sin recuperarnos del impacto que dejó en el pueblo cubano el ciclón Flora y apenas diez meses después de esa tragedia, el 23 de agosto de 1964 el Observatorio Nacional de la Marina de Guerra Revolucionaria alertó al país en su boletín informativo no. 5, diciendo que la presencia del nuevo ciclón tropical Cleo, el tercero de la temporada de aquel año, se hacia muy peligrosa para Cuba, dada su posición al sur de la isla de Santo Domingo, por lo que era probable que tomase una franca dirección hacia nuestro país.

El ciclón Cleo se originó en las costas de África a principios de agosto, cruzó el Atlántico ganando en intensidad e internándose en el mar Caribe con fuerza de 250 kilómetros por hora para golpear a la pequeña isla antillana de Guadalupe, donde originó una decena de muertos y más de diez mil damnificados.

Sin mucho esperar y con las experiencias del Flora, en Cuba se procedió a la evacuación de cuatro mil familias de la cuenca del río Cauto, situándose abastecimiento en regiones que podrían quedar incomunicadas en caso de inundaciones; en Camagüey las zonas bajas de la costa sur fueron igualmente colocadas a cubierto, mientras que en Santa Cruz del Sur se procedió a retirar a los vecinos inmediatos a la costa.

En la capital de la provincia se decretó un alerta especial para los barrios extendidos en las márgenes de los ríos, especialmente aquellos que durante el Flora fueron totalmente inundados.

A las diez de la noche del siguiente día el ciclón estaba situado al sur de Santo domingo con abundantes lluvias, en su curso y al impactar con las montañas de cabo Haitiano perdió parte de su fortaleza torciendo ruta hacia el noreste, trazo que sin dudas le llevaría a tocar nuestro país en algún punto entre Cabo Cruz y Jatibonico.

El 25 de agosto Cleo cruzó sobre Cabo Cruz para penetrar en el golfo de Guacanayabo. Coincidiendo con la aproximación de la tormenta y luego de pasar por la ciudad de Camagüey para informarse de la situación, llegó Fidel a Santa Cruz del Sur en compañía de varios oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Far) y dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC), entre los que se encontraban el Che.

En ese poblado instaló su puesto de mando, pero poco después y luego de establecer comunicación con diferentes puntos del país solicitando datos meteorológicos, pronosticó que Cleo seguiría a lo largo de la costa sur para penetrar en el país por las inmediaciones de Júcaro y salir al norte por Ciego de Ávila o Caibarién, como en realidad sucedió, por lo que, tras sus huellas, Fidel se traslado hacia Sancti Spíritus.

Finalmente Cleo nos dejó con sus lluvias más beneficios que daños, sin embargo azotó por muchas horas las costas de la Península de La Florida, Las Carolinas y Virginia, internándose en el mar hasta que el 5 de septiembre fue reconocido por última vez cerca de Terranova.

Cleo ha sido el ciclón de más larga trayectoria conocido hasta ahora. A su paso dejó una estela de 132 muertos y pérdidas por más de 187 millones de pesos en cinco países, especialmente en Haiti y los EE.UU.

Por los daños y las muertes originadas el nombre de Cleo fue "retirado", de los patronímicos que se dan cada año a los ciclones tropicales, es decir, no se utilizan otra vez para una nueva tormenta si se considera que fueron muy notables los daños y/o muertes que causó.

Al retirar el nombre de tormentas memorables se evita confundir una tormenta bastante conocida históricamente con una actual en la cuenca del Atlántico. A veces se retiran nombres por otros motivos, como consideraciones culturales o políticas.

Tampoco el Flora volverá a aparecer en esa agenda de historia ciclónica.