Al principio pensé que se trataba de una salida diplomática para no enseñarme el truco, siempre he sabido que los magos jamás los revelan, pero al hablar con Vladimir Ismar Hernández Romero, el mago, supe que una vez dentro de esa gran familia que es Teatro Cubano de la Magia es difícil salir de allí. Por suerte no me fui con las manos vacías, me llevé ese gran truco que hace posible la compañía.

LA PROMESA

Por estos días está de cumpleaños, y aunque sus 21 son muestra de madurez suficiente, su director Carlos Quesada Vicente no renuncia a esos inicios de la Escuela de Magia de Camagüey de donde surgió, y que acumula más de cuatro décadas de quehacer.

“En el año 1993 se nos da la oportunidad de crear proyectos artísticos independientes no ya de aficionados sino como profesionales y es a partir de allí que surge Teatro Cubano de la Magia, -explica Carlos.

“La magia siempre ha sido vista como un arte menor, gusta a todos los públicos pero los directores de espectáculos tienen al mago como un complemento, una variedad o intermedio. Por eso el nombre de la compañía, para nosotros no sería el mago solo en el escenario, sino un espectáculo con una historia”.

Mirar la magia desde otro punto de vista los ha convertido en el único grupo del país que fusiona esta con el teatro, la danza y la música. Los más de 90 premios obtenidos en el Festival Ánfora, el más importante de esta manifestación en el territorio, hacen de Teatro... la compañía más galardonada de la Isla como conjunto y también en lo individual.

EL CAMBIO

De los 27 trabajadores que integran el grupo, 17 son artistas; pero no se sorprendan si al interior se cambian los roles. Vladimir, por ejemplo, llegó hace 15 años como operador de audio y ahora es mago; no me pregunten cómo ocurrió la transición, dice él que poco a poco fue haciendo “cositas” de magia hasta que logró evaluarse y obtener el primer nivel.

“Siempre me gustó la magia, de niño hacía actos de circo en el barrio con otros muchachos. Lo que más hago ahora son las grandes ilusiones pero me gusta todo”, comenta Vladimir.

El pasado año obtuvo el primer lugar en esa categoría durante el “Ánfora”, mientras que Roibel David Recio Pérez un muchacho que todavía es aficionado pero que lleva la magia en la sangre y la hace desde los cinco años ganó el segundo.

Con Maidé Pérez Verdia pasó algo similar. Debería comenzar llamándola Payasita Lila y tal vez muchos la recuerden. A la compañía llegó como productora, se encargaba de buscar todo lo que necesitaban los artistas.

“En una oportunidad una de las magas no pudo hacer su papel en un espectáculo y yo dije que me atrevía y lo hice. Después comencé a superarme, entré a un curso de titulación en el ISA, me gradué como actriz de teatro de títeres para niños y pasé a ser una de las artistas del grupo”.

EL PRESTIGIO

Borriquito y Payasin, La Silla Mágica, Salón de Fantasías son algunas de esas historias llevadas al escenario con un poquito de teatro, danza, música y mucha magia. Si tuviera que definirlos, Teatro... es una compañía cuyo público principal son los niños; pero como dice el propio Carlos, “con el pequeño viene mamá, papá o abuelitos por tanto, hay que trabajar para todos”.

“Lo más importante para mí es divertir a los niños, -aclara Maidé- me gusta con mis juegos y adivinanzas transmitirles enseñanzas. Es un público muy difícil y el más exigente”.

Vladimir se siente más cómodo trabajando para los adultos. “El niño se concentra tanto en la magia que a veces cuando llega al final no reacciona, con los grandes hay que mandarme a parar porque mientras mejor se siente el público mejor estoy yo”.

“El arte de hacer magia ha evolucionado mucho, -explica el director del grupo- antes veíamos al mago en solitario, como alguien muy misterioso; en los últimos años han surgido varias compañías de magia, se ha comenzado a ver al mago como alguien que puede bailar o que hace de payaso, la magia al nutrirse de otras manifestaciones se ha vuelto más fuerte”.

Dicen los maestros que todo truco de magia tiene tres momentos: la promesa, esa primera parte en la que se presenta el objeto; su desaparición, el giro o el cambio, y por último la reaparición del mismo, instante que todos llaman el prestigio.

A este punto llegamos ya, por esta vez descubro uno de los trucos, dudo que los integrantes de Teatro Cubano de la Magia vean como un insulto a su arte el haber compartido con ustedes la magia de su compañía.

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