Los más ansiosos buscan en la infusión de tilo que preparará abuela, mamá o papá el equilibrio que necesitan para enfrentarse a ese momento tan importante, el examen de ingreso de Matemática para acceder a la Educación Superior, el que abre el calendario, seguido por Español el día 30 e Historia de Cuba, el 4 de mayo.

En víspera del comienzo de las pruebas, Adelante digital llegó hasta el preuniversitario Salvador Cisneros Betancourt, del municipio de Minas, una institución que desde su creación se ha distinguido favorablemente en este ejercicio académico y donde 78 de sus poco más de 100 alumnos de duodécimo grado irán a ganarse la carrera universitaria.

“Estudiamos muchísimo, hasta en la semana de receso. Tenemos la suerte de contar con un claustro de profesores muy capaces, reconocidos hasta en la provincia. Yo me siento preparada para los exámenes, pero un poquito nerviosa porque es la primera vez que me enfrentaré a una prueba tan rigurosa”, nos dijo la estudiante Laura Varona Moreno, quien sueña con ser estomatóloga.

La aspiración de Ivonne Alcaraz Morales es hacerse licenciada en Turismo, que para su suerte ya se cursa en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz. “El duodécimo grado es más fuerte en la preparación, pero sé que para alcanzar las metas en la vida hay que sacrificarse. Las fiestas en mi caso están de vacaciones hasta que termine.

“Mi mamá está cumpliendo misión en Venezuela y yo estoy con mi hermano. En momentos como estos me hace más falta todavía, pero trataré de hacerlo bien para dedicarle el éxito a ella”.

Kerine López Aguilera siempre supo que para lograr Licenciatura en Turismo tenía que estudiar mucho desde 10mo. grado y así lo hizo. No obstante, tiene una preocupación que comparte con muchos de sus compañeros. “Hay una cosa que este año atentó contra la preparación y es que a nivel nacional se decidió alargar el curso hasta marzo y acortar la consolidación”.

“Además, el tiempo de las teleclases fue menor que en cursos anteriores, cuestiones que sería necesario cambiar para etapas venideras”, añadió Claudia Ramírez Lara, una mineña que aspira a estudiar en La Habana la carrera de Lengua Alemana.

Los sembradores

Si bien el empeño individual de los estudiantes y el aporte de la familia son fundamentales en este proceso, la competencia profesional de sus educadores es decisiva.

Rolando Bollet Blanco es profesor de Historia de Cuba desde hace muchos años y ahora asume la responsabilidad de preparar a los educandos del “Salvador Cisneros”. “Aquí tenemos como estrategia aprovechar para los repasos hasta los sábados, laborables o no. Dedicamos una jornada para Matemática y otra para Historia y Español. Los domingos también y en los horarios de 7:00 p.m. en adelante para los que lo necesiten. Nos han dado resultado las instrucciones metodológicas que recibimos de la provincia.

“Repasamos los contenidos de los libros de texto, y ellos cuentan con acceso a bibliografía digital en el laboratorio de computación. En mi asignatura, aparte del contenido, insisto mucho en los enfoques de las preguntas.

“Aquí desde que se abrió el preuniversitario hemos tenido buenos dividendos, el objetivo en este curso es mantenerlos o mejorarlos”, añadió.

Los números son casi siempre el “cuco” de la mayoría de los estudiantes, bien lo sabe Arides Viel Pelegrín, el matemático. “Me toca la tarea más difícil, porque los estudiantes llegan con muy mala base en la asignatura. Imagínese que el contenido del 12 grado aporta para el examen de ingreso un solo inciso, y si sale. Todos los otros saberes que van son de la secundaria y de 10mo. y 11no.

“Lo primero que yo hago es decirles, —no me digan si saben o no, contesten si quieren aprender—. No descanso, no tengo sábado ni domingo. El trabajo es constante pues me gusta verlos avanzar”.

Poniendo el parche antes que la herida Arides no deja de mencionar sus preocupaciones. “Pienso que este año los resultados se vean afectados debido a los cambios, imagínese que en diciembre todavía nos estaban dando orientaciones. La explicación es que las modificaciones fueron para que la segunda convocatoria tenga más tiempo, pero desfavorece la primera que es la ordinaria.

“En los cómputos finales influye que la selección de los estudiantes para el pre no es muy buena y que se piensa que el responsable del ingreso es el profesor de 12 grado y no es así. Los baches en los conocimientos que llegan a nuestras manos no podemos dejárselos a las universidades.

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