CAMAGÜEY.- Si es usted camagüeyano o ha tenido la suerte de conocer esta ciudad, de seguro un par de veces, muchas más quizás, ha elogiado el trabajo de la Epia 11, a sabiendas o no de que el mérito le corresponde a ella. Y es que esa “señora de las cuatro décadas” ha pisado fuerte aquí. En instituciones médicas y estudiantiles, en todas las rotondas, en varias urbanizaciones, hostales… por doquier ha dejado profundas huellas.

Ocurre desde su nacimiento el 17 de diciembre de 1976. Entonces fue nombrada oficialmente Empresa de Proyectos de Ingeniería y Arquitectura número 11. Desde el principio los retos fueron grandes. Correspondió en aquel momento pensar la Cuenca Lechera, las escuelas al campo, las academias para los futuros profesionales de la Salud, las artes y el deporte.

Más tarde tendrían que idear la Sala Polivalente local, los hoteles de Santa Lucía, incluso un aeropuerto para ese polo.

Con las misiones, con los tiempos, la entidad fue creciendo. Así lo siente el ingeniero Néstor Flores Hernández, uno de los fundadores: “Éramos cerca de 100 trabajadores, hoy la plantilla supera los 200. Proyectos pequeños nos exigían tres, seis meses, hasta un año; ahora, en medio calendario entregamos los más ambiciosos. Sin dudas los números reflejan el cambio.

“Pero además nos hemos desarrollado desde lo cualitativo. Las tecnologías nos obligan a aprender, a superarnos. De inicio utilizábamos dibujantes, los planos los hacíamos a mano. Luego hubo que entrenarse para diseñar de forma digital, algo que no ocurrió de un momento a otro, fue un cambio difícil. Y ahora, otra vez, variaremos rutinas. La tendencia mundial es pensar en la tercera dimensión y no queremos estar atrasados”.

ESTRENOS PARA CONTINUAR

Al ingeniero Luis Ariel González de Zayas corresponde actualmente la dirección general de la Epia 11. En diálogo con Adelante digital explicó cuánta responsabilidad tienen los suyos por estos días.

“Durante la última etapa, Camagüey se enfoca en el desarrollo turístico, y eso, por supuesto, nos incumbe. Al norte de la provincia, los polos de Cayo Cruz y Sabinal tendrán unas 32 000 habitaciones. Hacia allá está enfocado ahora mismo gran parte del potencial de nuestra gente. Nos hemos entrenado para ello en una técnica muy moderna de trabajo, de vía rápida, según la cual, a medida que el plano va saliendo, los constructores lo reciben, listos para ejecutarlo.

“Además, por exigencia de los inversionistas, hace más de un año hemos tenido que cambiar el software de diseño. A partir de enero empezaremos un hotel creado totalmente con el que nos piden. Otra novedad en la que estamos implicados es la de concebir un centro de servicios en Santa María, llamado Flor de Sal, que resulta más difícil que un hotel, pues no se trata de un edificio, sino de un conjunto de boleras, tiendas, bares y, además, habitaciones. Es lo que popularmente se conoce como pueblo, porque a pequeña escala es similar a una ciudad.

A la experiencia de haber diseñado las edificaciones del polo turístico de Santa Lucía -situado al norte de Camagüey-, la Epia 11 suma la de proyectos como el hotel Pullman, en Cayo Coco, de categoría 5 estrellas. Foto: tomada de www.cubahotelreservation.com A la experiencia de haber diseñado las edificaciones del polo turístico de Santa Lucía -situado al norte de Camagüey-, la Epia 11 suma la de proyectos como el hotel Pullman, en Cayo Coco, de categoría 5 estrellas. Foto: tomada de www.cubahotelreservation.com

“Al mismo tiempo nos enfrascamos en unir, a través de un pedraplén, nuestra cayería con la de la vecina provincia de Ciego de Ávila, donde también hemos sido contratados en otras ocasiones. Ahora mismo puede transitarse por esa vía, aunque no está concluida la obra”, explica.

Así de “movidos” están siendo los días en la sede de la Epia. Pero si usted cree que todo ocurre en las oficinas, cuando desde las computadoras se sueña el nuevo Camagüey, es porque no le hemos hablado del equipo de topógrafos, esos que para diagnosticar los terrenos vírgenes de la cayería han llegado primero machete en mano a limpiar el espacio en que se levantarán las edificaciones. Y porque falta también contarle de los controles de autores, visitas que asiduamente los proyectistas realizan al lugar de la construcción, para velar por la concreción de aquel plano que entregaron.

“No consideramos que el principal conflicto sea que no se ejecute lo ideado aquí. Solemos cuidar de eso. En cambio, nos aqueja que los inversionistas no llegan con un programa bien pensado. No hay cultura de eso en el país; casi siempre vienen a contratarnos sin claridad de qué necesitan exactamente, por lo que antes de iniciar el proyecto, a menudo tenemos que elaborar nosotros mismos ese plan”, apunta González de Zayas.

SIN LÍMITES

En la Epia No. 11 no se habla de obstáculos, sino de alcanzar quimeras. La arquitecta Gretel Alou García llegó recién graduada y ahí dentro ha dado cada paso de su vida profesional, que ya tiene más de dos décadas. Su rúbrica está en proyectos tan distintos como el del restaurante El Carmen, el Hospital Oncológico, o la transformación de la cuartería de las calles Lope Recio e Ignacio Agramonte.

Hoy comanda el equipo que dibuja en el territorio un nuevo mapa turístico. No importa qué haga, sentirse útil la inspira y ahí lo ha logrado.

Encontramos mucha gente como ella en los talleres, los pasillos. De los fundadores, todavía unos 20 laboran ahí; sin embargo, no desentonan rostros como el de Dailys Hechavarría Avilés, que apenas hace 18 meses es ingeniera. “He encontrado el lugar donde me desarrollaré profesionalmente, cuento con apoyo y condiciones para ello. Soy feliz aquí”, asegura, con las palabras y la sonrisa.

“Que tengamos cierta madurez como Empresa no ha implicado que la plantilla sea vieja. Aquí, cerca de la mitad son jóvenes, y eso se agradece mucho. Con ellos nos llegan nuevos puntos de vista y gran capacidad para asimilar las nuevas tecnologías, y con los más mayores está la necesaria experiencia”, asegura el director general.

En esa decisión de no establecer límites ha de estar la magia que ha llevado a sus hombres y mujeres a crear también en Angola, Guyana, Venezuela, Etiopía, Libia, Laos, Vietnam… En el sano capricho de diversificar en obras, gente, criterios, ha de hallarse el encanto que mantiene lozana a esa cuarentona que aquí se llama, con cariño, Epia 11.