Un cuarteto de hombres, sin contar el jefe, emerge como la fórmula mágica entre hierros, piezas, el torno, la segueta y la máquina de comprobaciones eléctricas.

Nada más cierto que el pensamiento predominante en una de las paredes del departamento de mantenimiento de la fábrica de vinagre “Elite”: “Quien quiere hacer encuentra medios, quien no quiere hacer encuentra dificultades”.

La máxima anterior, atribuida al Guerrillero Heroico, Ernesto Guevara, es una constante en la acción diaria del movimiento de innovadores y racionalizadores de la industria, la cual si se mantiene produciendo se debe, en buena parte, a que no hay una sola jornada donde el ingenio de estos hombres no puje para vencer dificultades.

Leonardo López Peña, jefe de esa área, es el primero en permear de tal espíritu al resto de su colectivo para concretar la realización de maravillas. El equipo tecnológico de producción más reciente instalado es la línea de embotellado y ya tiene, como mínimo, diez años de explotación.

El 8 mayo del 2013 Televisión Camagüey rodó un reportaje que daba cuenta de inversiones para mejoras en los gaveteros como parte del proceso productivo del vinagre, obtenido, tanto de modo natural o tecnológico y hablaba de problemas con transporte y distribución, hoy en parte resueltos.

La obsolescencia con los equipos se contrarresta con la efectividad del trabajo de Daniel Sehwerert, el electricista; Carlos Rosabal, el operador de caldera, en la práctica otro mecánico y electricista; José Ángel Sarmiento, tornero; y Carlos Céspedes, operador de máquina herramienta.

En este centro no han perdido el hábito que la ANIR introdujo, desde sus inicios, de la recuperación y fabricación de piezas. “Aquí no se vota nada. Cuando no sirve en un lugar se utiliza en otra cosa”, afirmó López Peña, quien agregó que las piezas de acero inoxidable no se pueden desechar, requieren aprovecharse para contrarrestar los efectos corrosivos del ácido acético.

Organizativamente como Comités de Innovadores y Racionalizadores (CIR) tienen que rectificar algo que va en contra ellos.

De no inscribir todas las ponencias pierden, primero, el reconocimiento social y material, aunque el jefe de mantenimiento diga que ocurre “a veces por dejadez y problemas de trabajo”. Así evitarían que Martha Rodríguez, la que lleva la documentación en el centro, les esté peleando con toda razón.

Pendiente de resolver, aunque no es política de la fábrica, sino de las normativas de la Ley 38, es que la remuneración salarial guarde relación proporcional con el impacto económico de las innovaciones, no como ocurre actualmente, al decir de los entrevistados.

Los acetificadores, donde se hace el vinagre de forma industrial, es uno de los puntos vitales, donde la efectividad de los innovadores es mayor, según Amado Morell Espinosa, el administrador de la fábrica “Elite”. “Por lo viejo de los equipos en el mercado mundial casi no existen muchas de estas piezas, del otrora Consejo de Ayuda Mutua Económica.


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