CAMAGÜEY.-En el kilómetro 20 de la Carretera Central, rumbo a Florida, frente a la entrada del camino que conduce al asentamiento rural de Sao Ciruelo, un cartel anuncia la llegada a los predios de uno de los más importantes enclaves energéticos de la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica en Camagüey.

Pedro lleva más de 30 años vinculados a las construcciones eléctricas.Pedro lleva más de 30 años vinculados a las construcciones eléctricas.Desde la distancia no es posible apreciar la magnitud del complejo de instalaciones que conforman la subestación de 220 Kv, con dos campos, uno con 220 000 voltios, proveniente de Vicente, en Ciego de Ávila, y el otro de 110 000 que transforma la corriente que llega desde esa vecina provincia.

Vladimir Puerta Cachón, jefe del centro de operaciones, no duda en decir que este lugar es el corazón de la electricidad en Camagüey, y aclaró enseguida la existencia, además de este, del de Nuevitas, donde, en su conjunto son atendidas todas las líneas de transmisión, más una subestación de 110 000 a la salida de la termoeléctrica 10 de Octubre.

Camagüey viene a ser como un triángulo en la transmisión de energía, con una estructura similar hacia Nuevitas y de esa ciudad hacia la parte oriental del país.

Ambos se encargan de desbrozar los terrenos y limpiar las trochas.Ambos se encargan de desbrozar los terrenos y limpiar las trochas.La responsabilidad de los eléctricos camagüeyanos está bien definida, darle mantenimiento a las líneas y atender las averías a lo largo de 386 kilómetros, desde los límites de Ciego de Ávila hasta la cercanía con Las Tunas y a sus 896 estructuras metálicas, donde son soportados los conductores de electricidad.

Bajo condiciones difíciles actúan estos hombres, porque el terreno donde se asientan los brazos de las líneas son montados a campo traviesa, alejadas de la ciudad; normalmente en Camagüey todas fueron diseñadas en medio del monte.

En época de lluvia sortean fango, sol y agua. El día del reportaje una de las brigadas cambiaba un aislamiento de 16 toneladas, en la cercanía de Altagracia, valiéndose de una plataforma de hierro que tienen que armar para trabajar, aunque esta vez con la ayuda de una cesta facilitada por sus similares de Holguín.

Dos abnegados operadores, Eligio Díaz Pantoja y Leonel Falls Cansino, se encargan de limpiar las trochas y desbrozar áreas donde se montarán nuevos equipos y transitan las brigadas.

En la subestación quedó en el olvido la vieja tecnología rusa, de manipulación manual de desconectivos, por equipos de punta, de procedencia china, que humanizan el trabajo.

Pedro Álvarez Pardo es uno de los más viejos constructores. La vida le signó la incapacidad de sordomudo, pero a esa limitación se impuso con voluntad, apoyado por la prótesis auditiva, mediante la cual logra comunicarse. Dejó atrás el lenguaje de la mímica.

Relató que de los 57 años lleva 38 en el sector eléctrico. En Nuevitas estuvo tres años; en Ciego de Ávila, 27; en Camagüey, siete, y uno de capacitación en La Habana, primero como carpintero y después como albañil.

Él sabe hacer de todo, tirar placas, poner azulejos, fundir los canales por donde transitan los cables, las tapas, y dice que le causa alegría ver cuando están las obras terminadas.

Después que adoptan todas las medidas de seguridad inician los mantenimientos.Después que adoptan todas las medidas de seguridad inician los mantenimientos.

El trabajo de los constructores de la unidad empresarial de base Camagüey es en extremo difícil, a cada paso encuentran un riesgo, de allí que tomen las medidas de seguridad para evitar accidentes fatales y poder desempeñarse no solo en tierra, sino escalando las estructuras metálicas de 42 metros de altura. Quienes no son eléctricos y los ven subiendo sienten la sensación de escalofríos.

Renato Fernández Peláez es un hombre que, en su puesto de operador de subestaciones, da la impresión de asociarse a la tranquilidad del medio para no distraerse, y a través de los equipos de cómputo realizar las mediciones, lectura de instrumentos y saber el voltaje, la frecuencia, la carga de los diferentes interruptores y líneas, así como evitar fallas en el sistema.

Todos estos trabajadores tienen mucho que contar, como el ingeniero Pablo García Oms, para mantener los equipos de ese enclave en óptimas condiciones de funcionamiento, haciéndoseles pruebas eléctricas.

El cerebro de la subestación.El cerebro de la subestación.

—¿Cuando la corriente se va en Camagüey tengo que pensar en ustedes?

—No, nosotros somos una subestación de transmisión con enlace en el sistema energético nacional, transferimos de 220 Kv a 110 para diferentes circuitos de la ciudad, donde hay subestaciones que bajan el voltaje a 13 Kv en transformadores que se encuentran en las cuadras y bajan la potencia a 110 o 220 volts, que es la distribución que llega a los hogares.

Nuevitas fue el próximo lugar y donde concluimos. Hablamos con Carlos Ruano González, jefe de la estación nuevitera, quien confirmó que este es uno de los nodos más importantes del sistema electroenergético nacional.

“Es una subestación de transmisión-enlace, donde se unen las líneas que vienen del oriente hacia el occidente, además la entrada de las máquinas de la termoeléctrica 10 de Octubre. Toda la energía que circula hacia el oriente o el accidente, en dependencia de las transferencias, transitan por esta subestación.

Ruano, con 27 años en este enclave, mostró el nuevo campo a instalar, como parte de una inversión eléctrica para el tercer enlace hasta Vicente, con etapas posteriores hasta Santa Clara y Matanzas.

Se está en la fase de proyecto, pero el espacio está reservado, porque se concibió con visión de futuro para cuando hiciera falta.

Todas las categorías ocupacionales tienen tremenda importancia y si quieren saberlo, pregúntele a Alcides Camejo Pérez, auxiliar de electricidad.

Él va a la línea a realizar el celaje. La operación comprende revisar, en el caso suyo, 34 estructuras desde la base hasta lo alto, mantenerlas limpias para detectar alguna deficiencia, o que personas inescrupulosas se apropien de angulares que debilitan las estructuras, e informarlo a tiempo para evitar posible interrupción eléctrica.

Con cierta sistematicidad hay que pintar para que no lleguen a corroerse las partes metálicas.Con cierta sistematicidad hay que pintar para que no lleguen a corroerse las partes metálicas.Leonel Martínez Acevedo, especialista de recursos humanos de la unidad empresarial de base, dijo que el país hizo una inversión en la compra de un dispositivo automatizado, conocido como bastón de presencia, adjudicado a este personal y que ofrece la seguridad de registrar la información en una base de datos y comprobar la no alteración del ciclo de revisión.

De estos aguerridos hombres hay mucho por escribir y tuvimos la suerte de hablar con Raúl Rodríguez Acosta, un experimentado liniero de Nuevitas quien contribuyó a la construcción de las líneas eléctricas Punto Fijo-Coro, y de Vigía-Oribete, en Venezuela, esta última en medio de la selva.

No le bastó ser el mejor trabajador de la misión energética del Estado de Mérida en el 2013, sino que al regreso, sin casi quitarse el polvo del camino, marchó a socorrer a los damnificados del huracán Sandy, en Santiago de Cuba, manteniendo la máxima de no importarle la tensión en las alturas.