Rachel de la Caridad Castillo Trimiño, solo tiene seis años y cursa el primer grado en la escuela Grandes Alamedas. Tiene ojos hermosos a punto de iluminarlo todo cuando le pregunté a que hora se había levantado.

Su abuela Idalia Mora Sánchez se anticipó: “Se despertó primero que todos en casa. Ella se parece mucho a mí...”

Rachel al fín me cuenta que es la primera vez que va a cuidar la votación y que le gusta mucho la matemática, y tras un beso de despedida momentánea, porque le prometí regresar para verla saludar como pionera “avezada” y oírla decir con su vocecita firme:
!Votó!.

El “veterano” Amilkar

 El “veterano” Almirka El “veterano” AlmirkaAl contrario de Rachel, Amilkar, en el Colegio 4, en La Vigía, donde reside, distante de Rachel.  Está sosegado a la espera  de su turno para relevar a los pioneros mayorcitos que cuidan los comicios.

--¿Cuántas elecciones llevas?

“ !UUUFFFF! ,suelta una interjección larga como su experiencia, ¿pero cuántas, insisto?
“Mijo seis”, dice.

Amilkar Araluce Álvarez, muestra orgulloso sus atributos de la organización de pioneros “José Martí” y está en quinto grado en la misma escuela de Rachel: Grandes Alamedas. Vive enfrente de mi casa, es mi vecinito y buen nadador.

En Camagüey más de 10 000 niños pioneros custodiarán las urnas en estas elecciones parciales para delegados de las asambleas municipales del Poder Popular. Antes del triunfo de la Revolución, enero de 1959, la guardia rural con armas largas “protegía” los fraudulentos comicios y  no era extraño el habitual robo de votos para que saliera el candidato del Partido en turno.


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