El pregón, emblema de cubanía

Cuando lo escuché a media calle no pude reprimir la risa, su llamado era, a la vez, atrayente, hilarante y hasta un poco increíble. “¡Azucenas de Cartagena, de las baratas, de las bonitas, de las bueeenas!”. La sonrisa inesperada que me provocó, junto a la reacción de mi pequeño hijo, provocaron que volviera a reparar en la fuerza del pregón cubano.