FLORIDA, CAMAGÜEY.- Menos un avión, los innovadores del taller ferroviario 60 Aniversario, de Florida, son capaces de recuperar cualquier transporte sobre rieles, automotor y naval, así como responder a cualquier misión que se les encargue de poner a funcionar compresores de la pesca, los ejes de barcos y molinos de viento.

Y eso bien lo sabe Salvador Ávalos Armenteros, recién estrenado con el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba y pailero mayor de este colectivo. Dos de las primeras labores que hizo como innovador fue construir ruedas para “chispas” y devolver la vida útil a la accidentada locomotora 38025, condenada al mundo de la chatarra.

Contra viento y marea se abren paso ante cierta tendencia burocrática que enlentece la aprobación de las innovaciones, desde que en el 2011 dejaron de ser empresa y pasó a unidad empresarial de base, subordinada a Camagüey, pues ahora dicho proceso recae en una comisión evaluadora de la Empresa de Ferrocarriles Centro Este, con independencia de contar en el centro laboral con un bien capacitado equipo que ejerció ese trabajo durante más de 20 años.

Lo cuentan Alberto Tomás Soler Omares (Farruco), tornero y representante de la Anir en el centro; Edel Rodríguez Salabarría, ingeniero mecánico, jefe del departamento técnico, quien se encuentra al frente de la comisión evaluadora, criterio sostenido por cuanto trabajador o cuadro con los que conversé, como el ingeniero Gilberto Baró Gálvez, director del colectivo floridano.

La voz de Soler Omares se escuchó en la asamblea de balance provincial de la Anir, en abril, en tono de denuncia. Más reciente, en la conferencia municipal del Sindicato de Transporte, pero transcurridos varios días la vida sigue igual.

“Yo pienso que hay que darle solución, para el buen funcionamiento de la organización y por la necesidad que tiene el país, planteada por Raúl. Pensemos que el parque de locomotoras tiene treinta o cuarenta años de explotación. Si no buscamos resolverlo matamos la idea de este movimiento popular, aunque no nos desmotivamos”.

“Persistimos hasta que nos autorizaron la cuenta, pero si no nos aprueban los trabajos, de qué vale”, señaló “Farruco”. Edel Rodríguez coincide en que se esconde en la gestión un perfil burocrático y que, desde hace dos o tres años, abogan se les devuelva la posibilidad de aprobarlo, llevar todo el procedimiento hasta que el anirista reciba la estimulación por el trabajo.

En la empresa, conocida como las Oficinas Generales de los Ferrocarriles, en Joaquín de Agüero y Rotario, en Camagüey, el licenciado Gleiber Rodríguez López, un joven especialista de ciencia y técnica, quien asumió hará apenas sesenta días esa responsabilidad, aseguró que hace meses los trabajos estaban allí y ha hecho lo posible por agilizar la revisión; de los 15 en poder de ellos han concluido seis y están en proceso de elaborar la resolución que certifique la validez, la firme el director y pagarles entonces a los innovadores.

No pueden violarse las regulaciones, pero es inadmisible dilatar las gestiones que pueden resolverse en el más corto plazo y, sobre todo, lo peor: no darle oportunamente respuesta a los trabajadores, quienes merecen respeto.

La ingeniera eléctrica Leonor Naranjo Guevara, especialista de desarrollo de la dirección de la empresa, introdujo un nuevo elemento: miembros de la comisión del “60 Aniversario” tienen trabajos y en realidad no se puede ser juez y parte.

La investigación demostró que hay funcionarios que debían conocer normas y la manera de aplicarlas y están muy lejos de ello, como sucede con la Resolución 1006, refrendada por la Ministra de Finanzas y Precios.

La consulta con Santos Soto Rubio, jefe del equipo de inspección de la Anir provincial, nos llevó a comprender mejor. En el caso de la 1006 dispone que las empresas estatales, unidades empresariales de base, presupuestadas de tratamiento especial que obtienen resultados económicos favorables por la aplicación de innovaciones y racionalizaciones pueden crear el fondo con el importe del 30 % del resultado económico favorable, calculado acorde con otras instrucciones del Presidente de la Academia de Ciencias de Cuba.

El decreto ley 120: Reglamento de la Ley de Innovaciones y Racionalizaciones es claro. En su artículo 45 señala: “Cuando las innovaciones o racionalizaciones tengan varios autores, la remuneración que entregarán es sobre la base de la proporción de la participación en la misma que hayan acordado, de conformidad con lo establecido en el artículo 14 sobre la presentación y documentación de la innovación”. El 46 fija: “Dentro del término de 30 días naturales, contados a partir de aquel en que comience a aplicarse la Innovación o racionalización, la entidad donde se aplique, por primera vez le abonará al autor una cantidad que no exceda del 10 % del estimado de la cuantía que le corresponda y que no será superior a 200 pesos ni inferior al mínimo establecido en la escala a que se refiere el artículo”.

Tanto Gilberto Baró Gálvez como Juan Carlos Valiente Zaldívar, subdirector general de la Empresa de Ferrocarriles Centro Este, estimaron inconcebible lo sucedido. Sin embargo, el económico de la Empresa, quien procede del taller 60 Aniversario, opina que esa unidad está para asumir solo trabajos de ferrocarriles, pero el asunto debe verse con un sentido de integración; pues que los trabajos de otras entidades se hagan y se cobren, sin afectar el objeto social, es fuente de ingreso

El móvil que incentiva al colectivo de innovadores, constituidos por 86 asociados, de ellos cuatro mujeres, es, por sobre todas las cosas, que se cumplan los planes de transportación de las cañas desde los centros de acopio a los basculadores, el envío del azúcar de los almacenes de los centrales a los puertos, y la miel para las destilerías productoras de ron. Como si fuera poco asumen el mantenimiento y reparación de locomotoras, vagones, “cabuses”, motores de vías y “chispas”.

¿Se han sacado los números de las ventajas que representa el aporte a la economía nacional de esta unidad empresarial de base, para evitar que las gestiones se durmieran en los laureles y, sobre todo, en un colectivo que no se distingue por un sentido mercantilista sino de engrandecer la economía?