CAMAGÜEY.- A las cinco de la mañana Flor Acosta Osorio preparó una colada de café, le sacó la punta a un lápiz y lo colocó sobre una mesa cubierta por un mantel floreado. “Después esperé a que me trajeran las boletas para decidir, como los demás cubanos, por la Revolución”, dijo la electora del Colegio No. 5 que, aunque aquejada por problemas en su rodilla se sumó también, desde su hogar, a la selección de los diputados a la Asamblea Nacional y los delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular.

Mientras buscó la comodidad en el balance, Flor señaló cómo esa suerte de bisagras corporales ya no le respondían con la misma prontitud de otros tiempos. Recordó su constante ir y venir en la Clínica Estomatológica Centro, donde formó parte del personal de la limpieza y, luego, de las movidas rutinas del archivo.

Sin embargo, esta jubilada de 82 años del sector de la salud, olvidó los dolores e hizo a un lado sus muletas - hasta entonces aprisionada entre sus manos- cuando habló de la fiesta electoral que vive el país.

“Antes del triunfo del ´59 era imposible imaginar unos comicios en los que prevalecieran el orden y la transparencia o sus protagonistas fueran gente sencilla que representaran los intereses del pueblo. Yo ejercí mi derecho al voto, precisamente, para respaldar el proceso revolucionario que vivimos y para que esas duras imágenes jamás más se repitan”.

Esta tunera de nacimiento, que se quedó en esta provincia en la década del ´60 tras probar el agua de tinajón, tiene confianza en el porvenir porque aseguró que “la juventud junto a las máximas organizaciones de esta nación continuarán la obra de una patria socialista como lo quiso Fidel”.

Foto: Orlando Durán Herrnández/ AdelanteFoto: Orlando Durán Herrnández/ Adelante

La confirmación a esas palabras de Flor las encontré en la voz de dos jóvenes como Jeny Rodríguez Pichardo y Mario Sergio Viamontes García, estudiantes de octavo grado de la escuela secundaria básica Inés Luaces Sánchez. Ambos cuidaban las urnas del colegio electoral 7, en el que votan los integrantes de cinco Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

“Para mí ha sido un honor formar parte de este proceso fundamental para el futuro de Cuba, en el cual sus habitantes daremos el sí por la unidad y la defensa de nuestras conquistas”, explicó Rodríguez Pichardo, entre algunas risas nerviosas y tímidos gestos.

Mario, por su parte, planteó que gracias a la Revolución podrá aspirar a cursar estudios, sin importar su clase social, en la carrera de Medicina Veterinaria y desde ese oficio brindarle sus servicios a la sociedad; a una sociedad como la cubana que demostrará en el valor de un voto, la fidelidad a sus principios y a su historia.