Camagüey.- Brilla con luz propia. Su temple le ha permitido abrirse paso en la vida. Aunque Raúl Castro, un hombre en Revolución, de Nikolai S. Leonov, es una aproximación a su verdadera dimensión, todavía la historia está por escribir.En Camagüey, muchas anécdotas, testimonios y relatos están por contar del contacto vivo de Raúl con la gente de pueblo.

 En uno de sus recorridos sostuvo este animado encuentro con niños del círculo infantil “Pequeño Mambí” del reparto Garrido. En uno de sus recorridos sostuvo este animado encuentro con niños del círculo infantil “Pequeño Mambí” del reparto Garrido.

Un recuerdo cobijado en la mente de pocos: la breve estancia del tren que lo conducía el 24 de julio de 1953 hacia Santiago de Cuba para participar en el asalto al Cuartel Moncada, fue la semilla que germinó después y creció en múltiples viajes y recorridos por la provincia como militar, dirigente político y estadista que sobrepasa las 50 ocasiones, de acuerdo con una acuciosa investigación del historiador Rolando García Parés.

Varias fueron las oportunidades en que tuve el privilegio, como otros periodistas, de acompañarlo, de percibir su grandeza y sensibilidad humana, la sencillez, el amor por los niños, los certeros consejos para corregir defectos y como inspirador de confianza en el futuro.

A Raúl se le recuerda en Camagüey en las grandes maniobras militares en el polígono nacional de las Far Ignacio Agramonte, como la “Ayacucho 150” y la dedicada al I Congreso del Partido y en la constitución del Ejército Juvenil del Trabajo, el 3 de agosto de 1973, esa fuerza que apoyó las producciones azucareras, de viandas y otras inversiones para desarrollar a la provincia o en el diálogo con esos muchachos y junto al pueblo en conmemoraciones por el Primero de Mayo.

El 4 de marzo de 1988 en el reparto Julio Antonio Mella entregó la bandera de Lista para la Defensa en la primera etapa a la provincia, lo que resumía el descomunal esfuerzo en la estrategia diseñada de la Guerra de todo el pueblo.

La sensibilidad y arraigo por la obra del pueblo lo obligó a expresar esa mañana: “Cuando veía desfilar la Roja Bandera de Lista, reflexionaba en el instante mismo en que pasaba junto a la tribuna y pensaba: ¡Cuántas millones de horas, cuántas toneladas de sudor del heroico y noble pueblo camagüeyano encierra en su seno a su paso victorioso frente al pueblo!”.

La presencia de Raúl ha quedado en el recuerdo de los trabajadores de la fábrica de queso de Sibanicú.La presencia de Raúl ha quedado en el recuerdo de los trabajadores de la fábrica de queso de Sibanicú.

A Raúl hay que verlo como la persona que discrepa, pero con argumentos. No olvido la vez que en una visita a la Empresa Constructora y de Montaje Agroindustrial, que pertenecía al sector azucarero, sostuvo que no todos los camagüeyanos podían llegar a las 208 horas de trabajo voluntario y demostró la validez de ese criterio.

Tomó como punto de referencia a una mujer que allí laboraba. El esposo trabajaba en la Marina Mercante y la mayoría del tiempo se lo pasaba en alta mar. Y ella, en realidad, para concurrir a las jornadas productivas extra debía dejar al pequeño hijo con una vecina. Una razón que convence.

No hay municipio de Camagüey que no recibiera su aliento en visitas a fábricas, campamentos agrícolas, consejos populares, como Oriente Rebelde, en Sibanicú, o en las tribunas abiertas, convocadas para exigir devolución del niño Elián.

Raúl ha dedicado tiempo para el postrer homenaje a los caídos en defensa de la Patria y asistir a las honras fúnebres de Roberto Aguilar Reyes, asesinado en La Habana por un vendepatria y sepultado aquí, como también a la beatificación del Padre Olallo, efectuada en la Plaza de La Caridad.

En agosto de 1990, al término de un recorrido de tres días por la provincia, concedió una entrevista a los medios de prensa locales y nacionales y al preguntársele por el apego manifiesto y la ternura hacia los niños que observamos en él, dijo enfáticamente: “Son los retoños de la Revolución”.

