Sin embargo, se hizo casi un “fraude” autorizado que un familiar fuera a la reunión popular y entregara todas las citaciones para computar 90 y tanto, ¿ciento por ciento de asistencia?.

En las recién votaciones parciales de la primera y segunda ronda para la elección de los 865 delegados a las asambleas municipales del Poder Popular en Camagüey, la participación a los sufragios fue de un 89,03%, desde luego, inferior a los comicios anteriores pero objetivamente real si se tiene en cuenta la labor de inspectores,  supervisores y la firma de los electores antes de emitir el voto, esta dos última modalidades nuevas en el proceso de marras que solo harán dudar de la transparencia democrática del sistema político cubano  a los  acérrimos detractores de la Revolución.

Las boletas en blancos o con tachaduras u ofensas acostumbradas cedieron ante un 92,2% de validez y los electores volvieron a ratificar a 438 delegados del mandato precedente, al tiempo que los resultados finales confirman la libertad de votos de los sufragios para elegir 302 mujeres y 144 jóvenes como representantes de los gobiernos de base.

Otra expresión de voluntad popular se manifiesta en que junto con los 518 militantes del Partido y 66 de la Unión de Jóvenes Comunistas, figuran 53 campesinos y 15 trabajadores por cuenta propia como delegados de circunscripción que pueden con igual derecho constitucional, encabezar las asambleas municipales cuando el Consejo de Estado fije la fecha nacional de elección y toma de posesión de los órganos locales de Gobierno, dentro de los 21 días siguientes a las últimas votaciones. Un dato valedero de popular acceso educacional, es que el 41,15% de los elegidos en cada lugar de residencia posee nivel universitario.

  Digan lo que digan los que siempre dicen y poco hacen por la Patria de todos, las elecciones transcurridas se parecieron mucho más a la realidad, a la diversidad  de la vida camagüeyana, aunque los electores de Florida, Najasa, Sierra de Cubitas y Esmeralda, merecen  aplauso prolongado por sus consistencia en las urnas en las dos rondas electorales y, cuya segunda vuelta provincial hizo trizas el viejo proverbio de que segundas partes nunca fueron buenas.

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