CAMAGÜEY.- Los Estados Unidos tardaron 24 años para rectificar su voto en la Organización de Naciones Unidas (ONU), acerca del proyecto de resolución contra el bloqueo a Cuba, y esta vez no votaron en contra como habitualmente lo hacían, sino optaron por abstenerse, para hacer más rotunda la victoria cubana en este foro internacional.

No por esperada la casi unánime condena al bloqueo norteamericano contra Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas dejó de causar tanta satisfacción a los cubanos, a nuestros amigos y a los que al votar lo hicieron conscientes de ejercer un elemental acto de justicia.

Por vigésimo quinta vez, el proyecto presentado por la Isla “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos contra Cuba” fue aprobado en la ONU, ahora con el carácter histórico que le concede que 191 gobiernos votaron a favor, ninguno en contra y solo dos abstenciones, añadida la de Israel a su par estadounidense.

Si algunos pensaron que el hecho de abstenerse Estados Unidos, la directiva política y las últimas medidas del presidente Barack Obama en relación con Cuba iban a causar impacto en la percepción internacional de lo genocida y criminal que resulta la imposición por casi 55 años del bloqueo norteamericano contra la Isla, también ahora volvieron a equivocarse, como lo demostró la contundente condena a este engendro por parte de los miembros de la Asamblea General.

Nadie ignora que Obama ha dado pasos en relación con la nación cubana, que ninguna otra Administración estadounidense se atrevió a dar, pero todo el mundo sabe que a pesar del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la flexibilización en algunas de las múltiples ramas del bloqueo, el tronco de este sigue intacto, causando numerosos y cuantiosos daños a la economía del país y a su población, en el orden social y cultural.

Con elocuencia y sólidos argumentos, los representantes de los grupos regionales de naciones, como el Grupo de los 77 más China, el de Caricom, la Celac, el de Países No Alineados y gobiernos en particular, como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Rusia y otras voces como la de la Unión Europea y el sudeste asiático, hasta sumar unas 40 intervenciones, mostraron su total respaldo a la demanda de poner fin al bloqueo a la Mayor de las Antillas, que es el más largo contra un país, que se recuerde y recoja la historia.

En los fundamentos de estos resultados están los 58 años de lucha de nuestro pueblo, su extraordinaria capacidad de resistencia, la sabia conducción de los líderes históricos de la Revolución, encabezados por Fidel y Raúl Castro, el protagonismo de nuestros jóvenes, la autoridad y prestigio alcanzados por esta pequeña Isla defendiendo en duras condiciones adversas su soberanía, su independencia y sus principios éticos, políticos, antiimperialistas y solidarios.

Consideramos que el cambio al abstenerse Estados Unidos en la votación, justificado por el aislamiento y el fracaso de su hostil política, será positivo en la misma manera en que esta posición se refleje en futuras decisiones ejecutivas del presidente Obama y que continúen desmontando las ilegales medidas que prohíben el libre comercio entre las dos naciones, el uso del dólar en nuestras transacciones financieras, las inversiones de las empresas norteamericanas en el país, el establecimiento de compañías mixtas, la derogación de las medidas que impiden a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba, así como el cese de las actividades subversivas con el fin no declarado, pero sí expreso, de cambiar el régimen político que por propia voluntad nos hemos dado.

Ante el bloqueo, nos basamos en los hechos y no en las directivas, resoluciones ejecutivas, discursos o declaraciones, que muchas veces son engañosos o se enmarañan en los vericuetos de la legislación de este, que prácticamente los dejan sin efecto o se los limitan bastante.

Gracias a la embajadora estadounidense Samantha Power por reconocer ante el mundo al médico compatriota Félix Sarría Báez que, formando parte del contingente de la salud Henry Reeve que combatió el Ébola en África Occidental contrajo esta enfermedad, se curó con una eficiente colaboración internacional, que ella destacó, y regresó al continente africano a cumplir su misión humanitaria, en elevado gesto de valentía y solidaridad.

Que será histórica esta sesión de la Asamblea General de la ONU para discutir el proyecto cubano, no lo dudo, aunque tampoco sé si habrá otra con el mismo propósito en 2017. Esperemos que no.