El hombre de armas, el político, el padre y abuelo recordó que Vilma, cuando iba a ser abuela en 1984, le preguntó a algunas parejas con experiencia si se quería más a los nietos que a los hijos, y en cuanto a los primeros, dijo: “Son retoños de los retoños, por eso les dedicamos tanta atención”.

Recorrió e inauguró disímiles obras, elogió las transformaciones que se producían en Camagüey en los años previos al inicio del período especial, lo que lo llevó a asegurar: “Realmente cuando uno termina un recorrido de estos, aunque un poco cansado, se va con el alma rejuvenecida, la mente oxigenada y listo para seguir combatiendo”.

DE RAÚL SE PUEDE HABLAR BASTANTE

José Antonio Lavín se desempeñaba como jefe del departamento de construcción del Comité Provincial del Partido. Lázaro Vázquez, quien fungía como primer secretario lo llamó y le dijo: tienes que ir para Angola. Están llamando de la oficina de Raúl.

José A. Lavín Silva, destacado dirigente político e internacionalista camagüeyano, recibe una condecoración de manos de Raúl.Foto: Cortesía del entrevistadoJosé A. Lavín Silva, destacado dirigente político e internacionalista camagüeyano, recibe una condecoración de manos de Raúl.Foto: Cortesía del entrevistado

Él había pasado anteriormente la experiencia de la guerra en la nación africana en los años 1975-1976. Asimiló la petición y viajó a La Habana, pero nunca pensando que fuera Raúl quien lo recibiría en su despacho del Comité Central. Compañeros de otros territorios estaban convocados para igual misión.

En otros momentos en reuniones con dirigentes del Partido de Camagüey tuvo la oportunidad de ver a Raúl, pero tan cerca como esta, no, ocasión en la que el Ministro de las FAR y segundo secretario del Comité Central, le entregó la Medalla de Combatiente Internacionalista de Primer Grado.

“¿Qué impresión me causó? Es una persona que te impresiona cuando te habla, aparentemente no, si lo compara con Fidel. Es muy preciso y ejecutivo en dar órdenes y en las orientaciones que nos impartió. Tiene un carácter jaranero, es sencillo y te escucha con atención”.

¿No le fallaste?

—Cumplí con las orientaciones que nos dio. Te digo más: lo comprobé cuando leí el libro del ruso, te das cuenta que en el proceso revolucionario, en los momentos más cruciales de la Revolución ha estado él.

Lavín se siente doblemente feliz, de conocer a Raúl y de haber nacido el mismo día, con la diferencia de ocho años, cumple hoy 77.

—Efectivamente, es una gente excepcional. Desde muy joven siempre siguiendo a Fidel y con sus propias cualidades. Ha guiado al país en todos estos años y con dominio de los problemas y con organización, tanto en el orden económico como político y militar.

El reciente recorrido del actual primer secretario por las calles de Santiago de Cuba nos hizo recordar sus contactos con los camagüeyanos y codearse con el pueblo.

—De Raúl se puede hablar bastante, sentenció finalmente Lavín.

El pueblo camagüeyano tiene el deber de saldar una deuda contraída moralmente el 26 de julio del 2007 de que para “tener más, hay que partir de producir más y con sentido de racionalidad y eficiencia, de forma que podemos reducir importaciones, en primer lugar de alimentos que se dan aquí, cuya producción nacional está aún lejos de satisfacer las necesidades”.

El mejor regalo que podemos hacerle a Raúl este 3 de junio, en que cumple 85 años “batido” en la trinchera del deber, es producir la mayor cantidad de leche posible, como lo pidió, sin descuidar las formulaciones estratégicas del informe central al Séptimo Congreso del Partido y los demás documentos, guías permanentes para la acción hacia un socialismo próspero y sostenible.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología fue visitado por Raúl en su fase constructiva.El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología fue visitado por Raúl en su fase constructiva.

Calificarlo como Soldado de las Cuatro Estrellas no lo demerita de su alto grado militar de General de Ejército, todo lo contrario, muestra la sencillez y lo bien puesto de su segundo nombre: Modesto.

No tengo dudas de que todos estamos de acuerdo con lo expresado por Fidel: “Es para mí un privilegio que, además de un extraordinario cuadro revolucionario, sea un hermano”.

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