CAMAGÜEY.- Con el propósito de promover los valores patrimoniales del Camagüey, la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCC) pone en práctica durante sus cursos de verano una fórmula muy efectiva que combina recreación y aprendizaje.

Junto a la pintura, la música y el baile la fotografía también tuvo su espacio. “Se trata sobre el patrimonio, por eso me interesó, pero lo han combinado muy bien con la fotografía. Aprendimos los tipos de fotos, el enmarque, cómo jugar con la luz, los planos y diafragmas”, explicó María Gabriela Bravet Santana.

LOS COLORES DE LA ALEGRÍA

Hoy culminan los dedicados a las artes plásticas y la música, que desde el lunes tomaron la sede del Complejo Cultural Carmen y Duniesky Márquez Conde parece ansioso por matricular nuevamente en la próxima edición: “Aunque ya estuve el año pasado, que gané en papel marché y mosaico, esta vez aprendí otras expresiones, como la del grabado con materiales de la naturaleza. Me gusta mucho pintar y los profesores desde los cinco años me dicen que debo seguir”.

Bien que se nota el progreso, afirma Idabel Pereira González, especialista de artes plásticas de la OHCC e instructora del taller, que en esta ocasión dedicó especial atención las técnicas de mosaico en papel recortado, colach, crayola, entre otras. “Los niños que matriculas ya tienen una inclinación por este arte, están motivados, les gusta. Creo que ha sido fructífero, no solo por la pintura, sino para los conocimientos de la historia de su comunidad, del patrimonio cultural; por eso estamos hoy aquí, pintando la Plaza del Carmen”.

Los padres también coinciden en las bondades de estos encuentros para desarrollar las habilidades manuales de su pequeños, y además agregan: “Es otro espacio para emplear el tiempo de manera productiva y útil. Son muy agradables los momentos que pasamos aquí junto a ellos y los trabajadores de la Oficina”.

ENTRE CUERDAS

Los intercambios sobre guitarra con el trovador Antonio Batista Sánchez también exhiben frutos y son una clara muestra de que no hay límites de edad en estas convocatorias. Si para el jovencito de 12 años Antonio Ceballo Fernández “es muy bueno profundizar en los conocimientos de guitarra para llegar a ser grandes músicos y trovadores, también para Simeón Duliep Lescaille, con 66, es una importante experiencia.

Con un brillo incontrolable en los ojos comenta: “Siempre quise aprender a tocar guitarra y no había tenido la oportunidad. Aunque lo hago de forma empírica, esto es muy importante porque nos enseñan la técnica y conociendo el instrumento podemos hacer nuestras propias canciones”.

Al profe la diversidad le impone retos: “Por las diferentes edades todos no asimilan igual y eso me da una enseñanza más de cómo impartirle los conocimientos para que puedan asumir el aprendizaje de la manera más sencilla. Es emocionante y reconfortante ver cómo del primer curso salieron trovadores que hoy están vinculados a la Asociación Hermanos Saíz, ves el fruto, me resulta un incentivo inigualable a mi espíritu como músico”.

Las 15 mejores canciones de trova (VIDEO)

RITMOS DE LA TRADICIÓN

A ritmo del mambo llegamos al Centro de Gestión Cultural en la calle Independencia y un grupo más numeroso se movía de pies a cabeza. Este taller se entenderá durante todo el verano lunes, miércoles y viernes y quienes no matricularon en la primera ocasión, tendrán una segunda oportunidad en agosto.

Henry Suton Calderín imparte los talleres en su tiempo de vacaciones y lo disfruta mucho: “Me gusta enseñarles porque yo salí de aquí, pues soy exbailarín de Arlequín. Ya llevo tres años impartiendo las clases y es todavía me resulta difícil, porque algunos son muy pequeñitos y les cuesta trabajo, pero hacemos lo posible y ellos siempre desarrollan la audición y otras habilidades”.

Cuenta este joven que al año anterior estuvieron con el mismo grupo los dos meses de vacaciones, crearon más lazos afectivos y compartieron otros espacios fuera del salón, como algunos recorridos por ciudad. Aún cuando esta vez es diferente, la pequeña de 1ro A de la escuela José Luis Tasende, Aytana María Bueno González, asegura estar lista para bailar en las coreografías que les enseñe su maestra.