Si el Sol agrede a los extranjeros, cuya estancia en la Isla es breve, ¿qué decir de nosotros que, aunque seamos mayoritariamente mestizos, aún conservamos la tez blanca como la predominante?

En el período estival la piel queda más expuesta, tanto para nacionales como para foráneos, a agentes agresivos presentes en el resto del año como la radiación ultravioleta, el cloro o la sal. Por eso resulta muy útil seguir los consejos de las autoridades sanitarias, más si queremos lucir una piel sana.

La preparación para una piel saludable y bella implica mucho más que un simple bronceador, pues hay que prepararse también desde dentro.

CONSEJOS PARA CUIDAR LA PIEL DESDE DENTRO

Tomar agua en abundancia es lo primero para la piel tersa, pero no es lo único. Si de tomar se trata, es importante consumir jugos de frutas naturales y, aunque el calor tiente, hay que evitar las bebidas gaseosas, responsables de la aparición de celulitis y deshidratación de la piel.

Preparar la piel para el verano conlleva el enriquecimiento de los alimentos con sustancias que contengan alfa y beta carotenos, de modo que se obtenga un bronceado homogéneo y duradero a la vez que se ayuda a la piel a defenderse de la producción de radicales libres, acelerada por los rayos ultravioletas.

La zanahoria, el tomate y otras verduras y hortalizas de hoja verdes como las espinacas son ricos en los beta carotenos que ayudan al bronceado. Los alfa carotenos se hallan en frutas como la naranja y la mandarina, y vegetales como la calabaza. Estos nutrientes antioxidantes facilitan la producción de melanina y con ello la defensa de la piel frente a la agresión solar.

Los ácidos omega 3 también figuran dentro de las sustancias vitales en el cuidado de la piel, pues protegen las membranas celulares. Las recomendaciones para su ingesta son de al menos un mes antes de comenzar la exposición solar.

La forma más fácil de incorporar ácidos grasos omega 3 es aumentando nuestro consumo de pescado azul como el atún y el salmón, aunque la mayoría de los alimentos procedentes del mar son ricos en estas sustancias, y también aportan oligoelementos como hierro, cinc, yodo y selenio, que también resultan potentes antioxidantes. Los omega 3 y los omega 6 se pueden tomar también en forma de complemento dietético.

En estos tiempos de mayor calor el cuerpo necesita ayuda con la renovación celular, la generación de colágeno y la protección contra los radicales, funciones todas en las que las vitaminas ejercen un papel esencial. Por ello las frutas y verduras, fuentes naturales de vitaminas, deben abundar en las dietas del verano.

Para asimilar mejor las vitaminas hacen falta los minerales, que también favorecen la formación de nuevas células y la circulación sanguínea. Para ello se recomienda el consumo de cereales, legumbres, frutos secos, carnes y pescados.

Y, por supuesto, las proteínas que son los constituyentes básicos de la piel no pueden faltar en las comidas, de allí que en verano resulte lógica la ingestión de los lácteos (preferiblemente desnatados, para evitar el exceso de grasa), carnes, pescados y huevos.

Además de la alimentación, hay que cuidar el sueño. Sí, dormir entre siete y nueve horas al día dejará radiante la piel. Así que ya saben: ver capítulos y capítulos de novelas o series hasta la madrugada puede causar arrugas.

CONSEJOS PARA CUIDAR LA PIEL POR FUERA

Lo básico es no exponerse al Sol en las horas de su máxima verticalidad, y aplicar cremas protectoras al menos de factor 15, antes y durante la exposición solar.

La exfoliación en el estío elimina el exceso de células muertas, cuya aplicación debe realizarse cada diez días durante el mes previo al verano. Gracias a esto la piel gozará de luminosidad.

Hidratarse es imprescindible para una piel homogénea y luminosa. El área facial, en las conocidas patas de gallo, el cuello y el escote son más vulnerables por poseer una dermis más fina que en el resto del cuerpo, y resultan más sensibles al Sol. Por eso deben protegerse con cremas hidratantes ricas en glicerina, ácido hialurónico y vitamina B3.

La limpieza del rostro como mínimo dos veces al día no debe faltar, pues en el verano aumenta el sudor y los poros pueden taparse, causando brotes de granos.

Resulta también útil vestirse con ropa ligera, pero que cubra la mayor parte del cuerpo, para evitar la acción directa del Sol sobre la piel. Además son aconsejables el uso de accesorios como gafas oscuras, sombreros, gorras, y en el caso de las mujeres uso de labiales con factor de protección solar o, en su defecto, manteca de cacao.

Si la piel tiende a secarse, sobre todo, después de la ducha, es aconsejable utilizar jabones ricos en lípidos. Además, la ducha es mejor que el baño, que tiende a deshidratar la piel, siempre con el agua sobre lo tibio o temperatura ambiente.

El hábito de fumar provoca el envejecimiento de la piel, y en el caso del cutis le da una apariencia mate que no favorece para nada la salud ni la estética.

Bien vale la pena cuidar la piel, sobre todo, porque, según los científicos de la Administración Estadounidense Oceánica y Atmosférica, el mes pasado fue el más caliente desde 1880, cuando iniciaron este tipo de registros. Claro, yo creo que fue porque todavía no acaban de medir este agosto que realmente ha derretido piedras.

En fin, para blancos y para negros, que no están exentos de los perjuicios del Sol, bien vale cuidarse la piel para seguir disfrutando del eterno verano que impera en nuestra Cuba.

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