No tenemos más que nuestras vidas y una obra inmensa que realizar. 

Luis Saíz Montes de Oca

CAMAGÜEY.- La Asociación Hermanos Saíz cumple hoy sus 30 años. Se dice fácil, pero ha costado mucho desde que se fue gestando en el vientre del intelecto, cuando un debate intensísimo en 1986 conllevó a la fundición del Movimiento de la Nueva Trova y las brigadas Raúl Gómez García —de instructores y técnicos del arte— y Hermanos Saíz.

En Camagüey, las historias de la organización están por escribirse, algo preocupante si se mira a tanto talento incisivo en la preservación de las memorias de la nación, mordiente para pensar Cuba, pero que no se ha interesado por trazar los mapas donde pernoctó y/o pernocta, ese espacio de confabulaciones aún marcado por el síndrome de la sospecha.

De hoy tenemos más datos. El nutrido sistema de becas y premios permite a jóvenes de hasta 35 años, miembros o no de la organización, materializar proyectos artísticos. La provincia cuenta con 241 asociados en las secciones de Literatura, Crítica e Investigación, Artes Plásticas, Artes Escénicas, Audiovisuales, Música y Promoción. Además la filial dispone de una célula en Florida, con 10 miembros.

En sus inicios se tenía por sede una oficina prestada de la Unión de Jóvenes Comunistas. Los artistas e intelectuales disfrutaban su bohemia en el taller de grabado donde hoy se localiza el taller de Martha Jiménez, por la Plaza de El Carmen. Otro sitio predilecto de espontáneo encuentro fue la Casa Natal de Nicolás Guillén. Pero no eran suficientes.

Uno de los primeros ejecutivos, presidido por la escritora Oneyda González, logró la segunda planta del inmueble donde radica la Casa del Joven Creador. La Asociación ya ocupa prácticamente la manzana, luce el predio más confortable del país, se place de un colectivo vanguardia nacional en los últimos cuatro años. No obstante, guerrea por obras constructivas —dadas por seguro en varias asambleas, incluida la del segundo congreso de la AHS en el 2013, igual que la situación del transporte, otra vez en crisis. Faltan la casa de la música electrónica, la sala de música, la sede de la productora audiovisual Luz Joven, el estudio de grabación musical y el anfiteatro, donde tendrá sede el proyecto sociocultural Golpe a golpe.

La Casa en otras provincias solo abre dos días a la semana. Esta no descansa uno, con sala de navegación para los asociados las 24 horas. En cada una de sus áreas se hacen más actividades que las de una institución al mes. Entre lo de ahí y lo de extensión rebasan las 200 acciones mensuales, y ni hablar del verano, con más de 1 000. Los detractores de las cifras la cuestionan: ¿entre tanto es todo calidad? Sin embargo, al detenerse en el “qué llevan” omiten el “por qué son ellos” los que van a los confines de Camagüey. Yerran los que hacen.

De la programación caracterizada, la mayoría la lideran Miembros de Honor, distinción para gratificar a los que han contribuido con la organización, aunque nunca tuvieran su carné, y a tercos “ex”, que la militan aunque sobrepasen los 35 años de edad.

Según Yunielkis Naranjo Guerra, actual presidente de la filial, pocos asociados activos presentan proyectos para peñas o espacios sistemáticos. El 90 % de las veces acuden para solicitar financiamiento para algo individual. También asegura que su presupuesto anual supera el de todas las instituciones de Cultura, y que la propia dirección provincial de ese sector sufraga nueve de sus eventos, algo impensable en otros territorios. Otro detalle: en medio de la alarma energética nacional, la AHS no se apaga, por la luz verde de la prioridad.

¿Cuánto ha costado fundar la Asociación? ¿Qué significa para cada uno: principio de un camino, trampolín, pasaporte, aterrizaje, medio, fin, todo, nada? ¿Cómo leer la “batalla” por llevar a 40 la edad de “jubilación” de la AHS? ¿Se mantiene el espíritu de generación de formar parte de…? El sentido de la utilidad y la pertenencia, ¿se heredan, se imponen, se gestan? ¿Por qué unos se alejan, otros se mantienen, algunos rehuyen y alguien nuevo siempre llega? Como en la vida o como en el San Juan —según mi colega Eduardo Labrada—, cada cual habla según lo disfruta o lo sufre. ¿Cambian o se cambian los tiempos? Vale la pena investigar.

Por eso convido a trazar un boceto, con flashazos que me ha ayudado a aglutinar el equipo del programa Arte Soy, espacio que hace más de un año Televisión Camagüey confiere de su parrilla a la Asociación. Saque usted sus conclusiones.

MIEMBROS DE HONOR

Desde el mes de julio de 2016, Arte Soy presenta —por idea del propio guionista y director Alberto Santos Casas, con fotografía de Norlys Guerrero Pi, ambos asociados— sugerentes cápsulas de admiración por Miembros de Honor —38 tienen el reconocimiento—- que en pleno proceso creativo sienten por la Asociación, advierten desafíos y comparten sus deseos a los jóvenes.

Luis Álvarez Álvarez, profesor e investigador, único en Camagüey con la distinción Maestro de Juventudes: “La Asociación Hermanos Saíz para mí es un motor impulsor para la creación artística. Me gustaría que el futuro del arte joven en Cuba se caracterizara por una mayor reflexividad, una intensa capacidad de crítica, de meditación sobre la dinámica y los problemas nacionales, y sobre todo un sentido profesional que logre cada día ser mayor”.

Olga García Yero, profesora e investigadora(VIDEO): “La Asociación para mí es simplemente fragua. El desafío más importante que tiene la AHS ante sí para estos tiempos y los venideros no es otro que la inteligencia. Lo que deseo para el futuro del arte hecho por jóvenes es que sea en primer lugar un arte esencialmente humanista y culto”.

