El evento, que desde los años '90 insiste en el reconocimiento a los integrantes del equipo de realización, no solo al director y a los actores, invita por primera vez a un encargado de la música.

En la Sala Alhambra, del Multicine Casablanca, Edesio Alejandro dictó una conferencia, de las dos previstas en el evento, acerca de la composición de música para el cine.

“La mayoría de los compositores cubanos que trabajamos haciendo música para el cine nos hemos hecho de una manera autodidacta. El trabajo de la música para la imagen va mucho más allá de los estudios puramente de música que puedas dar en un conservatorio.

“A componer nadie te puede enseñar. La composición es una comunicación que sale directamente del corazón hacia tu pensamiento, y el pensamiento te dice lo que tienes que hacer. No se puede enseñar a componer ni para la imagen ni para ningún medio”.

Este nominado a la más reciente entrega del Premio Nacional de Cine en Cuba compartió vivencias del proceso creativo con diferentes directores, como Fernando Pérez, Manuel Herrera y Gerardo Chijona.

ESCRIBIR MÁS QUE TOCAR

“Era un sueño hacer una película. Estudié guitarra en el Conservatorio Alejandro García Caturla. Casi desde que empecé a estudiar, escribí para muchos formatos con los amigos que tocaban otros instrumentos. Siempre me gustó más que tocar, escribir, componer música. Muchas veces hice con el deseo de experimentar”.

Edesio Alejandro habló de la enseñanza del teatro en él: “El teatro me dio una visión distinta de la música y digo visión porque además de escuchar, aprendí a ver la música. El teatro es un espacio totalmente frío, un espacio donde con una escenografía determinada, la credibilidad de los actores, la puesta en escena, la iluminación y la música, tenemos que hacer creer a la persona que está asistiendo a ese espectáculo a un determinado lugar y que nos rodea, por ejemplo, una ciudad.

“Para mí el teatro es uno de los medios más difíciles para escribir música incidental, pues no tiene el realismo del cine y hay que hacer un esfuerzo muchísimo mayor para ayudar a la credibilidad de la escena”.

LA PRIMERA NOVIA DEL CINE

El autor del conocido tema Blen blen refirió su iniciación en el cine con Clandestinos (1987), de Fernando Pérez.

“Clandestinos es mi primera novia del cine. Gracias a Fernando y a Clandestinos logré entrar en el realmente maravilloso mundo que es el cine y entré de la mano de uno de los más grandes hombres del cine, que me ha permitido estar al lado de su obra y estoy contentísimo. Hemos trabajado muchísimo, nos entendemos, no nos entendemos, nos fajamos, nos arreglamos. Este es un trabajo que tiene muchas contradicciones.

“No es llevarle la contraria a un director, pero en el momento que yo haga lo que él quiere, ya no soy yo. No es el caso de Fernando, él siempre busca caminos distintos. Lo más importante es que todos estamos trabajando para una obra que es la película y para llegar a ese resultado, lo más grande que tiene la vida es el acto de nacer, y nacer tiene dolor, sangre, sufrimiento; y el arte necesita tener todas esas partes, contradicciones.

“Los caminos se encuentran explorando, experimentando. Lo más importante es lograr una armonía perfecta entre la música, la imagen y los demás elementos que conforman una película”.

LA MÚSICA ESTÁ EN LA PELÍCULA

Ante un auditorio de jóvenes realizadores y estudiantes de música, fundamentalmente, Edesio Alejandro ofreció consejos desde la experiencia de composición para más de 60 filmes.

“Yo decidí que no iba a ser juez de ninguna película, sino que iba a entregarme. La veo muchas veces hasta que me siento parte. Cada nueva historia o película que voy a hacer es como si la hubiera vivido. He dejado que mi vida fluya así. Me gusta hacer cine, producir música y la manera en que la hago”.

También explicó acerca de la presencia de la música en dos sentidos, y las oportunidades que nunca deja pasar: “La música que se está produciendo in situ, que por eso no deja de apoyar la escena ni la situación dramática. Cada vez que una escena me lo permite, lo hago: poner la música in situ que estamos produciendo con la escena, y poco a poco irla comprometiendo con el sentimiento y con la acción dramática. Me ha dado muy buenos resultados y me ha hecho que no se sienta cuando entra la música y cuando se va”.

“Yo no hago la música. La música la tiene la película allá adentro y yo lo único que soy es un intérprete de esas imágenes, de esos sentimientos que tiene la película, eso lo procesa mi cerebro y se lo traduce a mis manos. Lo que va fluyendo es lo que voy escribiendo y después orquesto. La orquestación es una parte importantísima porque de acuerdo a como orquestes la película, vas a traducir quizá la parte más importante de los sentimientos que la película tiene en sí”.

COMPONER PARA NUESTRO TIEMPO

Además alerto acerca de la relación con el director: “Yo trabajo para el director que es el eje central de la película, pero siempre trato de decirle un poco mis criterios y trato de hacer a veces a riesgo de que me viren una música para atrás. Siempre he dicho que nosotros estamos haciendo cine para gente de este tiempo, y los códigos de este tiempo no solo ni siquiera los de hace 20 años. Yo no entiendo por qué una película que vaya de época yo tenga que hacer música de época. Hay que hacer música que tenga el sentimiento de lo que quiera decir la película”.

Edesio Alejandro impartirá esta tarde su segunda conferencia, y junto a su banda tendrá a cargo la clausura del Taller de Crítica, previsto el 20 de marzo, en el Circuito para la Exhibición, Desarrollo e investigación de los Nuevos Medios, localizado en la Calle de los Cines.

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