Nazario Salazar Martínez, artista de la plástica, uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Cerámica Camagüeyana: “La Asociación es el inicio de mi carrera artística. Hay un refrán que dice no todo lo que brilla es oro. Muchos hablan de los tiempos que vienen, de las cosas que vamos a ver, de lo que va a suceder muy pronto. Cuidado. América Latina está tomada por todos esos brillos. El joven debe estar constantemente trabajando para entonces de eso, exponer”.

Reinaldo Echemendía Estrada, músico y director del Ballet Folklórico de Camagüey: “Yo fui el último presidente de la Brigada Hermanos Saíz y para mí es la continuidad de la existencia, de la proyección artística de la cubanía. Tiene desafíos muy importantes: el mantenimiento de la integración y la representación de la identidad cubana en manos de los jóvenes. El futuro del arte debe ser llevar hacia otras generaciones el legado actual que con motivo de la propia Revolución se puso en manos de los artistas”.

Martha Jiménez Pérez, artista de la plástica, Premio Unesco por el conjunto escultórico de la Plaza de El Carmen: “Para mí la Asociación Hermanos Saíz es la simiente de la vanguardia artística cubana. Es donde tú te nutres, te preparas para el futuro de lo que va a ser el verdadero artista. Son tiempos de gran desafío y muy especialmente la Asociación tiene que enfrentar el trabajo del verdadero arte revolucionario cubano. Son encargados de desarrollarlo en la sociedad cubana”.

Oscar Rodríguez Lasseria, artista de la plástica, uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Cerámica Camagüeyana: “La Asociación es el inicio y el gran impulso para una vanguardia artística. Se está enfrentando un futuro bastante positivo, de cómo van cambiando las cosas. Es un momento muy importante para desarrollar un verdadero arte con autenticidad, con responsabilidad. Para los jóvenes que se expresen tal como son por encima de todo”.

Freddys Núñez Estenoz, dramaturgo y director de Teatro del Viento: “La Asociación Hermanos Saíz para mí ha sido la posibilidad de iniciar mi camino en el arte. Creo que los jóvenes deben asumir un papel protagónico dentro de la cultura del país, no tener miedo, decir lo que piensan, pero siempre pensando en que vivimos en Cuba. Siempre quisiera que fueran la vanguardia, que no se sentaran ni se acomodaran, que siguieran con las inquietudes porque a partir de las inquietudes surge la polémica y con la polémica crecemos”.

Silvia Avilés Antela, actriz y narradora oral escénica: “La Asociación para mí es algo muy importante porque ha marcado mi vida como artista, como creadora. Los nuevos escenarios para la AHS son un reto porque tiene que enfrentarse con nuevas ideas, nuevas tecnologías que no puede ir desligado a la vida del teatro, de todo artista. Yo les deseo que sean valientes, creativos y que sigan adelante para que no desaparezca”.

Joaquín Varona Lezcano, director de programas de radio: “Para mí la Asociación Hermanos Saíz es creatividad. Los nuevos desafíos para la AHS son seguir trabajando con calidad y satisfacer los gustos y necesidades, sobre todo de los más jóvenes. Deseo para el arte hecho por jóvenes en el futuro que haya promoción”.

Wilmer Ferrán Jiménez, cantante y director de Rumbatá: “Para mí la Asociación Hermanos Saíz representa deseos de llegar. El artista tiene que estar preparado para cualquier tipo de escenario. El público es el que elige los lugares y a dónde quiere ir y lo que quiere ver, pero la AHS está preparada como institución para ofrecer, y el músico que forme parte de eso, el artista no puede tener un lugar preferente para ver su arte. Les deseo sinceridad, que crean en lo que están haciendo, que respeten el arte. Arte es uno solo”.

RECUERDOS Y REGALOS

Yamilka Álvarez, realizadora de televisión: “La juventud creadora de mi tiempo era osada. No existían las tecnologías ni el alcance de hoy, pero se hacían muy buenas obras. Hay muchas cosas que se le puede regalar a la Asociación, pero una de las más importantes es seguir apoyando a los jóvenes creadores y reconocer la obra que hacen con mucho amor y con toda la entrega del mundo”.

Alfredo Fuentes, historiador y crítico de arte: “No había casi recursos. Los decisores no entendían bien el sentido de nuestro trabajo. Las instituciones culturales nos veían como un valladar. Lo mejor para regalar es un gran abrazo intergeneracional, preservar la memoria colectiva donde están los paradigmas gestores de su trabajo a lo largo del tiempo. Yo le regalara la refundación de ese espíritu donde discutíamos, nos enfrentábamos y nos queríamos”.

Grabiel Castillo, actor y narrador oral escénico: “Me hice asociado cuando existía un gremio de creadores con connotación en la ciudad de Camagüey. Recuerdo a Mario Junquera, a Oneyda González, a Jorge Luis Santana y a varios que llevaban la vanguardia. Después de 30 años, el mejor reconocimiento que se le puede hacer a la Asociación Hermanos Saíz es precisamente entender que son jóvenes que están en el camino de búsqueda de su estilo, de su organización, de su creación, de su potencial, de su estética”.

Orestes Larios Zaak, artista de la plástica: “La Asociación para mí es el origen. Soy fundador justamente el mismo año que paso a la Uneac. Hay desafíos porque hay muchas carencias, pero hay unos deseos de trabajar enormes. Creo que la Asociación necesita eso: empuje, juventud, fuerza, la que ya nosotros no tenemos tanto, pero ustedes sí. Deseo lo mejor porque es lo que merecen”.